Hermanos que fueron puestos en jaulas por sus padres adoptivos conocen al hombre que los rescató

No todos los diarios de adopción tienen finales felices. Algunos son tan espantosos que terminan destruyendo más vidas que construyéndolas.

Hemos leído numerosas historias sobre el milagro de la adopción que cambia la vida de las personas para bien. Muchas parejas dispuestas a ser padres se emocionan cuando sus corazones y su hogar se llenan de risas, llantos y rabietas.

Al mismo tiempo, los niños que crecen sin el amor de sus padres se sienten aliviados al encontrar un hogar con su familia adoptiva. Pero este no es siempre el caso. A veces la realidad puede ser muy diferente.

PADECIERON TERRIBLES MALTRATOS

Se esperaba que Sharen y Michael Gravelle de Norwalk, Ohio, tuvieran un hogar animado. Se les encomendó el cuidado de 11 niños de crianza, a quienes luego adoptaron. Pero no se le había dado un buen vistazo a la casa Gravelle.

La pareja fue acusada de mantener a algunos de sus hijos adoptivos en jaulas. Estas estaban cubiertas con alambres y conectadas a una alarma para alertar a los padres si los niños intentaban escapar.

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Las edades de los pequeños oscilaban entre uno y quince años, y más de la mitad estaban enjaulados.

La pareja explicó que mantuvieron a algunos de los niños en recintos porque estaban emocionalmente perturbados. Señalaron que podían ser una amenaza para ellos y los otros niños.

PELIGRO INFANTIL

La pareja de Ohio declaró además que a algunos niños les gustaba dormir en la jaula. Sharen afirmó que una niña prefería gatear dentro del recinto, a pesar de tener una cama adecuada en la habitación.

Pero cuando la Oficina del Sheriff del Condado de Huron investigó el caso, descubrió que los niños sufrían de síndrome de alcoholismo fetal y autismo. También se descubrió que enfrentaban abusos, negligencia y malos tratos.

VIVÍAN DENTRO DE JAULAS

También encontraron nueve jaulas empotradas en la pared de un dormitorio de arriba. Sharen y Michael respondieron que solo había seis jaulas y que solo algunos niños tenían discapacidades. El hombre incluso reveló la razón detrás de la construcción de las jaulas en 2002.

Dijo que un terapeuta infantil le sugirió que construyera recintos para proteger a un niño del otro, y que eran lo suficientemente espaciosos como para que cupiera un colchón de tamaño doble y permitir que los niños se movieran libremente.

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El hombre también agregó que las jaulas nunca estaban cerradas. Los once niños fueron sacados de la casa de Gravelle en septiembre de 2005.

Esto ocurrió después de que un oficial de servicios sociales notara a uno de los pequeños en uno de los recintos. Según la policía, las jaulas tenían menos de un metro de altura.

SOBREVIVIR LA PRUEBA

“Varios de los niños aún necesitan estar en algún tipo de recinto por su seguridad y la seguridad de toda la familia”, comentó Michael, con la esperanza de recuperar la custodia de los niños.

Varios testigos testificaron en contra de la pareja. El alguacil del condado de Huron, Dick Sutherland, declaró en el juicio de Sharen y Michael que olía a orina cuando entró a la casa y vio “cerramientos con estructura de madera y alambre de conejo”.

Un informe incluso afirmó que los niños a veces comían cosas que no eran alimentos. Después de que sacaron a los menores de la casa de Gravelle, los colocaron en un hogar de acogida y sus padres adoptivos perdieron la custodia en marzo de 2005.

FUERON CONDENADOS

Otro testigo, Carlyle Smith, señaló que visitó la casa de Gravelle en 2003 porque estaba buscando un trabajo de medio tiempo como niñera. Smith, de 54 años, reveló que quedó asombrada cuando escuchó a la pareja llamar a los niños “monos”.

Durante su visita de cuatro horas, vio a un pequeño que pedía a media tarde usar el baño y Sharen, furiosa, le dijo que no era su hora programada. Eventualmente, la pareja fue declarada culpable de varios delitos.

Entre estos, cuatro delitos graves de poner en peligro a niños, dos cargos de delitos menores de poner en peligro a niños y cinco cargos de delitos menores de abuso infantil. Sharen y Michael estuvieron encarcelados durante dos años.

UNA INFANCIA TRAUMÁTICA

Después de años de procesos legales, los once niños lograron obtener dos millones de dólares en un acuerdo en 2014. Su abogado, Jack Landskroner, expresó que eran buenos chicos y que el pago les permitiría seguir adelante.

Hubo siete acuerdos financieros públicos y privados con agencias y condados que colocaron a los niños con Sharen y Michael Gravelle.

Varios años después, en 2017, dos de los hermanos adoptados, Simon y Abba, fueron reunidos por Dr. Phil por primera vez en diez años. “Pasé la mayor parte de mi infancia encerrado en una jaula”, le dijo el joven con los ojos llorosos al médico.

CONOCIENDO A SU BENEFACTOR

Simon compartió que se sintió aliviado cuando Abba y el resto de sus hermanos adoptivos escaparon de su hogar abusivo. Luego, el Dr. Phil les preguntó qué harían si estuvieran en la misma habitación que el hombre que contribuyó a su rescate.

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Los jóvenes respondieron que le darían un gran abrazo. Poco después, el Dr. Phil los sorprendió con otro invitado, y no era otro que Carlyle Smith, el hombre que fue uno de los primeros en denunciar el abuso que condujo al rescate de los niños.

Toda la audiencia lloró cuando Smith, Simon y Abba compartieron un emotivo abrazo. Smith expresó su gran gratitud al ver a los hermanos adultos y prosperando en la vida.