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Asientos de un avión | Foto: Shutterstock
Asientos de un avión | Foto: Shutterstock

Millonario se burla de mujer pobre con 3 niños en vuelo de clase ejecutiva hasta que el piloto lo interrumpe - Historia del día

Vanessa Guzmán
18 feb 2022
01:40

Un millonario juzga a una madre de tres hijos y la crítica por volar en clase ejecutiva. Pero cuando el piloto anuncia su llegada con una notificación especial para la mujer, todas sus quejas desaparecen.

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“¡No puede hablar en serio! ¿De verdad la está mandado a sentarse aquí? ¡Señorita, será mejor que haga algo al respecto!", se quejó Luis cuando notó que una madre de tres hijos se acercaba a sus asientos adyacentes con la ayuda de una azafata.

"Lo siento, señor", respondió la azafata suavemente, mostrándole los boletos. "Estos asientos han sido asignados a la Sra. Débora y sus hijos, y no podemos hacer nada al respecto. Le pido que tenga la amabilidad de cooperar con nosotros".

"¡No lo entiende, señorita! Tengo una reunión crucial con inversionistas extranjeros. Sus hijos estarán parloteando y haciendo ruido, ¡y no puedo permitirme perder este trato!".

"Señor…" La azafata acababa de empezar a hablar cuando Débora la interrumpió. "Está bien. Puedo sentarme en otro lugar si los otros pasajeros están dispuestos a intercambiar asientos conmigo y mis hijos. Eso no es un problema para mí".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"¡No señora!", replicó la azafata. "¡Está sentada aquí porque pagó por esos asientos y tiene derecho a disfrutarlos! No importa si a alguien le gusta o no, y señor", se volvió hacia Luis, "le agradecería que pudiera tener paciencia hasta que termine el vuelo".

El empresario millonario estaba molesto porque la azafata había rechazado su pedido. Pero lo que lo irritó aún más fue que lo obligaron a sentarse al lado de una mujer que parecía no pertenecer a la clase ejecutiva y que vestía ropa barata.

Se puso sus AirPods para evitar ser forzado a entablar una conversación con la mujer y apartó la cara cuando ella se sentó a su lado.

Pronto, se completó el proceso de abordaje, los pasajeros se acomodaron en sus asientos asignados y el vuelo despegó. Era la primera vez que Débora y sus hijos volaban en clase ejecutiva. Cuando el vuelo salió de la pista hacia el cielo, los niños comenzaron a gritar de alegría.

Algunos pasajeros en el avión se giraron para mirar a los chicos y sonrieron ante su inocencia, pero Luis tenía una expresión de desprecio en su rostro.

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"Escucha", dijo mientras miraba a Débora. "¿Podría pedirles a sus hijos que se callen? Debido a que perdí mi vuelo anterior, me uniré a una reunión desde aquí. No quiero ningún tipo de interrupción".

"Lo siento", respondió Débora cortésmente mientras les indicaba a los niños que se quedaran callados. La reunión de Louis duró casi todo el vuelo y, mientras él hablaba, la madre de tres se dio cuenta de que era un hombre de negocios que se dedicaba principalmente a la industria de las telas.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Cuando terminó la reunión de Luis, Débora le preguntó: "¿Te importa si te hago una pregunta?".

Luis no quería hablar con ella, pero como su reunión había ido bien y los inversores habían aceptado el trato, estaba bastante complacido. Dejó de lado su arrogancia y le dijo: "Umm... Sí, claro, adelante".

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"Me di cuenta de que tenías un manual con muestras de telas y diseños. ¿Trabajas en la industria de la confección?", preguntó Débora.

"Uhhh... sí, podrías decir eso. Soy dueño de una compañía de ropa en Nueva York. Acabamos de cerrar un trato. Realmente no esperaba que funcionara, pero funcionó".

"Oh, eso es encantador. ¡Felicitaciones! En realidad, dirijo una pequeña boutique en Texas. Es un negocio familiar. La fundaron mis suegros en Nueva York. Recientemente, abrimos una unidad en Texas. Me impresionaron mucho los diseños que estabas presentando".

