"Me estoy muriendo": el angustiante mensaje de voz de un migrante a su esposa desde la frontera

Un migrante ecuatoriano intentó cruzar ilegalmente a los Estados Unidos, y llegó al umbral de la muerte. Ahora está desaparecido.

Los mensajes de voz que envió José, de 30 años, a su esposa desde el desierto de Arizona son escalofriantes. Sin agua y al límite de sus fuerzas, le envió audios para explicarle la situación. Y potencialmente despedirse.

"Mi amor, me estoy muriendo", le decía. "Estoy botado aquí, sin agua".

Con un hilo de voz, le repetía: "No sé qué hacer". La situación era extrema en el desierto, con temperaturas extremas.

Llevaba apenas un día caminando por el desierto, pero es un entorno realmente inhóspito, y empezó a deshidratarse. Su esposa le recomendó que usara la carga de batería que todavía le quedaba para llamar al 911 y entregarse a Migración. Solo así podría salvar su vida.

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"Perdóname, no pude llegar, amor", le escribía él mientras tanto. "No voy a poder cumplir los sueños de mi Kiarita", se preocupaba por su hija. "No va a poder tener su casita como le prometí".

Le contaba también a su esposa que estaba con vómitos, y sintiéndose muy mal. Realmente creía que iba a morir, y le envió un mensaje de despedida en el que le decía que la amaba.

"Es lo más duro, que él se estaba despidiendo", relató su mujer. "Todos entramos en pánico, en desesperación, gritábamos y llorábamos porque no nos contestaba las llamadas".

El último mensaje que recibió de su parte era más alentador. Todavía agitado y descompuesto, pero ya un poco más entero, le decía: "Ya me vinieron a ver, ya estoy yendo aquí con inmigración".

Sin embargo, fue lo último que pudo saber de su esposo. La prensa contactó a la patrulla fronteriza de Tucson, Arizona, y ellos confirmaron haberlo rescatado.

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Contaron que le dieron atención médica en un hospital. Pero una vez que José se repuso de su cuadro, producto de la exposición al desierto, fue deportado a México. Sin embargo, su familia no ha vuelto a tener noticias de él.

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