La emotiva carta de despedida de Mila a su nieto: "Que cuando yo ya no esté, lea esto"
Cinco años atrás, Mila Ximénez dejó una carta para que su nieto Alexander leyera tras su partida. Repasó las emociones de ser madre y abuela.
La misiva fue escrita mucho antes de que Mila tuviese forma de sospechar que le quedaba poco tiempo: nada parecía presagiar, en 2016, la enfermedad que se la llevaría un quinquenio más tarde.
Son palabras llenas de emoción, que comienzan con un recuerdo a la vez puntual y muy intenso: el nacimiento de su primer nieto.
"El día 23 de enero de 2007 recibí una llamada que me hizo brincar el alma y cambió mi vida para siempre", recordó. Las palabras de su hija le hicieron saltar el corazón de alegría: "¡Mamá! ¡Ya está aquí Alexander!".
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Con el sentido del humor que siempre la caracterizó, Mila recordó lo que fue el trayecto hasta la clínica donde estaba su hija. "Estoy segura de que el taxista que me llevó ese día a la clínica Ruber no habrá olvidado fácilmente la pesadilla de ese trayecto", bromeó.
Al parecer, la emoción era tal que Mila no podía quedarse quieta en el asiento. Sus palabras recuerdan que no paraba de preguntar si no había una ruta más breve, y la hacían discutir con el destino que no la dejaba llegar de inmediato.
"La cara de alivio de ese hombre cuando me soltó en la puerta del hospital estuvo a punto de arrancarme un abrazo", contaba. "Me contuve".
En su carta a su nieto, ella también explica algo de la relación con su hija: Alba prefería que Mila no estuviese a su lado en los momentos de mucha tensión porque Mila nunca supo controlarse.
"Soy nula para mantener la calma", confesaba. "La mía, y sobre todo la de los demás".
Cuando finalmente llegó y vio a su hija con su nieto, su vida dio un giro y cambió para siempre. "No se podía ser más feliz", declaró.
"Cada día que miro a Alexander recuerdo con la misma intensidad el primer día que le cogí en brazos", confesaba. "Temblaba como cuando era niña y abría mis regalos de Reyes".
"Este es mi homenaje a mi nieto. Quiero que cuando yo ya no esté, pueda leer esto", escribió Mila.
Recordó las ocurrencias del niño, que no comprendía que lo que hacía su abuela era trabajo porque la veía divertirse mucho en cámara. Y agradeció a su hija y su yerno "por haber reconstruido mi vida desde el derribo".
Estas palabras de Mila traen momentos de reflexión. ¿Cuál querrías que fuera tu legado el día que ya no estés? Compártelo con nosotros en los comentarios.