Luis le dio una risa sarcástica. "¡Gracias, señora! Pero los diseños que hace mi empresa no son como una boutique familiar o local; contratamos a algunos de los mejores diseñadores, ¡y acabamos de cerrar un trato con la mejor empresa de diseño del mundo!”, precisó el millonario.

“¡UNA BOUTIQUE! ¿EN SERIO?", murmuró lo suficientemente alto mientras sonreía para burlarse de Débora.

"Oh, bueno", expresó Débora sintiéndose humillada por su comentario, pero mantuvo la compostura. "Yo lo entiendo. Debe ser algo realmente grande para ti".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"¿Algo grande?". Luis sonrió, sacudiendo la cabeza. "Una pobre mujer como tú nunca entendería lo que significa, ¡pero fue un trato de un millón de dólares!", dijo después de una breve pausa.

El adinerado hombre continuó hablando: “Sé que estás aquí volando en clase ejecutiva con nosotros, pero, ¡no pareces alguien que sea de este estatus! Tal vez prueba la económica la próxima vez”.

La paciencia de Débora se estaba agotando en este punto. "Escuche", dijo con severidad. "Entiendo, es la primera vez que vuelo en clase ejecutiva y tuve problemas para comprender el proceso de check-in y todo, pero ¿no cree que se está adelantando? Mi esposo está en el vuelo con nosotros, pero..."

Antes de que Débora pudiera terminar su oración, un anuncio por el intercomunicador señaló su llegada al JFK. Sin embargo, en lugar de apagar el intercomunicador después de su anuncio, el piloto, el Capitán Tyler Brown, tenía algo más que decir.

"También me gustaría agradecer a todos los pasajeros de este vuelo, especialmente a mi esposa Débora Brown, que vuela con nosotros hoy. Débora, cariño, no puedo decirte cuánto significa tu apoyo para mí".

El corazón de Luis dio un vuelco y su rostro se sonrojó de vergüenza cuando se dio cuenta de que el esposo de la mujer era piloto en el vuelo.

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"Esta es la primera vez que vuelo un avión comercial y estaba nervioso. Gracias a mi esposa, quien me aseguró que todo estaría bien y decidió acompañarme a pesar de su miedo a volar para tranquilizarme”, explicó el piloto.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"Hoy es mi primer día de regreso al trabajo después de un largo período de desempleo. Mi esposa y yo nunca la hemos tenido fácil y hemos experimentado muchas luchas en nuestras vidas, pero nunca escuché a Débora quejarse de su situación", complementó el aviador.

“Entonces, en este día, que también es el día en que nos conocimos por primera vez, que creo que mi esposa ha olvidado, me gustaría proponerle matrimonio nuevamente en este vuelo. DEBBIE, ¡TE AMO, CARIÑO!", precisó el hombre a cargo del vuelo.

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El piloto rompió el protocolo y salió de la cabina y le propuso matrimonio a Débora. Se puso de rodillas y entregó un anillo. "¿Te gustaría pasar el resto de su vida conmigo?".

Todos en el avión estaban pendientes de la historia. Cuando Débora asintió con la cabeza, con los ojos llorosos, todos los pasajeros aplaudieron, pero Luis estaba de pie, perplejo y avergonzado.

Pero la madre de tres no iba a dejar que se saliera con la suya. Se acercó a Luis antes de salir del avión y le dijo:

"Un hombre materialista como tú, que solo piensa en el dinero, nunca entendería cómo se siente tener un ser querido a tu alrededor. Y sí, mi esposo y yo vivimos una vida humilde, pero ¡Estamos muy orgullosos de ello!".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Nunca juzgues un libro por su portada: Luis juzgó a Débora solo porque no vestía ropa cara como él. No estuvo bien que lo hiciera.
  • El verdadero amor todavía existe: Débora y su esposo se adoraban. Sus sacrificios el uno por el otro y el regalo sorpresa de su marido para ella son hermosos ejemplos de lo que habían experimentado.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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