Mamá deja la calle para vender pan y recibe el apoyo de desconocidos para su nueva vida
La historia de esta madre de tres demuestra que querer es poder. Ella logró dejar su pasado para construir un mejor futuro.
Lenilda tiene de 42 años y tres hijos. Es oriunda de Río Blanco en Brasil y es un ejemplo de superación. Esta madre soltera dejó la calle para vender pan.
Tomó la decisión de abandonar sus adicciones, renovar su vida y ser una mejor mujer. Ahora recibe el apoyo de desconocidos que han hecho más fácil transitar por su nuevo camino.
Lenilda quiere tener su propia panadería. | Foto: YouTube/ Voaa Vaquinha do Razões.
SU SUEÑO
Junto a sus hijos, Lenilda se levanta todos los días para trabajar dignamente. Vende pan en bicicleta. Sin embargo, no cuenta con un espacio o una casa donde desarrollar su emprendimiento.
Por fortuna, se ha conseguido personas de buen corazón que están haciendo posible su sueño. Para que esta madre tenga su propio hogar y negocio, lanzaron una campaña de recaudación de fondos.
La intención es poder construirle una vivienda con una gran estufa y un horno para que Lenilda cuenta con su panadería.
En el presente vive en una casa de madera con una habitación donde hay un baño improvisado, sin ducha ni agua.
UNA MEJOR VIDA
La brasileña quiere una mejor vida para sus hijos y para ella. Tener una panadería le garantizaría ingresos todos los meses y no padecería por completar el dinero para llegar a fin de mes.
Su exmarido la dejó en la calle. Al separarse vendió la casa que tenían juntos sin decirle nada. Estando embarazada tuvo que dejar la residencia y habitar un techo improvisado.
Para poder cubrir las necesidades de sus hijos tuvo que vender los artículos del hogar que poseía: estufa, sofá, televisión y otros. Fue así como pudo pagar un terreno donde dormía en un colchón junto a sus hijos.
Luego su hermana le prestó la casa donde viven actualmente, pero debe desalojarla muy pronto por solicitud de su familiar.
UN NUEVO COMIENZO
Pero como la esperanza es lo último que se pierde, Lenilda está convencida de que tendrá un nuevo comienzo.
Ha pasado por etapas muy duras en las que su fortaleza ha sido puesta a prueba. También enfrenta los prejuicios por algunas acciones de su pasado que llevó a cabo por necesidad.
Pero desde que a una amiga se le ocurrió que vendieran pan, todo comenzó a ser diferente. Tuvo la visión de un negocio que la ha ayudado a mantener a su familia. Por eso quisiera hacerlo crecer y emprender con una panadería.
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Lenilda espera que su nevera nunca más vuelva a estar vacía. Dice que no solo hace pan para vender, sino para dar de comer a algunos vecinos que también están pasando por muchas dificultades.
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