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Un grupo de mujeres teje pulpos de crochet para bebés prematuros y enfermos graves

Mayra Pérez
11 sept 2021
07:20

Los bebés prematuros son muy frágiles y requieren de muchos cuidados y amor para que culminar el desarrollo fuera del confortable útero de su madre. Estas mujeres ayudan en este proceso.

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Desde hace varios años se evidenció que un adorable juguete con forma de pulpo, tejido a crochet, tenían el poder de calmar a los bebés que habían nacido en forma prematura.

Ahora, un grupo de mujeres con habilidades en este tipo de tejido se han unido en un proyecto maravilloso dedicado exclusivamente a tejer estos muñequitos. En AmoMama te contamos sobre él.

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PULPITOS DE AMOR

La idea surgió de la enfermera y doula Lusandra María Gomes Almeida, residente de Arapiraca, Brasil. Cuando trabajaba como voluntaria en 2013, en una consultoría de lactancia, descubrió un proyecto similar en Dinamarca.

Ya para ese entonces, había evidencias no científicas de los beneficios terapéuticos que estos pulpitos tejidos traían a los niños prematuros. Incluso supo que en muchos países ya los estaban usando en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales.

“Los pulpos con sus tentáculos simulan para el bebé el cordón umbilical; y la textura del crochet se asemeja a la textura de la pared uterina. Con esto, se sienten más acogidos y tranquilos”, explicó Natascha Cibele Barbosa, fisioterapeuta, según recoge Uol.

Los nacidos tras menos de 37 semanas de gestación que abrazan a estos pulpitos de crochet, experimentan una reducción de la frecuencia cardíaca y respiratoria. Eso acelera el proceso de maduración de los bebés, que pronto abandonan el soporte de oxígeno.

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CROCHETEIRAS E CIA

El proyecto de este grupo de mujeres funciona desde el 2017, y ha dotado de cientos de pulpitos al Hospital Regional Nossa Senhora do Bom Conselho, ubicado en Arapiraca. Incluso, llegaron a enviar a otros hospitales para no almacenar el excedente.

Además, dictaban talleres donde enseñaban a quienes estuvieran interesados en aprender a elaborar estos animalitos y donarlos. Sin embargo, todo se paralizó a raíz de la pandemia y disminuyó el número de voluntarios, así como de pulpos donados para los niños.

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