Bigote Arrocet no quiere hablar de María Teresa Campos, incluso tras sus lágrimas en TV
Aunque el ex de María Teresa Campos prefiere mantenerse en silencio respecto a la ruptura, personas de su entorno han hablado de una posible reconciliación en su futuro.
La matriarca del 'Clan Campos' no pudo evitar deshacerse en lágrimas hablando de Edmundo Arrocet ante la empatía de Bertín Osborne, en una reciente entrevista. La periodista dejó en claro que no ha superado la separación.
Simultáneamente, corrió la noticia del desalojo del apartamento de Madrid donde vivió Bigote los últimos cinco años, lo cual generó una serie de rumores sobre su precaria situación económica.
Con estos dos temas pendientes por aclarar, ‘El Programa de Ana Rosa’ ha querido establecer un contacto con Arrocet, quien se encuentra actualmente viviendo en Chile.
El humorista aclaró que la propietaria del apartamento tiene planes de venderlo, y por eso terminaron el contrato de arrendamiento. Dijo que no hay deudas ni conflictos de por medio.
"Hay que dar gracias que aún no se me acusa de algún crimen", expresó Bigote.
Esta información fue corroborada por la corresponsal del programa, la periodista Marisa Martín Blázquez, quien contactó a los dueños del piso. Estos confirmaron que ciertamente quieren vender el lugar, que los pagos están al día y que todo en la propiedad se encuentra en excelente estado.
POSIBLE RECONCILIACIÓN
Respecto a su reacción ante el dolor que mostró María Teresa al hablar de su relación, fue imposible obtener información directamente de Arrocet, quien se niega a tocar ese tema. Sin embargo, algunas personas de su entorno cercano han arrojado luces sobre el asunto.
“Él es muy cabezota y cree que Teresa le debe una llamada y esa no se ha producido y si la hay, podría haber un acercamiento”, comentó un amigo cercano de Bigote.
Aparentemente, lo que provocó la separación por parte de Edmundo fue el desgaste que sintió al no encontrar apoyo de su pareja a sus planes de viajar y conocer el mundo. La Campos es una mujer que prefiere la comodidad de su hogar, y ninguno fue capaz de ceder en sus posiciones.
María Teresa, por su parte, admitió que pudo tener alguna responsabilidad en la separación, y que a veces tomaba el teléfono llena de nostalgia. Pero resulta evidente que, al igual que su ex, no se anima a dar el paso definitivo.