Filomena, la abuelita de 96 años que cose mascarillas y batas en la lucha contra el coronavirus
Para ella, la crisis por el COVID-19 está siendo tan letal como la Guerra Civil.
La situación que atraviesa España por el brote pandémico está reflejando la solidaridad de sus habitantes, que sin importar edad, sexo o religión, se han propuesto brindar su granito de arena. Ejemplo de este ímpetu es Filomena Martín, una abuelita de 96 años que puso en acción su antigua máquina de coser de pedal para fabricar material médico de protección.
Filomena cosiendo una de las mascarillas. │Foto: YouTube / La Vanguardia
LA SOLIDARIDAD NO TIENE EDAD
La escasez de insumos médicos ha provocado que la original de Sonseca se integre al grupo familiar de costureras que en este momento están ofreciendo sus manos, sus recursos y sus talentos para la fabricación de batas y mascarillas destinadas al personal sanitario que se mantiene en la primera línea de batalla contra el COVID-19.
"Estamos haciendo lo que podemos", aseguró Martín, una mujer que a su avanzada edad le ha tocado hacerle frente al virus respiratorio. Ella también vivió la Guerra Civil española, cuya experiencia comparó con la realidad que hoy vive España y el mundo.
Filomena cosiendo en su máquina de coser. │Foto: YouTube / La Vanguardia
COMO EN LA GUERRA
"En la guerra teníamos que coser de todo para los militares (capotes, gorras, jerséis) y la gente no podía salir de su casa porque había dos bandos contrarios y no querían que la gente se escapara", señaló Filomena, quien desde los nueve años ha estado trabajando.
Según relató a EFE Miguel Rojas Martín, su hijo, el solidario emprendimiento surgió luego que una enfermera de la familia denunciara preocupada la falta de insumos médicos en el centro asistencial donde labora, por lo cual pidió auxilio a las costureras del clan al que pertenece Filomena, quienes con su ayuda, confeccionan 19 batas diarias.
TRABAJO EN EQUIPO
Rojas Martín explicó que la confección del material médico es una labor que llevan en equipo, pues luego de que una de sus hermanas corta y cose las batas, su madre procede a ponerle las mangas y las tiras del cuello para que posteriormente le sean añadidos los cordones en un taller textil que él posee.
Inspirado por el ímpetu de su madre, Miguel publicó un vídeo en el que ella aparece trabajando y aunque las imágenes se volvieron virales, a Filomena esto no podría importarle, pues su único objetivo es seguir usando su sus ojos y sus manos para seguir cosiendo los materiales que ayudarán a superar la complicada situación sanitaria.