Muere una madre abrazada a su bebé para protegerlo de un derrumbe en sus vacaciones familiares
La fuerza de la naturaleza dejó tres víctimas fatales en una playa de Brasil, luego de que se derrumbara una porción del acantilado sobre ellos.
Una joven familia que vacacionaba en Pipa, una playa ubicada en el estado de Río Grande do Norte al noroeste de Brasil, falleció el pasado martes 17 de noviembre sepultada por un derrumbe de arena.
Hugo Pereira y Stella Souza decidieron disfrutar de un día de descanso en la playa, junto a su bebé Sol de siete meses y su perro. Debido al inclemente sol, se ubicaron a la sombra de un acantilado.
Un inspector de la playa presuntamente se acercó a la pareja para advertirles sobre los daños que la marea había producido en el acantilado y el peligro que corrían al permanecer debajo del mismo.
Lamentablemente, sus advertencias no fueron tomadas en cuenta y repentinamente una parte del acantilado se desprendió justo en donde se encontraba la familia, enterrándolos por completo.
Los lugareños que presenciaron el accidente se abocaron de inmediato a remover tanto la arena como las rocas que los tapiaban. Encontraron a Hugo, de 32 años, sin vida. Muy cerca apareció el cuerpo inerte de Stella, quien abrazaba a su hijo en un intento por protegerlo del derrumbe.
El bebé aún respiraba. Sin embargo, los esfuerzos de un médico que se encontraba cerca no lograron salvarle la vida y falleció a los pocos minutos. La mascota de la familia también murió en el derrumbe.
UNA PAREJA FELIZ
Hugo y Stella vivían en el barrio Praia do Amor, muy cerca de la playa donde ocurrió el terrible accidente. Él era gerente en el Hotel Morada da Brisa y ella estaba estudiando psicología en una universidad de la localidad.
“Eran muy felices, una familia muy feliz. Hugo era un hombre maravilloso que cuidó bien de Stella y Sol. Eran personas que solo transmitían felicidad", dijo Sanzia María, madre de Stella, según cita Daily Mail.
El jefe de Hugo lo describió como un ser humano muy especial, feliz, que amaba ser padre, a los animales y a la naturaleza. Se pudo conocer que algunos años atrás dejó su trabajo y se dedicó a viajar con su perra Brisa por 24 estados de Brasil y por los 5 continentes.
Su compañera de viaje Brisa murió en 2018 y Pereira se tatuó su imagen en uno de sus brazos. También le dio su nombre al alojamiento turístico que regentaba la pareja, el cual debió cerrar las puertas por la pandemia. Pensaban reabrir muy pronto.