La herencia de la abuela le enseña a dos mujeres una lección sobre la justicia – Historia del día
La abuela decidió legarle a sus nietas sus cosas más preciadas. Pero lo más importante no fue el valor de los objetos, sino el gran aprendizaje que les dejó a cada una de ellas.
María Lucero Castillo era una señora que había logrado varias cosas en su vida. Pero su mayor orgullo era tener a tres encantadoras nietas que amar. Es por esto que cuando la abuela se percató de que estaba en los últimos días de su vida, debía organizar todo y distribuir los bienes a las jóvenes.
Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash
Con esto en mente, María Lucero llamó un día a sus tres nietas (Andrea, Silvia y Mónica) para una reunión familiar. Allí les contó su decisión de dejarles una pequeña, pero muy importante herencia.
Sobre una mesa se encontraban un reloj viejo y dos cajas de joyas. Andrea y Silvia inmediatamente se sorprendieron y preguntaron si podían elegir. Pero la abuela les hizo saber que la repartición se haría aleatoria.
“Tengo tres papelitos en esta bolsa con un objeto escrito en cada uno de ellos. Cada una elegirá uno y verá lo que le corresponde, ¿de acuerdo? ¿Es justo?”, explicó.
Las tres sacaron sus respectivos papeles y descubrieron lo que les había tocado: Andrea obtuvo un anillo de diamantes, Silvia el antiguo reloj y Mónica unas esmeraldas.
“¡Ay no, ese viejo reloj horrible!”, manifestó Silvia con evidente decepción.
Mónica no pudo creer la reacción de su hermana y le propuso hacer un cambio, lo cual Silvia aceptó sin dudar. Poco después Andrea y Silvia empezaron a burlarse de Mónica por su “tonta decisión”, lo cual María Lucero escuchó.
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Sin dar mayores detalles, la abuela le sugirió a cada una de sus nietas que por favor aseguraran sus reliquias. Tanto Andrea como Silvia se pusieron en contacto rápidamente con una compañía de seguros y descubrieron que cada una de sus joyas estaban valorizadas en más de 100 mil dólares.
Mientras tanto, Mónica habló con un experto para preguntar si realmente valía la pena asegurar el viejo reloj.
“Este reloj tiene más de doscientos setenta años y, por la inscripción de la parte posterior, fue un regalo de Luis XV de Francia a su amante Madame Pompadour. Es de oro macizo, y probablemente valga más de un millón en una subasta”, le dijo el hombre.
La joven quedó atónita. Pero aún más sorprendida quedó Silvia cuando se enteró, así corrió a donde su abuela para tratar de que su hermana le regresara el reloj.
Mónica explicó que no lo hubiese cambiado de haber sabido su valor. Sin embargo, la respuesta de María Lucero le dio una gran lección.
“Tampoco lo sabía Giselle, pero ella quería ese viejo reloj porque era un recuerdo mío. Ella estaba siendo amable contigo, ¡pero tú sencillamente eres muy codiciosa!”, le dijo.
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