"Vestidos de papel" de los años 60: los primeros exponentes del concepto de la "moda rápida"
El vestido de papel es una de las más curiosas creaciones de la década de los 60. Económico, único, y masivamente comercial, es el antecesor espiritual de la moda rápida moderna.
En los años 60, un inusual invento tomó al mundo de la moda por sorpresa, definiendo a una década en el proceso. Se trata del vestido de papel, una peculiar creación hecha con celulosa que revolucionó la moda al mezclarla con la cultura pop.
Vestido de papel diseñado por Paco Rabanne modelado en París en 1967. | Foto: Getty Images
INICIOS
El uso del papel y hasta del papel maché como elementos en la manufactura de vestimentas, data del siglo XIX. Era particularmente común para fabricar disfraces para fiestas. Sin embargo, esta tendencia llegó a su máximo apogeo en la década de los 60.
La moda "de papel" fue originalmente promovida por la compañía estadounidense de papel Scott. Fue un ardid publicitario, tras haber patentado un material basado en celulosa en 1958, llamado "Dura-Weave". La compañía daba vestidos de este material a un precio muy accesible a cualquiera que presentase un cupón.
Anna Buckley modela vestido de papel estilo sopa Campbell, diseñado por Andy Warhol, en Londres (s.f.) | Foto: Getty Images
ESTILO PREMONITORIO
El vestido de papel logró capturar la energía del consumidor de los 60: colorido, optimista, casual y despreocupado. De precio bajo y sumamente personalizables, los vestidos de papel eran el epítome de la "moda rápida" que se ve hoy en día en tantas tiendas y centros comerciales.
Productos inherentemente desechables, hechos no para durar en el tiempo, sino para satisfacer un capricho pasajero. Un concepto realmente adelantado para su época. Solían incorporar interesantes diseños, como arte óptico, pop art, y hasta el famoso diseño de latas Campbell de Andy Warhol.
Dos mujeres luciendo vestidos de papel con motivos navideños en el Museo de Arte de Denver en febrero de 1967. | Foto: Getty Images
MODA PASAJERA
En su pico de popularidad, los vestidos de papel estaban en todas partes, e incluso llegaron a verse otros tipos de piezas del mismo material. Algunos especulaban que sería el fin de los textiles en la moda, y que el futuro sería de papel.
Sin embargo, a medida que la novedad fue pasando, las desventajas se hicieron más evidentes. Los vestidos no tenían cortes muy favorables y eran incómodos. Sus colores solían perderse rápidamente y manchar otras prendas. Peor aún, terminaban como desechos en cuestión de poco tiempo. Para 1968, la ropa de papel había desaparecido del todo del mercado de la moda.
Modelo Michele Wheeler luce vestido de papel junto al guardacostas Ronald Klegan en Nueva York, EEUU, en 1966. | Foto: Getty Images
APLICACIONES MODERNAS
A pesar de su pérdida de popularidad, la ropa de papel nunca dejó de ser fabricada por completo. Simplemente fue desfasada en el mundo de la moda, pero aún ofrece desempeño conveniente para muchas aplicaciones, especialmente en el área industrial y médica.
Hoy en día, usamos telas a base de celulosa para fabricar todo tipo de prendas desechables, como batas de hospital, sacos de trabajo y overoles. Por otra parte, el estilo singular de la ropa de papel sigue inspirando a muchos diseñadores modernos.
Tony Curtis pinta el vestido de papel de Claudia Cardinale en el set de filmación de la película de 1967, "Don't Make Waves", en California. | Foto: Getty Images
La historia de la ropa de papel puede que haya terminado en los 60, pero su influencia seguirá por mucho tiempo. Fue una creación que nos permitió ver el potencial de la comercialización masiva, y las consecuencias de la moda rápida, en un reducido microcosmos.
Pero están lejos de ser la única prenda con una fascinante historia detrás. Los vestidos de novia, por ejemplo, son una tradición milenaria que trasciende culturas y continentes.