Yoshio: quién fue Yoshihei Nakatani, su padre y creador de los “cacahuates japoneses” en México
El japonés Yoshigei Nakatani llegó a Ciudad de México en la década de los 30 y tras haber conseguido empleo como obrero en una fábrica de botones de concha nácar, se abrió paso como empresario creando los primeros cacahuates japoneses en México.
En 1943 Yoshigei inició un negocio en La Merced, en el que fabricaba una golosina frita similar al muégano.
Sus padres hicieron primero una cubierta con harina de arroz, pero luego obtuvieron una capa tostada de harina de trigo y soya.
En poco tiempo, decenas de personas se aglomeraron para comprar el famoso “cacahuate japones".
Luego, junto a Armando Nakatani fundó la primera planta de Nipon, en la alcaldía de Iztapalapa, con lo que elevó la producción de los cacahuates.
La fábrica le fue heredada por Armando y tras su muerte la compañía quedó en manos de su esposa e hijas, quienes que aún la mantienen.
Por otra parte, Yoshio, hijo Nakatani, nació el 15 de octubre en uno de los barrios más populares de la ciudad de México, La Merced.
Desde temprana edad incursionó en la música y comenzó a componer sus canciones. Después fue invitado a participar en el Festival OTI de la Canción.
Ganó el primer lugar en 1981, con el tema de Felipe Gil, “Lo que pasó, pasó”, logrando representar a México en la Final Internacional.
En 1982 fue elegido para competir en nombre de México en el Festival de la Canción Popular Yamaha, el cual se llevó a cabo en Tokio, Japón.
Obtuvo medalla de plata con la canción “Enséñame a querer”, de Mario Montes y la de oro por el tema como “El mejor intérprete absoluto”.
Su nombre significa “hombre noble” y falleció recientemente a la edad de 70 años tras haberse contagiado con COVID-19.
Su esposa, Marcela Hernández, confirmó la noticia de su fallecimiento del artista. Desde el pasado 3 de mayo estaba internado y aislado en el hospital Xoco de Ciudad de México. La familia tuvo dificultades para comunicarse con él desde entonces.
La viuda del cantante contó que necesitó pedir un permiso para poder comunicarse con él mediante videollamada mientras estuvo hospitalizado, debido a la gravedad de su caso.
Tanto Marcela como los hijos del cantante se realizaron la prueba para verificar o descartar que estuvieran contagiados con el COVID-19. Pero en todos los casos, afortunadamente, dieron negativo.
La familia también comentó que desconoce cómo pudo haberse contagiado el cantante, quien permanecía aislado desde el 10 de marzo.