Pobre madre soltera de 5 hijos le hace RCP a un indigente: se vuelve millonaria cuando se casa con él - Historia del día
Una madre soltera con cinco hijos acude al rescate de un vagabundo después de que se derrumba en la calle, pero él no es lo que parece. Su buen corazón le abre las puertas a un nuevo destino.
La adversidad puede hacer estragos en la personalidad de algunas personas, pero no de Raquel. Su generoso corazón nunca cambió, así como la gran sonrisa que iluminaba su rostro mientras ayudaba a su prójimo.
Raquel era una madre soltera y mantenía a sus cinco hijos y a su anciana madre con el salario de una limpiadora. Sin embargo, solía detenerse para ayudar a algún indigente que estuviera en su camino.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash
“No nos moriremos de hambre por un dólar”, les decía a sus hijos. “Pero para ese hombre tal vez haga la diferencia”.
Hubo un hombre en particular que conmovió a Raquel. Era un hombre joven, de unos treinta y seis años, que dormía en el callejón contiguo al edificio donde ella trabajaba.
El hombre estaba sucio y extremadamente delgado y siempre parecía estar aturdido. Al principio, pensó que él era uno de los muchos desafortunados sin hogar que habían terminado en las calles debido a su adicción al alcohol.
Pero cuando Raquel se detenía para darle un dólar o un sándwich de su almuerzo, nunca sentía el típico olor de los alcohólicos. Ella siempre le sonreía y lo saludaba, y él le devolvía la sonrisa.
Uno de esos días, Raquel le preguntó su nombre y su respuesta la dejó atónita. “No recuerdo”, dijo, sacudiendo la cabeza, confundido. “¿Te conozco?”.
Raquel se dio cuenta de que lo que veía en los ojos azules del hombre era miedo. Estaba perdido en sí mismo y desesperado por entender dónde y quién era.
“No”, dijo suavemente. “No me conoces. Soy Raquel”.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels
A partir de entonces, cuando el hombre la veía, sonreía. “¡Raquel!”, decía, y ella le devolvía la sonrisa y saludaba. Se convirtió en parte del patrón de sus días. Su rostro se iluminaba con solo verla.
La vida de Raquel no había sido para nada fácil. Cinco años antes, cuando su hijo menor tenía solo tres meses, descubrió que su esposo la estaba engañando con su mejor amiga.
En ese momento, decidió irse con sus hijos y aceptó no pedir manutención para ellos si le permitía tener la custodia completa. Tomás, su expareja, estuvo encantado con este acuerdo.
Raquel se mudó, junto a sus hijos, con su anciana madre, y entre los siete intentaban salir adelante cada día. Pero no era sencillo, y algunas veces, ella se sentía muy sola y agobiada. Recordar la sonrisa del hombre de ojos azules reconfortaba su corazón.
Una tarde, Raquel pasaba junto al lugar donde solía estar su amigo y levantó la mano para saludarlo, pero él no reaccionó. Ella estaba sorprendida y decepcionada, hasta que vio cómo caía al suelo.
Se acercó y vio que él no parecía estar respirando. Inmediatamente, Raquel presionó sus dedos en su garganta. No había pulso. “¡Llamen a emergencia!”, gritó.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels
Abrió la camisa del hombre y comenzó a hacer RCP. “¡Quédate conmigo, intenta respirar!”, dijo en medio de la desesperación. “¡Por favor, por favor no mueras!”.
Raquel inclinó su cabeza hacia atrás para abrir sus vías respiratorias y sopló su aliento en él. “¡Respira, por favor, respira!”, rogó. “¡RESPIRA!”.
De repente, el hombre se estremeció bajo sus manos y tosió débilmente. Fue entonces cuando Raquel escuchó a la ambulancia. “Vas a estar bien”, exclamó. “¡Yo me ocuparé de ti!”.
Raquel acompañó al vagabundo en la ambulancia y observó ansiosamente mientras los médicos lo examinaban. “¿Eres de la familia?”, preguntó uno de ellos.
“Solo una amiga”, dijo ella. “No creo que tenga familia”.
“Tu amigo tiene una lesión grave en la cabeza”, explicó el especialista. “Parece una lesión antigua, tal vez de tres o cuatro años. El problema es que hay tejido cicatricial presionando su cerebro. Por eso dejó de respirar. Espero que podamos ayudarlo”.
Raquel visitaba al indigente todos los días, esperando que despertara tras haber sido sometido a una compleja cirugía cerebral. Un día, ella entró en su habitación y él abrió los ojos. “¡Raquel!”, dijo. Ella tomó su mano y sonrió. ¡Su amigo se veía muy diferente!
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash
Las enfermeras lo habían afeitado y limpiado, y debajo de esa barba desaliñada, descubrieron a un hombre muy guapo. “Te recuerdo, Raquel”, dijo y sonrió. La recordaba, y cada día recordaba un poco más de quién era, o había sido. Su nombre, le dijo, era Miguel Ángel.
Había tenido un accidente automovilístico cinco años antes y los médicos le habían dicho que todo estaba bien. Cuando Miguel Ángel se quejó de fuertes dolores de cabeza, nadie pensó que estaba relacionado con el accidente.
Un día, se fue de viaje de negocios a otro estado y tuvo su primera convulsión en la calle. Cuando recobró el conocimiento, no recordaba nada; no sabía quién era, de dónde venía, ni siquiera recordaba el hotel en el que se había alojado. Y alguien le había robado todo.
A partir de ese momento, había estado viviendo en las calles, perdido, desesperado, hasta que Raquel le salvó la vida. Él era un hombre muy rico y dueño de varias empresas, que, por fortuna, siguieron funcionando en su ausencia.
No pasó mucho tiempo antes de que ambos sintieran que estaban enamorados. Miguel Ángel se recuperó por completo y le pidió a Raquel que se casara con él.
Dos años más tarde, Raquel y Miguel Ángel dieron la bienvenida a su primera hija: una hermosa niña con los ojos azules de su padre y la dulce sonrisa de su madre que unió a toda la familia.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Es posible que un dólar no haga una gran diferencia para ti, pero podría salvarle la vida a alguien: Las pequeñas donaciones de Raquel mantuvieron vivo a Miguel Ángel, al igual que su amabilidad.
- Toda persona que vive en la calle tiene una historia y merece una oportunidad: Son muchas las circunstancias por la que una persona termina en las calles, y a veces solo necesitan una oportunidad para salir de ellas. Ayuda a tu prójimo.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Te puede interesar: Mujer de talla grande es rechazada por los padres de su prometido: luego ellos le ruegan que se case con él - Historia del día
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.
La información contenida en este artículo en AmoMama.es no se desea ni sugiere que sea un sustituto de consejos, diagnósticos o tratamientos médicos profesionales. Todo el contenido, incluyendo texto, e imágenes contenidas en, o disponibles a través de este AmoMama.es es para propósitos de información general exclusivamente. AmoMama.es no asume la responsabilidad de ninguna acción que sea tomada como resultado de leer este artículo. Antes de proceder con cualquier tipo de tratamiento, por favor consulte a su proveedor de salud.