Padre abraza y consuela al hombre que accidentalmente atropelló a su propia hija (Video)
En un gesto de total empatía y generosidad, el padre de una pequeña gravemente herida abraza al conductor del vehículo que la atropelló. Sintió que debía consolarlo.
Los habitantes del barrio Guaratuba, en Curitiba, Brasil, fueron testigos del terrible accidente. Una pequeña de 10 años corrió tras su pelota, sin percatarse del riesgo de cruzar la vía.
Para el joven conductor resultó imposible detener su vehículo, y en fracciones de segundos la niña fue golpeada por la carrocería. Pero lo que ocurrió después conmovió a todos los presentes.
El momento del abrazo. | Foto: Captura de Youtube/Balanço Geral Curitiba
DETRÁS DE UNA PELOTA
El pasado 15 de abril, la pequeña Haghatta se divertía mientras jugaba a la pelota en las calles de su barrio. Cuando la bola rodó por la Rua Astorga, no lo pensó ni un segundo para correr tras ella.
El conductor que venía por la calle a la velocidad establecida, no tuvo el tiempo suficiente para detener el automóvil y atropelló a la pequeña. La niña quedó tendida en la calle, herida de gravedad.
El joven salió de inmediato del vehículo y al ver lo ocurrido, comenzó a llorar con desconsuelo. Los paramédicos estabilizaron a la niña y la trasladaron al centro hospitalario, donde se debatía entre la vida y la muerte.
UN ABRAZO SOLIDARIO
El padre de Haghatta se acercó al hombre, que estaba destrozado al ver la gravedad de las lesiones de la pequeña. Pero lejos de hacerle un reclamo o agredirlo, le dio un abrazo para consolarlo.
“Vi sinceridad en su corazón, no era el momento de pelear, teníamos que abrazarnos y ayudarnos”, explicó el padre de Haghatta, según cita Upsocl.
A pesar de que el conductor estaba atormentado por la culpa, este padre tuvo la suficiente lucidez para entender que lo ocurrido había sido un accidente. Y su actitud es digna de admiración.
Las autoridades que llegaron al lugar de los hechos, verificaron que el conductor estaba perfectamente calificado para conducir. El joven no iba a exceso de velocidad ni iba distraído, y nunca había tenido una infracción de tránsito.
“No tengo que perdonarte. ¿Le pegaste a mi hija porque querías? No fue porque quisieras. Entonces lo único que les pido, de corazón, es que oren. Recen por mi hija, para que salga bien y sobreviva”, dijo el hombre. Afortunadamente, tras siete días en el hospital, la niña fue dada de alta.