Mujer se encadena a una motocicleta en México para que se la vendan a 14 pesos
Las ofertas prenavideñas generan situaciones particulares y desagradables conflictos por el consumismo de la época y el caos. Pero algunos errores son costosos.
Las nuevas generaciones han querido imponer una nueva manera de escribir, donde prescinden de algunas letras y de la mayoría de los signos de puntuación. Esto afecta la fluidez de la comunicación asertiva.
Sin embargo, cuando se trata de números, la diferencia entre escribir un punto o una coma podría significar miles de pesos, como quedó en evidencia durante la temporada del llamado Buen Fin, en México.
Supermercado. | Foto: Shutterstock
El Buen Fin es un evento comercial inspirado en el popular Black Friday de Estados Unidos, y tiene lugar cada año durante cuatro días del mes de noviembre.
En este periodo, los comercios ofrecen grandes descuentos en sus productos a la venta, así como las negociaciones a crédito sin intereses.
El volumen de clientes y de movimientos comerciales tiende a producir caos y por supuesto, cientos de errores al etiquetar los artículos con los nuevos precios. La mayoría de las veces los comerciantes los dejan pasar.
Signo de descuento. | Foto: Shutterstock
COSTOSO ERROR
Pero en esta oportunidad, el error significaba miles de pesos de diferencia. El caso tuvo lugar en la sucursal del Wal-Mart de San Luis Potosí.
El negocio ofrecía en rebaja una motocicleta Italika con una etiqueta que indicaba que el precio inicial era 19.990 y con el descuento quedaba en 13.990.
El pequeño detalle es que en México el punto se toma como separador decimal y la coma es la que separa las centenas de las unidades de mil, por lo cual el precio ofertado era en realidad unos 14 pesos.
Una de las primeras clientas en percatarse del tentador y absurdo precio exigió que se la vendieran según lo indicado en la etiqueta. Posteriormente, seis clientes más se mostraron interesados en comprar la motocicleta.
Cartel de rebajas. | Foto: Shutterstock
El gerente del establecimiento le indicó a todos que solo la persona que llegó en primer lugar tenía derecho a realizar un reclamo. Luego intentó razonar con la señora, quien en su desesperación se encadenó a la motocicleta, negándose a aceptar un no por respuesta.
Finalmente, el reclamo llegó a la Procuraduría Federal del Consumidor, cuya labor es asesorar a ambas partes en estas situaciones, pero no se logró conciliar ni llegar a un acuerdo satisfactorio. Por ahora, se ignora si la mujer sigue encadenada en la tienda o si el empleado que confundió el punto con la coma está en problemas.