Louis de Funès, el legendario actor cómico que 'vendía diversión de 9 a 18 en punto'

Sus primeros pasos en el mundo artístico estuvieron llenos de tropiezos: empezó como pianista en un bar de jazz y apareció en pequeños papeles de cine y teatro, pero nada relevante.

Louis Germain David de Funès de Garlaza y Soto, más conocido Louis de Funès, es una leyenda del cine francés que hizo reír a carcajadas a generaciones en ese país.

Nació el 31 de julio de 1914 en Courbevoie, Francia, dentro del matrimonio conformado por los españoles Carlos Luis de Funes de Galarza (1871-1934), abogado y miembro de la nobleza de Sevilla, y Leonor Soto Reguera (1879-1957), ama de casa, hija de un notario de Ortigueira (La Coruña).

En 1936, Louis se casó con una mujer llamada Germaine y tuvieron a su primer hijo, Daniel (1937-2017), pero durante años este niño fue un gran secreto del actor, lo que tal vez provocó que el matrimonio se separara rápidamente.

En 1942 el cómico conoció a la que sería su segunda esposa y su agente, en una escuela de jazz de París durante la Ocupación alemana. Su nombre era Jeanne (1914-2015) y se casaron al siguiente año. Con esta mujer tuvo dos hijos: Olivier y Patrick.

Sus primeros pasos en el mundo artístico no fueron fáciles. Comenzó como pianista en un bar de jazz e hizo pequeños papeles de cine y teatro, aunque nada relevante.

Pero en 1956 fue descubierto por críticos en La travesía de París. El éxito le había llegado de la mano de la comedia y se consagró como el rey de las risas 12 años después en Francia, gracias a El gendarme de Saint-Tropez (1964), El hombre del Cadillac (1965) y La gran juerga (1966).

Sus muecas exageradas, tics y su energía atrayente llenaron la gran pantalla y lo convirtieron en una leyenda del cine francés, que hizo y sigue haciendo reír a generaciones de galos.

Funès, que era el actor mejor pagado para la década de los 70, aseguraba en entrevistas que lo que quería es "hacer reír". Sin embargo, según su biografía, el francés no era tan gracioso en su vida privada.

De él se rumoraba que sus compañeros de cine, actores y productores, no le querían mucho, pero tenía al público con él y esto le daba la ventaja. No obstante, sus hijos Olivier y Patrick de Funès y su nieta Julia negaron ese rumor.

Lo que sí se sabe de él es que era un hombre tímido que amaba la jardinería y sobre todo muy austero. “Después de una jornada de rodaje no se iba de fiesta con los otros”, puntualizó Jelot-Blanc, quien escribió un libro sobre él.

Al respecto, el escritor analiza que eso se debe tal vez a su “éxito tardío”, pues “tenía miedo de perder todo lo que había conseguido a lo largo de su carrera y volver a pasar calamidades como en sus comienzos”.

El español Pepe Rubianes también fue otro gran humorista de tiempos más cercanos que dejó una gran marca cuando partió de este mundo, a causa de un cáncer de pulmón.

“Los grandes personajes han sido gentes que se han reído de todo. Sólo el estúpido se toma en serio esta cosa que llamamos vida”, era una de las frases más populares del artista que se aferró mucho más al humor a raíz de su mortífera enfermedad. Entérate aquí de todo sobre su vida.