Papá se lanza sobre mesa en la corte para atacar al asesino de su hija minutos después sentencia del juez

Un padre se sintió invadido por la ira cuando vio a los ojos del hombre que le arrebató a su hija para siempre... pero ¿hubo algo específico que lo hizo estallar?

En 2016, un asesino, Michael Madison, de 38 años, fue juzgado en la sala del condado de Cuyahoga por matar a tres mujeres en Ohio, Estados Unidos.

Las víctimas fueron Angela Deskins, de 38 años, Shetisha Sheeley, de 28, y por último, Shirellda Terry, de 18 años, hija de Van Terry.

EL VEREDICTO FINAL

Ya declarado culpable, el juicio se centró en si Madison debía cumplir cadena perpetua o recibir la pena de muerte. La defensa no alegó que la crianza abusiva del asesino excusara sus actos, sino que dio a entender que justificaba la clemencia. El fiscal dijo:

"[La pena de muerte] enviará un mensaje a la comunidad de que se impondrá la sentencia más fuerte posible a crímenes de esta naturaleza".

Finalmente, la jueza dictó una sentencia de pena de muerte en nombre del jurado, la primera de toda su carrera.

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EL PUNTO DE EBULLICIÓN

Tras esta declaración, Terry subió a dar un testimonio de impacto sobre la víctima, el comienzo de una escena sorprendente. De pie en el podio, expresó:

"Ahora mismo, supongo que debemos, en nuestros corazones, perdonar a este payaso, que ha marcado a nuestras familias, se ha llevado a mi hija".

Se volvió lentamente para mirar directamente a los ojos del hombre que había asesinado a su niña, y de repente, algo se rompió en Terry.

EL PUNTO DE QUIEBRE

En un momento que, según él, ni siquiera recuerda, corrió y se abalanzó directamente sobre el criminal por encima de la mesa de la defensa. Mientras, los gritos y los aspavientos estallaban en la sala.

Los alguaciles y los funcionarios del tribunal consiguieron apartarle, impidiendo que golpeara al asesino. Una mirada de absoluta angustia cruzó el rostro del afligido padre. La jueza convocó un receso de 15 minutos, tras el cual volvieron a reunirse.

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UNA SONRISA SINIESTRA

Al recordar el momento, el padre dijo que Madison tenía una sonrisa siniestra en la cara cuando se volvió para mirar al asesino, intentando burlarse de él. Terry exclamó:

"Cuando me giré para mirarle, con esa sonrisa, perdí la cabeza."

Los fiscales aún están deliberando sobre si acusar al padre. Aunque Terry lo entiende, el padre no siente remordimientos y se mantiene firme en sus actos.

PREGUNTAS DIFÍCILES

¿Qué opinas sobre lo ocurrido? ¿Crees que este padre merece ser acusado y procesado por lo que hizo?

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