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youtube.com/CamaronDeLaIslaVEVO
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Camarón de la Isla, el rey del flamenco que murió por el tabaco

Valeria Garvett
26 ago 2019
23:20

Camarón de la Isla fue un cantaor gaditano que fue considerado una de las más grandes figuras del Flamenco en España, hasta el punto de ser tratado como una leyenda o un Dios.

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Llamado José Monge Cruz, nació el 5 de diciembre de 1950, en San Fernando, Cádiz. Sus padres, Juana Cruz Castro y Juan Luis Monge Núñez, tuvieron ocho hijos de los cuales Camarón fue el sexto.

Provino de una familia humilde que quedó en peor estado cuando Monge Núñez falleció siendo todavía joven. Camarón no terminó sus estudios por la necesidad que atravesaba la familia y se puso a trabajar.

Desde muy chico, atrajo a las personas con su fabulosa voz. De hecho, con tan sólo siete años, hacía algo de dinero cantando en la calle.

Más adelante, se trasladó a Madrid para perseguir su sueño de ser artista. En la capital, conoció a varias personas del medio, hecho que eventualmente permitió que su carrera despegara. Su primer trabajo conjunto se dio en 1968.

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Pero él no siempre hizo cante. Fue en 1978 que comenzó a practicarlo y a planificar un disco, el primero de diecisiete.

Dos años antes, en 1976, tenía 26 años cuando contrajo matrimonio con Dolores Montoya, mujer con quien procreó cuatro hijos.

Camarón llevaba una vida llena de excesos, drogas, alcohol y cigarro, que parecía que él mismo quería destruirse. Era una genialidad de persona y tenía un gran talento, pero adquirió una dependencia tan fuerte que acabó completamente perdido.

El cantante fumaba tanto tabaco que, en un punto, le diagnosticaron cáncer de pulmón. Él médico no era capaz de localizar la lesión debido a la gran cantidad de nicotina presente en sus pulmones.

A pesar de los esfuerzos médicos, tanto en España como en Estados Unidos, José Monge Cruz murió a los 41 años de edad, poco después de haber sido diagnosticado.

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Antes de morir, se tomó unas pequeñas vacaciones y compartió con sus hijos. Luego se trasladó a Badalona y fue ingresado en el Hospital Germans y Trias, dónde lo sometieron a algunas rondas de quimioterapia.

Curiosamente, el artista nunca dejó de fumar por completo. Le pedía a su amigo, José Candado, que compartiera un cigarro con él.

Luego de fallecer el 2 de julio de 1992, su entierro fue multitudinario. Las personas lloraban y gritaban por su partida.

Se estaban despidiendo de ese hombre que dejó un legado inmortal en el arte que, sabemos, jamás morirá.

La familia enterró a Camarón en San Fernando, lugar donde cientos de admiradores se despidieron dolorosamente de su ídolo. Antes de ser enterrado, su féretro fue envuelto con la bandera gitana.

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Camarón no solo revolucionó el cante flamenco. Se convirtió en un dios. Sus seguidores se partían la camisa al escucharlo por soleá y al acabar los conciertos lo buscaban para que tocara a sus hijos. Vivió rápido y murió joven.

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