Trabajaba como albañil, pero lo dejó todo para aprender leyes y encarcelar al hombre que mató a su hija
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El deseo de hacer justicia lo llevó a superar grandes obstáculos y a obtener la preparación necesaria para castigar a los responsables de la muerte de su hija.
La historia de Rosa Diana Suárez Torres, fallecida a los 21 años de la mano de un exnovio violento, es mucho más frecuente de lo que podemos imaginar.
La joven, hija de José Diego Suárez Padilla, era una aventajada estudiante de Administración de Empresas en la Universidad Autónoma del Estado de México.
En octubre de 2010, Suárez fue agredida violentamente en su casa por Gilberto Campos García, su novio en ese momento. En compañía de su padre, Rosa Diana acudió al Ministerio Público para introducir la denuncia.
“Tengo miedo de que se enoje más y me mate”, dijo la joven llena de angustia, según recoge Milenio, mientras pedía una orden de restricción o algún tipo de protección contra la ira de Gilberto.
Los funcionarios del Ministerio Público de Atizapán que la atendieron, Juan Ignacio Robles Márquez y Mónica Hernández Ruiz, le restaron importancia a la denuncia, haciéndole ver a la familia que las discusiones entre novios no son consideradas un delito.
Además, les explicaron que en México no existen las órdenes de protección, y aunque Gilberto se llevó el celular de Rosa Diana, tampoco lo canalizaron como robo porque ella se lo había entregado. Poco les importó que lo hubiera hecho bajo amenaza.
Finalmente acusaron al individuo por allanamiento de morada, pero archivaron la denuncia sin hacer una citación o detención.
Mazo de justicia. | Foto: Pixabay
FIN DE AÑO TRÁGICO
Apenas dos meses después del violento incidente, Gilberto perdió el control de su ira y le dio muerte a la hija de José Diego.
“Yo me juré ahí, donde me la dejó el criminal, que lucharía por ella. Que iba a luchar no sé hasta dónde para que se le hiciera justicia”, dijo su padre, según recoge Milenio.
La falta de recursos económicos de la familia Suárez les impidió contratar los servicios de un abogado que llevara a la cárcel al asesino de su hija, así como a los cómplices de tal crimen; esos que pudieron impedir la tragedia y se lavaron las manos.
Sala de tribunales. | Foto: Pixabay
ABOGADO AUTODIDACTA
El deseo de hacer justicia llevó al padre de Rosa Diana a abandonar su oficio como albañil y dedicarse con voluntad a aprender las leyes. El código penal, el código civil y la ley de amparos fueron algunos de los textos que José Diego estudió.
Cuando se sintió con las herramientas legales en sus manos, Suárez fungió como el abogado de su hija en la acusación en contra de su asesino y sus cómplices. Logró introducir alrededor de 350 actas y afrontar seis apelaciones.
Libros y mazo de justicia. | Foto: Pixabay
Nueve años después, a finales de 2019, logró que Campos fuera sentenciado a 67 años tras las rejas por feminicidio. Los funcionarios indolentes recibieron dos años de prisión por el cargo de abuso de autoridad.
“A mi hija ya no la tengo, pero si ella dio su vida, que esa vida valga la pena. A las familias les digo: que no se rindan, que no se venzan, que luchen hasta lo máximo”, expresó José Diego.
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