La historia de amor de Ana Rosa Quintana y Juan Muñoz: relación a distancia y boda secreta
Su historia de amor supera los 20 años y son los perfectos compañeros de una vida que comparten con sus mellizos.
La presentadora Ana Rosa Quintana y el empresario Juan Muñoz se conocieron en Sevilla, durante la feria celebrada en el mes de abril por el año 1997. Con algunos amigos en común, fue sencillo que los presentaran y el resto fue la magia del amor.
El pequeño inconveniente es que Ana Rosa solo había viajado para ver a sus familiares, ya que su vida transcurría en Madrid. Juan, en cambio, tenía su residencia en Sevilla, por lo cual su relación durante los siguientes siete años se desarrolló en la distancia, pero no impidió que lograran hacerla funcionar.
Finalmente, el 29 de mayo del 2004, decidieron celebrar su boda civil en el Ayuntamiento de la localidad sevillana de Bollullos de la Mitación, en la más estricta intimidad y rodeados solo por sus familiares.
El anuncio de su matrimonio lo hizo Ana Rosa durante su programa matutino, y ante la insistencia de sus colaboradores, compartió algunos detalles sobre su vestuario, el cual fue diseñado por Jesús del Pozo y consistía en un sencillo traje corto de color marfil.
Días después invitaron a un grupo de amigos cercanos y compañeros de trabajo a su hogar, a fin de compartir una feliz unión. La celebración tuvo un carácter bastante informal aunque se extendió hasta la madrugada
Es importante destacar que para ese momento la pareja esperaba a sus gemelos Juan y Jaime, los cuales nacerían los primeros días de noviembre del mismo año, y serían los primeros hijos de Juan Muñoz.
Ana Rosa había estado casada antes el periodista Alfonso Rojo, con quien tuvo a su primer hijo Álvaro, quien contaba con 17 años para cuando nacieron sus hermanitos, y que actualmente es todo un hombre, casado con una colaboradora habitual del programa de Quintero.
Luego de agrandarse la familia con el nacimiento de los gemelos, la familia fijó su residencia en Madrid donde han sabido mantener vivo el amor en su matrimonio, así como una sana estabilidad. A pesar de la discreción que le caracteriza, la periodista habría dicho que en Juan había encontrado al amor de su vida.