Rocío Jurado: la diva más grande de España
Su carrera abarcó géneros musicales como la copla andaluza, el flamenco, el pop y la balada romántica, pero fue su gran talento el que la convirtió en una de las más grandes artistas del país ibérico.
María del Rocío Trinidad Mohedano Jurado nació en el número 115 de la calle Larga en Chipiona, el 18 de septiembre de 1944.
Se crió en el seno de una familia humilde. Su padre, Fernando Mohedano Crespo, era zapatero y cantaor de flamenco; mientras que su madre, Rosario Jurado Bernal, era ama de casa y cantante aficionada de la música española.
SUS INICIOS EN LA MÚSICA
Gracias a sus padres, aprendió a amar la música y su primera presentación en público fue a los ocho años, en una obra de su escuela.
Rocío comenzó a trabajar duro desde muy niña, cantaba en misas, participaba en festivales y a los quince años, cuando falleció su padre, trabajó de zapatera y recolectora de frutas para ayudar con la economía familiar.
La chipionera inició su carrera como intérprete de flamenco. En el año 1961 debutó en un concurso organizado por Radio Nacional de España en Sevilla y animada por los miembros del jurado se trasladó a Madrid.
Allí, fue contratada para participar en el espectáculo del cantaor Enrique Castellón Vargas, en el que también participaba como artista de primera fila Manolo Escobar.
En 1967 debutó en el Teatro de la Zarzuela, con en el espectáculo “Pasodobles” y luego estrenó “Rosa y aire”, convirtiéndose así en una de las figuras más importantes de la música popular.
SU CONSAGRACIÓN INTERNACIONAL
En los años sesenta y setenta, decidió probar nuevos estilos y experimentó con un repertorio de baladas románticas, que le permitió alcanzar la fama internacional.
Entre los setenta y ochenta obtiene algunos de sus éxitos más grandes como: “Si amanece”, “Como una ola”, “Señora”, “Como yo te amo”, “Se nos rompió el amor”, entre otros.
Rocío, alternó su faceta comercial con la purista, ganándose la admiración de todos en la industria musical, incluyendo a los ortodoxos del flamenco, con discos como: “Por fandangos”, “Canciones de España” y “Canciones de España inéditas”.
En el cine también tuvo participaciones destacadas y protagonizó varias películas como: “Los guerrilleros”, “En Andalucía nació mi amor” y “Proceso a una estrella”.
Inclusive, el reconocido director Carlos Saura, la llamó para trabajar junto a él en “El amor brujo” y “Sevillanas”.
SUS AMORES
La vida amorosa de Jurado igualmente cautivó al público y a los medios españoles, quienes la convirtieron en la principal protagonista de la revistas del corazón durante muchos años.
Su primer matrimonio fue con el boxeador Pedro Carrasco, con quien contrajo nupcias el 21 de mayo de 1976. Tuvieron una hija, Rocío Carrasco, y se divorciaron en 1989.
Luego, conoció a José Ortega Cano, quien era seis años menor que ella. La pareja se vio por primera vez en la celebración del cumpleaños número 46 de Rocío.
“No sé muy bien explicar lo que pasó, pero lo que sí sé es que acababa de conocerlo y no quería separarme de él, me apetecía seguir a su lado”, reveló Jurado.
Se casaron el 17 de febrero de 1995, luego de que la cantante obtuviese la nulidad matrimonial, en la finca de su propiedad, “La Yerbabuena”, ante más de 2300 invitados. La ceremonia fue transmitida en directo por todas las cadenas de televisión.
Años más tarde, específicamente en 1999, la pareja adoptó a dos niños, José Fernando y Gloria Camila.
SU RELACIÓN CON LA PRENSA
A diferencia de otras celebridades, Rocío siempre tuvo buenas relaciones con los periodistas, tal y como lo demostró con la rueda de prensa que ofreció en el jardín de su casa, en 2004, a su regreso de la clínica de Houston en donde le diagnosticaron cáncer por primera vez.
Dos años después, en enero de 2006 apareció en un programa especial en TVE titulado “Rocío... ¡siempre!”, en el mismo, compartió escenario con grandes figuras de la canción española y latinoamericana.
Además, concedió una entrevista en la que habló sin tapujos sobre de su carrera y su dramática enfermedad.
SU MUERTE
Seis meses después, la madrugada del 1 de junio de 2006 falleció en su casa de la urbanización “La Moraleja”, a los 59 años.
Sus restos mortales fueron trasladados al Centro Cultural de la Villa en la Plaza de Colón de Madrid, donde se instaló una capilla ardiente para su velatorio público.
Luego, fue llevada a Chipiona donde más de 20 000 personas se acercaron para darle el último adiós a “La más grande” de España.