Muere Juan Ignacio Blanco, periodista y promotor de teorías conspirativas del caso Alcàsser
Juan Ignacio Blanco, criminólogo famoso por sus teorías conspirativas sobre el crimen de Alcàsser de 1992, ha muerto.
A sus 63 años, el también periodista había estado luchando contra una larga enfermedad que no pudo vencer. Murió el miércoles 3 de julio en San Lorenzo de El Escorial, Madrid.
Blanco se volvió conocido en la década de 1990 gracias a su investigación criminalística y teorías conspirativas alrededor del asesinato de tres adolescentes de Valencia, España.
Para muchos, este hombre es el que sabía más del crimen de Alcàsser y, de hecho, su muerte se ha dado pocas semanas después de estrenarse un documental sobre los asesinatos, y coincidió con el hallazgo de huesos humanos en la fosa donde enterraron a Mirian, Toñi y Desirée, años atrás.
El criminólogo y periodista, Carlos G. Barret, confirmó la noticia a través de una publicación de Facebook y una foto del fallecido.
“Siento comunicar que anoche falleció el gran Juan Ignacio Blanco. Como la gran mayoría sabréis, fue el investigador Criminólogo y Periodista que más profundizó en la búsqueda de la verdad sobre el caso de las niñas de Alcàsser. Compañero de altura y profesión que, tras emprender esta andadura en esclarecer la verdad sobre qué pasó con las 3 niñas, ha fallecido finalmente por una enfermedad que llevaba tiempo arrastrando. Mi más sentido pésame a la familia.”
Cómo menciona Barret, Blanco fue uno de los que más se esforzó en las investigaciones sobre el crimen, haciéndolo de la mano de Fernando García, padre de una de las víctimas.
Sus teorías apuntaban a que personas de poder e influencia estaban implicadas en los asesinatos, y no solo los hombres Antonio Anglés y Miguel Ricart.
En 1992, Mirian, Antonia y Desirée, de 14 y 15 años, fueron secuestradas, violadas, torturadas y asesinadas, mientras regresaban a casa de una fiesta.
Los cadáveres semienterrados fueron encontrados 75 días después por dos apicultores, cerca de un pantano en Tous, Valencia.
Antonio Anglés y Miguel Ricart fueron considerados los únicos culpables del crimen, pero, el primero se escapó y el segundo solo cumplió 21 años de cárcel, de una condena de 170 años.
A raíz de las teorías de Blanco en un libro que publicó y del apoyo que recibió de Fernando García, ambos se metieron en problemas y fueron acusados de calumniar a las autoridades. Incluso debieron pagar indemnizaciones y multas y, en el caso de Blanco, pasar dos años en prisión.