Una mamá hipotecó su casa para que hijo estudiara y él desapareció dejándola en la calle
La triste realidad de la anciana de 75 años de edad se conoció gracias a un joven llamado Alexander Cedillo, quien contó la historia en su cuenta de la red social Facebook.
Las madres son capaces de hacer todo por su hijos, literalmente, con tal de verlos realizados y sin problemas, con la vida resuelta o al menos cerca de esa realidad.
Sin embargo, y lamentablemente, hay veces en las que no son retribuidas ni siquiera con el agradecimiento que la mayoría de las veces es lo único que esperan.
Tal es la historia de Catarina Raymundo, una ancianita de 75 años que vive en Cotzal, Quiche, un pequeño poblado de Guatemala.
La progenitora hipotecó sus terrenos y su casa y vendió todos sus bienes para que su hijo pudiera formarse en los Estados Unidos, pero este desapareció dejándola en la calle y sin nada.
Un joven llamado Alexander Cedillo dio a conocer la triste realidad de la anciana de 75 años, al contar su historia en la red social Facebook, donde de antemano agradeció a todos los usuarios que compartieron la publicación.
En el post subido este 16 de octubre Carrillo escribió que al principio la anciana se sentía muy feliz cuando recibió la primera llamada de su hijo diciéndole que ya había llegado, pero que no había comenzado a trabajar porque era temporada de nieve.
Esa fue la primera y última llamada que recibió del joven, quien se marchó a estudiar Contaduría al país americano. De esta forma él no pagó la deuda al banco y la entidad embargó todas las cosas de su madre, quien desde entonces tuvo que dormir en las calles.
Cuando Alexander, quien es su vecino y miembro de la religión evangélica vio a Catarina en esas condiciones, comenzó a apoyarla con la construcción de una nueva vivienda. Un amable grupo de personas también se unió y ahora trabaja para darle un lugar digno donde vivir.
Cedillo, quien se hizo responsable de construir un nuevo techo para la septuagenaria, se dedica a publicar los avances de la obra en Facebook y a solicitar ayuda para su culminación.
Asimismo, pide a los usuarios y demás personas que no se burlen de la situación por la que está pasando la señora Raymundo, pues explicó que las personas lo engañan al decirle que donaron dinero sin ser cierto.
Así como existen personas malas en el mundo, también hay quienes se apiadan de los más necesitados y les extienden una mano para darles lo que les falta, como María Verónica Grossi, una enfermera de 34 años que se hizo cargo de una mujer con cáncer abandonada por sus familiares.
Este caso se registró en septiembre pasado en Carangola, Brasil, y la paciente María Martins Ferreira ahora está en muy buenas manos.