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Maestro busca un empleo en los semáforos y se niega a recibir dinero: solo quiere trabajar

Diego Rivera Diaz
15 ago 2021
21:20

En Brasil, un profesor y periodista se hizo viral luego de tener que recurrir a un afiche en un semáforo de Belo Horizonte para publicitar su búsqueda de trabajo.

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A veces, podemos toparnos con retos difíciles de superar. Las enfermedades, penurias y el desempleo hacen estragos en la vida de muchas personas. Pero cuando parece que todo está perdido es cuando más importa seguir luchando.

Y un educador y periodista brasileño que está actualmente desempleado está dando el ejemplo perfecto. Cuando muchos se resignarían a pedir limosnas, él lo único que pide es un trabajo.

Hombre sin hogar. | Foto: Shutterstock

Hombre sin hogar. | Foto: Shutterstock

Eduardo Durães Júnior es un periodista profesional con una maestría en Lenguaje. Tras un largo tiempo desempleado, el hombre brasileño decidió hacer lo que fuese necesario para conseguir una oportunidad.

Optó por imprimir un afiche con todos sus datos profesionales y pedir un trabajo en los semáforos de la ciudad de Belo Horizonte. Posteriormente, publicó fotos de su estratagema en LinkedIn, donde rápidamente se hizo viral.

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"Hoy mi vida imitó mi arte. Estaba en un semáforo (...) la oeste de Belo Horizonte, y luego en (...) Contagem. Compartí mi historia con John y Guilherme, dos vendedores ambulantes", escribió el hombre.

Vestido de camisa azul y con mascarilla, Eduardo mostró su afiche de más de 1 metro de lado, pendiendo de su cuello. En el afiche, el profesor escribió "¡Necesito trabajo! Soy periodista, profesor y tengo maestría. ¡También tengo una hija que alimentar!"

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Y Durães Júnior no se conformó con su afiche. Además, repartió pazocas de maíz (un dulce típico de Brasil) a los conductores, para darles una razón para detenerse a leer el afiche.

Los bocadillos eran totalmente gratis, lo cual dejó impactados a buena parte de la gente que se topó con el maestro. Eduardo afirma que esto le da más visibilidad que entregar un currículo y esperar llamadas que nunca llegan.

"Un sujeto, cuando le di la pazoca, me ofreció 5 reales. 'Es para ayudarte'. Me reí y no lo acepté, le dije que no estaba ahí buscando dinero. Otro me ofreció unas monedas", acotó el profesor.

"Fui a dar visibilidad a mi lucha: pidiendo un trabajo de verdad, algo digno, que pague un salario por el trabajo que siempre hago con dedicación, compromiso y esfuerzo", contó el hombre.

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