Voluntaria habla de los menores que han cruzado la frontera: "Creían que era una excursión"
La normalidad va regresando poco a poco a Ceuta, España, después de la marea de migrantes subsaharianos que arribó a la ciudad desde el pasado lunes.
Las cifras oficiales hablan de más de 8.000 personas. Entre ellas, un aproximado de 1.500 a 2.000 menores de edad. Algunos con sus padres y otros solos.
Muchos de estos jóvenes llevan tres días deambulando por las calles de Ceuta. Mientras otros ya han logrado regresar a su hogar en Marruecos.
Las razones para unirse a la multitud que se lanzó al mar son diversas. Algunos jóvenes solo iban siguiendo los pasos de sus amigos.
"Muchos fueron donde iban todos, iban sus amigos y ellos también, para muchos era una fiesta", dijo una de las voluntarias a El Confidencial.
Otros vieron la oportunidad de llegar a las playas de Ceuta para después intentar colarse en uno de los ferris que cruza la península. Un tipo migrante que se ve hace años en la ciudad.
Además, cuenta la voluntaria que hay un tercer perfil de migrantes menores de edad en este último grupo de personas que llegó a España el lunes en la noche.
Ellos son los jóvenes estudiantes que vinieron engañados. Muchos fueron recogidos en buses en la salida del colegio.
Después, los dejaron en la frontera para embarcarlos en la peligrosa aventura marítima que los trajo hasta las calles de Ceuta.
Las familias de estos menores viven una verdadera odisea. Ellos tratan de contactarse con personas en la ciudad española para dar con el paradero de sus hijos.
"Contaba que han mandado autobuses a los colegios en Marruecos, los niños pensaban que iban de excursión", dijo una madre Marroquí a la voluntaria anónima en Ceuta.
Algunos ya han regresado con sus familias en Marruecos. Mientras, otros continúan desaparecidos. Sus familias no se rinden.
Debido a esta situación, el Área de Menores dispuso de un número de contacto para los padres que están buscando a sus hijos.
Además, las comunidades autónomas recibirán a los 200 menores extranjeros que ya había acogido Ceuta para liberar el espacio para los recién llegados. El Gobierno de la ciudad debe iniciar el complicado proceso de identificar tanto a los niños como a las familias.
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