La acusaron de ser una 'acaparadora' durante la pandemia, pero compraba comida para 6 familias
Stephanie Rhymer Whitaker es una mujer de Amanda, Ohio, con un gran corazón. Salió a hacer mercado para familiares y vecinos confinados. Alguien la juzgó muy duramente en la cola del supermercado sin saber.
En una publicación en Facebook, esta mujer se presenta con una síntesis de bronca y de buen humor. Allí escribe:
"Hola. Mi nombre es Stephanie. Soy una 'pe*** acaparadora', según la mujer al lado mío en el Costco."
Pasa a contar la situación: se encontraba en el supermercado, y llevaba una compra gigantesca, en la que gastó 900 dólares. Allí fue donde ocurrió el incidente.
El insulto parte de un malentendido y un juicio apresurado: en medio de la crisis por el COVID-19, muchas personas, temiendo problemas de abastecimiento futuro, compraron cantidades inmensas de productos que no necesitaban realmente.
Vaciaron estanterías completas de negocios, y dejaron muchas veces sin productos necesarios a las personas que más lo necesitan. Así que cuando vio a Stephanie hacer su gigantesca compra, esta persona anónima saltó a las conclusiones sin preguntar los motivos reales de la acción.
"No vacié ni un estante", aclaró Stephanie. "No le saqué nada a nadie".
Y pasó a explicar el motivo de haber llenado, como puede apreciarse en las fotografías, todo el auto, con lo que, tras visitar otro comercio, fueron más de mil dólares de mercadería. Es que no compraba sólo para ella.
Su lista "compilaba los pedidos de seis familias conocidas. Familias con niños pequeños, familias con necesidades especiales, familias a cargo de madres solteras que trabajan en salud, y mis padres y abuelos".
Una vez en su casa, Stephanie separó y llevó bajo la lluvia el pedido de sus vecinos más cercanos. Después de eso le dedicó tres horas a la labor de preparar cajas con los pedidos de las demás familias.
La idea de las cajas era dejar la mercadería directamente en la puerta de los domicilios. Así podía minimizar el contacto con el exterior de estas personas aisladas, algunas de ellas con alto riesgo frente al COVID-19.
Para ella sólo compró bolsas de basura, una botella de margarita mix, una bolsa de patatas, café y algunas cervezas. Sin lugar a dudas, una compra muy modesta, a fin de cuentas.
"Estamos mejor si asumimos que la gente tiene las mejores intenciones que si damos por sentado que los otros están para j*** a los demás. No conocemos la historia de nadie, por lo que han pasado, están pasando o a dónde se dirigen", reflexionó.
Y cerró su reflexión sobre este inconveniente con unas bellas palabras: "Sean amables los unos con los otros". Es especialmente en los tiempos difíciles cuando hay que ser solidarios y tratar de ser una influencia positiva en la vida de los demás.