Conoció a un hombre en línea y su papá la acompañó a la primera cita: mira el hermoso momento
Internet se ha convertido en la plataforma perfecta para que muchas personas conozcan a su media naranja. Sin embargo, se enfrentan a algunos riesgos a la hora de tener citas con personas de la red.
El padre de esta historia quiso proteger a su hija, aunque ya sea adulta. Por eso, la acompañó a conocer al hombre que la había contactado a través de la aplicación Tinder.
La joven, cuyo nombre y lugar de residencia se desconoce, compartió en sus redes sociales algunas fotografías de su primera salida con un chico de la aplicación de citas.
Pareja frente a frente en la calle. | Foto: Pixabay
El encuentro se llevó a cabo en una cafetería de su ciudad, a la que llegó acompañada por su padre. El hombre se sentó en otra mesa guardando distancia, pero alerta por si tenía que reaccionar para salvar a la niña de sus ojos.
La joven lejos de negarse, aceptó que su padre la acompañara. Incluso, posó sonriente en una de las fotografías, donde se veía a su progenitor al fondo.
En cuanto se cercioró de que todo estaba bien y su hija no corría peligro, el hombre se retiró del lugar para dejar que ella tuviera la privacidad que necesitaba.
La historia sucedió hace algunos años y ha sido rescatada en varias ocasiones por otras páginas de Facebook e Instagram.
Como era de esperarse la publicación generó muchas reacciones entre los usuarios. En su mayoría apoyaron el proceder del padre y dijeron que ellos también lo harían debido a los peligros que pueden correr los jóvenes en este tipo de encuentros.
Pareja tomada de la mano posando con sus maletas. | Foto: Pixabay
Esta no es la primera vez que un familiar quiere acompañar a una chica de la familia en su primera cita. De hecho, Xiao Liu, un joven chino de 23 años, se encontró con 23 parientes de su futura novia en el restaurante al que la invitó a cenar.
La pareja planeó una cita a ciegas y la familia de la mujer quería comprobar el poder adquisitivo del joven. Entonces, acudieron todos al lugar e hicieron sus pedidos. En cuanto vio la cuenta, el pretendiente huyó sin pensarlo dos veces.