Abuela de 55 años gasta todos sus ahorros en cubrir su cuerpo de tatuajes

La alemana admitió que hasta hace cinco años odiaba los tatuajes y ahora apenas hay espacio libre en su piel.

Kerstin Tristan está convencida de que sus tatuajes son la fuente de su vibrante energía. La mujer de 55 años de edad ha dedicado los ahorros de su vida en diseños que ahora cubren la mayor parte de su cuerpo.

EL 90% DE SU CUERPO

Hasta hace cinco años Tristan odiaba la idea de tener tinta en su cuerpo, pero un buen día quiso desafiar los parámetros de la sociedad y decidió hacerse su primer diseño: unas brillantes flores en su brazo izquierdo. Desde entonces no ha querido dejar usar su piel como lienzo.

"Simplemente quería probar algo nuevo. Todos vivimos una sola vez y pensé que a mi edad algo significativo tiene que pasar", explicó la modelo en una entrevista con Truly.

FLORES Y MARIPOSAS

La extaxista de Leipzig, Alemania, confesó que ha gastado más de 42.000 dólares en cubrir el 90% de su cuerpo con diseños que no duda en compartir con los internautas a través de su cuenta de Instagram.

Kerstin está repleta de flores y mariposas hechas con tinta. Además, resaltó que el compromiso con su estilo ha llegado al punto en que no soportaría ver grandes extensiones de su cuerpo sin los vibrantes colores que hoy la matizan.

"Cuando me miro en el espejo, veo un hermoso prado", comentó Tristan, dejando claro lo orgullosa que está de su interesante apariencia.

YA ES UNA INFLUENCER

Kerstin aprovechó su particular estilo para convertirse en toda una celebridad en las redes sociales. La mujer ya acumula más de 159.000 seguidores en Instagram y unos cuantos miles más en OnlyFans, donde los usuarios pagan una suscripción para ver su cuerpo tatuado.

Sin embargo, su fama también ha llamado la atención de varios detractores que suelen dedicarle comentarios negativos por el aspecto que luce a sus 55 años de edad. Por suerte, esto la tiene sin cuidado.

Al parecer, la modelo recibe más halagos que críticas. Además, adelantó que pretende tapar la poca piel que le queda libre de tinta. Su próximo proyecto es tatuar su cuello hasta la línea del mentón.