Notario escucha el nombre de un mendigo y le dice que lleva 10 años buscándolo - Historia del día
Un vagabundo llamado Carlos se sorprendió al saber que el notario de su ciudad lo había estado buscando durante diez años. Lo que sucedió a continuación cambió su vida para siempre.
Carlos era un hombre sin hogar que se sentaba en el mismo lugar en su pequeño pueblo todos los días. Los lugareños lo conocían, y aunque la mayoría era amable con él, algunos le hacían burlas por ser pobre.
Sin embargo, Carlos siempre era amable y cortés con todos. A menudo se ofrecía a ayudar a las personas, bien acompañando a los mayores a cruzar la calle o llevando sus bolsas de la compra.
Un día, el notario del pueblo y su hijo pasaron junto a él. Justo ahí se toparon con un conocido y los hombres empezaron a hablar. Mientras tanto, el niño miró a Carlos y con una sonrisa torcida, decidió acercarse a él.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels
“Oye, vagabundo. ¿Cuántos años hace que no te duchas? Las calles huelen a suciedad por tu culpa”, dijo. Carlos estaba acostumbrado a que se burlaran de él por su olor, así que decidió no responderle al chico.
“¿Eres sordo? ¿Por qué no respondes a mi pregunta? ¿O es que no sabes hablar porque no fuiste a la escuela?”, insistió el chico. Esta vez, su padre escuchó lo que estaba diciendo y procedió a ponerle la mano con firmeza sobre su hombro.
“Hijo, ¿así te crie? Es repugnante lo que le estás haciendo a este hombre. ¡Ten un poco de respeto! Tienes que disculparte ahora mismo”, dijo en tono severo.
Después de que su hijo murmurara una disculpa, el padre volvió a disculparse. “Lo siento mucho. Mi nombre es Pedro, y este es mi hijo Arnoldo. Hablaré con él nuevamente y le haré entender que lo que hizo estuvo mal. Por favor, discúlpanos”, dijo, inclinándose un poco.
“No hay problema, de verdad”, dijo Carlos con una leve sonrisa en los labios.
“Por favor, permíteme comprarte algo de comida. Debes tener hambre. No me molestaría comer también”, dijo Pedro, extendiendo una mano para que Carlos se pusiera de pie. Los tres caminaron hacia una pizzería cercana, y decidieron sentarse afuera a comer. Allí, el notario decidió compartir un poco de su vida.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
“Dirijo la notaría local, y los fines de semana llevo un programa de caridad en la iglesia. Estábamos comprando algunos suministros para la colecta de alimentos en este momento”, dijo, señalando al otro lado de la calle donde estaba su oficina.
“Deberías pasar por las colectas de alimentos. Servimos comidas deliciosas allí todos los fines de semana. Algo que te ayude a pasar estas noches frías”, dijo con una sonrisa.
“Me encantaría”, respondió Carlos.
“Espero que no te moleste que pregunte... pero ¿cómo terminaste en las calles?”, preguntó Pedro mientras le entregaba a Carlos otra pizza de la caja.
“Bueno, hace 11 años mi esposa decidió que quería divorciarse. Por alguna razón, logró quedarse con todos mis bienes y me echó de la casa. Tenía un trabajo bien pagado que podría haberme bastado para mantenerme después de eso, pero la situación me afectó emocionalmente y terminé bebiendo mucho", comenzó explicando.
Lee también: Hombre rico se enamora de mujer cuyo rostro nunca ha visto y se apresura a encontrarla - Historia del día
“No podía funcionar correctamente y en la oficina comenzaron a darse cuenta. Me despidieron y bueno, ese fue el final de los días felices de Carlos Nieto”, explicó.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Cuando Pedro escuchó el nombre, se atragantó con su refresco. “Espera un momento. ¿Dijiste que tu nombre es Carlos Nieto?”, preguntó.
Carlos asintió y Pedro no podía creerlo. “¡Te he estado buscando durante diez años!”, exclamó. “Tu tío, Jaime, murió hace diez años. Dejó una herencia para ti y sus otros sobrinos. Transfirieron el caso a mi oficina, pero no pude encontrarte”, le explicó.
“Jaime…” dijo, tratando de recordar quién era este tío. Entonces, todo tuvo sentido. “Mi madre tenía un hermano mayor llamado así que no tenía hijos propios. Nunca lo conocí porque vivía al otro lado del país, pero ella lo mencionaba con frecuencia”.
Al día siguiente, Carlos entró en la oficina del notario Verificaron su información y resultó que Carlos era el destinatario legal de ochenta mil dólares.
“No sé cómo podría agradecerte lo que has hecho por mí. Esto cambiará mi vida”, le dijo. “Gracias a ti y a tu hijo, finalmente puedo cambiar mi vida para mejor. Por favor, me gustaría donar 20 mil dólares a ambos”, agregó.
El hombre negó con la cabeza. “Gracias por tu generosidad, pero no lo necesitamos. Si quieres, puedes donar algo de dinero a la organización benéfica”, sugirió. Carlos no solo siguió su sugerencia, sino que también comenzó a trabajar allí como voluntario.
Mientras tanto, con el resto del dinero compró ropa y alquiló un apartamento. Para poder llevar una vida digna, el notario le ofreció un trabajo como su asistente, y ese fue el comienzo de algunos de los mejores días de la vida de Carlos.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Debemos ser amables. Pedro se aseguró de reprender a su hijo por haber insultado a Carlos. No importa el estatus que tengas, siempre debemos tratar a los demás con amabilidad, ya que todos enfrentan sus propias batallas en la vida.
- Nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo. Si bien Carlos había sufrido durante años viviendo en refugios y en las calles, pudo volver a encarrilar su vida con la ayuda de Pedro.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Te puede interesar: En su boda, la novia camina al altar y ve a su novio casándose con otra mujer - Historia del día
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.