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Un hombre plantó miles de flores para poner una sonrisa en el rostro de su esposa ciega

Vanessa Guzmán
16 feb 2021
11:40

Aunque la vista es uno de los sentidos más importantes para el hombre, hay otros que pueden llevar al humano a vivir experiencias sensoriales.

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Un hombre plantó miles de flores para poner una sonrisa en el rostro de su esposa ciega. La señora Kuroki no podía ver, pero si oler y por eso su marido escogió una especia muy aromática.

Cuando la dama de origen japonés perdió la vista por complicaciones con la diabetes, ella y su familia sufrieron mucho, por eso, su marido le dio el mejor regalo que cualquier mujer puede recibir.

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LA HISTORIA DE LOS KUROKI

El hogar se los Kuroki se estableció en Shintomi, en la prefectura de Miyazaki-Japón. Allí tuvieron a sus hijos y vivieron felices hasta que la madre y esposa comenzó a tener problemas de salud y quedó completamente ciega.

Debido a su condición, la dama no salía de casa y vivía deprimida y mal humorada. Mientras tanto, su esposo sabía que tenía que hacer algo. No quería ver sufrir más a su amada y fue entonces cuando pensó que le daría el mejor de los regalos: flores.

Pero no se trataba de un ramo, sino de miles de flores que le devolvieran la sonrisa a su rostro. Con su olfato intacto, el señor Kuroki comenzó a plantar semillas de Shibazakura, una aromática flor con la que cultivó un enorme jardín.

LA ATRAÍA AL EXTERIOR

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El intenso aroma de las shibazakura atraía hacia el exterior a la señora Kuroki, por lo que el japonés continúo sembrando semillas en un amplio terreno que rodeaba su vivienda.

Pasó dos años plantando la flor de color fucsia y cuando el color cubrió todo su jardín, el encierro de su amor había terminado al igual que su depresión.

El dulce olor que penetraba por las fosas nasales de la señora Kuroki le devolvió la sonrisa y todo gracias a la gran idea que tuvo su marido, con la que quedó en evidencia lo mucho que ama a la madre de sus hijos. Para él, lo único importante era cambiarle la vida al amor de su vida.

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ATRACCIÓN TURÍSTICA

El jardín de los Kuroki es tan hermoso, que la voz se fue corriendo y el jardín con miles de Shibazakura se convirtió en atracción turística.

No solo la mujer que no podía ver disfruta del aroma de las flores, sino que al menos 7.000 visitantes al año tienen la oportunidad de llenar sus pulmones con el dulce olor que emana del jardín da la familia japonesa.

Y aunque no se trata de un espacio público, la alfombra fucsia de los Kuroki le regala sonrisas a los foráneos, tanto como se las roba a la bella anciana que perdió la vista.

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