La niña que dijo haber visitado el Cielo y a Dios ya es adulta y gana dinero vendiendo pinturas de sus visiones
El trabajo artístico de una jovencita que dijo haber visitado el Cielo de pequeña ha sido descrito como visionario, pero con los pies en la tierra. Son piezas realmente impactantes.
Cuando tenía apenas 4 años de edad, Akiane Kramarik comenzó a tener visiones, y eventualmente, fue considerada un prodigio por su arte. Hoy en día, con 27 años de edad, se gana la vida vendiendo el arte que refleja sus visiones.
Al principio, sus visiones no tenían connotaciones religiosas o espirituales. Pero terminó hablando con Dios, y desde entonces, lo refleja en todas sus obras.
A principios de los 2000, alguien se robó la pieza que originalmente la hizo famosa, llamada "The Prince of Peace", la cual pintó a los ocho años de edad. Eventualmente reapareció, aunque había sufrido daños.
La pintura luego tuvo una ardua travesía. Fue vendida accidentalmente, y luego desapareció en 2019. Finalmente, volvió a ser exhibida al público, y fue comprada casi inmediatamente por 850.000 dólares. Se han vendido miles de copias a nivel mundial.
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Pero esa pintura no sería el único gran éxito de esta angelical jovencita. Desde entonces ha producido gran cantidad de obras reconocidas, incluyendo "Enlightenment", "The Dreamer", y "Jesus", entre otras.
Kramarik dice que su familia y conexión a Dios le han permitido enfocarse en su camino. Su inspiración "ha sido y sigue siendo la vida misma. La vida visible e invisible. La vida ocupada y serena", dijo la joven.
Fuera de sus obras, la artista dice que Dios es parte de cada acción que toma en su vida. Kramarik cree firmemente que el poder sagrado es inseparable de la vida misma.
Con más de 300 pinturas a su nombre, la talentosa mujer ha tenido gran impacto en el mundo del arte. Pero cree que su propósito creativo es mucho más grande que eso.
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"Si he recibido un regalo de Dios, y lo he recibido, es solo por una razón, para ayudar a los demás", dijo.
Cuando no está intentando cambiar el mundo, Kramarik tiene una vida sencilla. Cocina, ayuda a su familia con su granja, y disfruta montar su bicicleta en su tiempo libre.