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Fotografía dentro de un portaretrato con el vidrio roto. | Foto: Shutterstock
Fotografía dentro de un portaretrato con el vidrio roto. | Foto: Shutterstock

Mi mamá quedó helada cuando conoció a mi prometido y vio su marca de nacimiento - Historia del día

Llevé a mi prometido a conocer a mis padres y mi mamá no podía dejar de mirarlo de manera extraña. Luego empezó a hacer preguntas. Pensé que no le agradaba, pero la verdad era mucho peor que eso.

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“¡Mamá, papá, este es Ricardo, mi prometido!”, dije alegremente cuando mis padres abrieron la puerta y nos dejaron entrar. Era la primera vez que lo veían desde nuestro compromiso.

Habíamos estado saliendo durante aproximadamente un año cuando él me propuso matrimonio. Así que lo llevé primero con mis padres.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Hola, Sr. y Sra. Jiménez. Es un placer conocer a los padres de Linda. Su casa es hermosa”, dijo Ricardo. Estrechó la mano de mi madre y ella se quedó inmóvil.

“Es un placer conocerte también. ¿Quieres algo de beber?”, dijo mi papá cuando mamá no respondió. Estaba pálida y miraba a Ricardo intensamente.

“¿Mamá?”, dije. Ni siquiera me miró.

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“Carla, ¿podrías traerles un poco de té a Ricardo y a Linda?”, preguntó papá, sacudiéndola. Fue entonces cuando mamá salió de su trance y se movió.

“Ah, sí. Encantada de conocerte. Prepararé las bebidas”, dijo y se dirigió a la cocina. Mi prometido me preguntó si todo estaba bien y le aseguré que sí. Pero, sinceramente, ya no estaba segura.

Mamá trajo té y hablamos un rato en la sala. Luego sirvió la cena y comenzó a hacerle todo tipo de preguntas a Ricardo. “Entonces, ¿cómo son tus padres?”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

“Bueno, mi papá y mi mamá son personas bastante normales. Me parezco a él”, dijo en joven cortésmente. Pero mamá comenzó a hacerle más preguntas sobre su padre y su vida. Él les respondía a todas, pero se estaba poniendo incómodo.

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No pude soportarlo más. “Mamá, ¿qué está pasando? ¿Tienes algo que decir? Porque estás muy rara con Ricardo”, le dije.

De repente, las lágrimas brotaron de sus ojos. “Lo siento. Ricardo, ¿tu padre es Ernesto Casadiego?", preguntó.

“Sí. ¿Lo conoce?”, respondió el joven. Papá y yo miramos a mamá expectantes, pero ella parecía no hallar palabras.

“Carla, ¿qué está pasando? ¿Por qué estás llorando?”, mi papá también preguntó. Estábamos desconcertados.

Oh, Gilberto. ¿Recuerdas a Ernesto? Te hablé de él hace años…”, se calló.

“Ah, sí, el que... oh... ¡Oh!”, papá murmuró, luciendo como si acabara de tener una epifanía.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

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"Será mejor que uno de ustedes me diga qué está pasando en este momento. ¡Me están volviendo loca!”, exclamé.

“¿Cómo conocen a mi padre?”, preguntó Ricardo, confundido y vulnerable.

Mi madre se recompuso y empezó a hablar. “Ernesto fue mi novio en la universidad. Éramos jóvenes y estúpidos. Yo... quedé embarazada durante mi último año. Él ya se había graduado y quería mudarse a otro estado”, comenzó.

“No…”, dije, dándome cuenta de lo que estaba diciendo.

“Ernesto y yo rompimos. Nunca le hablé de mi embarazo. Luego conocí a Gilberto y nos casamos de inmediato. Lo siento mucho, Linda”, continuó mamá.

“Entonces, ¿papá no es mi padre biológico?”, dije sin aliento. “Eso significa que Ricardo y yo somos medios hermanos”.

“No puedo creer que nunca me dijeras esto, Carla. Hija, no te preocupes. ¡Puede que no sea tu padre biológico, pero siempre seré tu papá!”, dijo mi padre con convicción. Lloré y lo abracé.

“¡Eso no puede ser verdad! Tal vez sea solo una coincidencia”, agregó Ricardo. Pero sabía que mamá estaba diciendo la verdad.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

“Cuando nos dimos la mano, vi una marca de nacimiento en tu brazo. Ernesto tenía la misma y ustedes dos tienen la misma cara. Es increíble. Por eso me congelé”, continuó mamá.

Miré a Ricardo, el hombre que amaba, y mi corazón se rompió al saber que no podríamos estar juntos. Mi padre estaba regañando a mi madre por no decirle la verdad después de todos estos años.

“¿Por qué me ocultaste esto?”, le preguntó. “Estaba asustada y era estúpida. Lo siento mucho”, respondió mamá.

“Este tipo de secretos SIEMPRE salen a la luz, Carla. Pero especialmente no puedes mentirle a tu esposo”, continuó papá. “Si esto hubiera salido de otra manera, podría haber arruinado nuestra relación. Pero ahora, has arruinado el compromiso de nuestra hija”.

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“Haré cualquier cosa para compensarte”, suplicó mamá y lloró sobre el pecho de mi padre. Sabía que eventualmente la perdonaría, pero ella tenía que reconstruir su confianza.

“Lo que estás diciendo significa que Linda y yo no podemos estar juntos porque somos parientes”, dijo Ricardo con calma. “Pero tenemos que asegurarnos. Hagamos una prueba de ADN”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Todos estuvimos de acuerdo y procedimos a hacerla. Crucé los dedos, esperando que no fuera cierto. Pero mamá tenía razón. Ricardo y yo éramos medios hermanos.

Fue el momento más doloroso de mi vida. Rompimos, pero seguimos manteniendo una amistad lo mejor que pudimos después de esta angustia. Quería sentir resentimiento por mi madre por no haberme contado esta historia antes, pero tal vez, el resultado hubiera sido el mismo.

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Así que la perdoné y mi padre también. Con el tiempo, seguí adelante con mi vida, al igual que Ricardo. Pero nunca me olvidé de él.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La verdad siempre saldrá a la luz. Carla debió haberle contado a su hija sobre su pasado. Tal vez la relación entre Linda y Ricardo no habría sucedido si hubieran conocido la verdad.
  • El perdón es divino. Linda perdonó a su madre por no haberle contado sobre su pasado porque no podía haber predicho este resultado.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com

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