Dura carta de una enfermera infectada con COVID-19: 'Esta pandemia ha sacado lo peor del mundo'
Una enfermera de la Ciudad de Córdoba, Argentina, contó su experiencia de primera mano en la lucha contra la pandemia de COVID-19. Tras contagiarse en el trabajo, discutió los prejuicios a los que esta experiencia la enfrentó y reflexionó sobre la situación en el hospital en el que ejerce su profesión.
Sole Luna es enfermera. Trabaja en el Hospital Italiano de la Ciudad de Córdoba, escenario del más reciente brote masivo intrahospitalario en Argentina, en el que se contagiaron 30 personas, entre pacientes y personal de salud.
El Ministerio de Salud de la Provincia indicó que la situación alcanzó a 10 pacientes y 14 trabajadores de la institución, entre quienes se cuentan siete enfermeros, dos médicos, dos trabajadoras de limpieza, un camillero, una radióloga y un guardia de seguridad.
Además, se contagiaron otras seis personas. Cuatro de estos casos externos relacionados se dieron por contacto estrecho con los pacientes, y los dos restantes corresponden al núcleo familiar de trabajadores del hospital. Las personas contagiadas abarcan un rango de edad desde los 9 hasta los 91 años.
“Ustedes no saben lo que es ir a trabajar con miedo, llegar con miedo y llorando por el estrés que todo esto nos generaba”, escribió la enfermera. “Y así y todo al momento de atender a mis pacientes tenía que darles fuerzas y tranquilidad a ellos.”
Así describió su ambiente de trabajo en plena pandemia. Enojada y triste, contó que no sólo se contagió COVID-19, sino que además tiene que lidiar contra los prejuicios y especulaciones sobre cómo se contagió, incluso de parte de sus propios colegas.
“No solamente tengo que luchar contra el COVID-19, ahora en primera persona, sino también aguantar que saquen conjeturas e hipótesis sobre cómo m*** me contagié”, protestó.
Se refirió de ese modo al hecho de que no se conoce de qué manera se contagiaron los pacientes, profesionales y empleados del centro de salud. Según profesionales de la Universidad de Córdoba, una posible fuente puede haber sido un paciente no diagnosticado, o un fallo de seguridad sanitaria en áreas de descanso del personal.
“Si hay algo que sé, es que esta pandemia ha demostrado lo peor del mundo, y esa es la miseria humana, demuestra la verdadera persona que cada uno es y la poca empatía que hay”, reflexionó, entristecida, la enfermera.
Se defendió también de los ataques que la señalaron, por haberse enfermado, como potencialmente descuidada: “yo sé cómo trabajo y todos los cuidados que he tenido”. Y agradeció a su familia y amigos por el apoyo. "Voy a estar bien y saco fuerzas por todas esas personas que me quieren ver bien que gracias a Dios son muchas", cerró.