Henry Winkler y su esposa desde hace 44 años disfrutan de la pesca, los nietos y el tiempo juntos: él todavía recuerda cómo se veía ella cuando se conocieron

Henry Winkler y su esposa Stacey llevan 44 años demostrando que el amor verdadero sí existe. Han permanecido juntos en la salud y en la enfermedad.

Winkler conoció a Stacey en 1976, cuando él participaba en la exitosa serie de televisión "Happy Days". Mientras estaba en una tienda de ropa, el actor se fijó en una pelirroja con pantalones de paracaídas morados que estaba delante de él. Pensó: "Vaya, una mujer hermosa parada frente a mí", pero tardó una semana en hablar con ella.

Volvió a la tienda y, por casualidad, la chica estaba allí de nuevo. Le pidió que lo acompañara a tomar un refresco, y ella se negó. Después Stacey se arrepintió y aceptó la invitación.

Avanzando deprisa

No necesitaron mucho más para estar seguros de que eran el uno para el otro. A las pocas semanas, la pareja se fue a vivir junta. Stacey trajo a su hijo Jed, que entonces tenía cuatro años, y a dos perros.

Estar con un actor famoso supuso una adaptación para Stacey: "La gente se abalanzaba sobre Henry y literalmente me pisaba los pies. Una vez le dije: 'Me has estropeado las medias'. Y una mujer me dijo: '¡Pero si me encanta Fonzie!", recordó.

La mudanza también supuso grandes cambios para Henry, que tuvo que "madurar" y convertirse en padre de familia. Stacey y él consiguieron mantener su relación en secreto durante un tiempo, pero el actor estaba entregado a ella y a su hijo. La pareja se centró en construir un núcleo impenetrable para su familia.

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Stacey fue una gran influencia para el artista. Era licenciada de la Universidad de Nueva York y había montado su propia empresa de relaciones públicas de moda. Winkler la describió como una mujer con una "voluntad de hierro", y su fortaleza fue una de las cosas que atrajo a Henry.

Aunque Winkler desconfiaba del matrimonio, había encontrado a la persona con la que quería pasar el resto de su vida. Dos años después de conocerse en aquella tienda de Beverly Hills, se casaron en una sinagoga de Nueva York. Tuvieron dos hijos más, Zoe, que nació en 1980, y Max, en 1983.

La pareja crio a sus hijos mientras Henry seguía dominando Hollywood. El artista y su esposa se esforzaron por mantener una buena relación. Cuando le preguntaron qué se necesitaba para seguir casado después de 44 años, Stacey respondió:

"Hay que trabajar. Hay baches en el camino, y te desvías un poco, pero si tienes la capacidad y la perseverancia, entonces tu amistad y tu relación no hacen más que mejorar".

Zoe, que al igual que Henry sufría dislexia, logró su sueño de ser profesora. Mientras que Max siguió a su padre en el mundo del espectáculo, escribiendo, dirigiendo y produciendo.

Además de la tensión de la fama, otro reto que los Winkler tuvieron que soportar fue la enfermedad. A Stacey le diagnosticaron cáncer de mama a finales de los noventa. Recibió tratamiento y estuvo en remisión hasta que la enfermedad reapareció en 2001.

La segunda vez, Stacey se sometió a una doble mastectomía. Junto con otras intervenciones, se recuperó y ha estado libre de cáncer desde entonces. Esa experiencia unió más a los Winkler y les inspiró a vivir la vida al máximo.

Amando los años crepusculares

El actor, de 77 años, y su esposa, que ahora tiene 75, disfrutan de sus años crepusculares. Sus experiencias les han enseñado a vivir y amar plenamente. Winkler mencionó algunos de los placeres que disfrutan:

"Disfrutamos juntos de la pesca con mosca. Disfrutamos de los nietos. Nos gusta ir al cine juntos. Disfrutamos de verdad el uno del otro cada día".

En declaraciones a James Corden, presentador de "The Late Late Show", Henry dijo que su mujer estaba tan guapa como el día que se casaron.

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Zoe expresó que el amor de sus padres la inspiró a querer casarse y tener una relación como la de ellos. Contrajo nupcias con Robert Reinis en 2009.

Stacey y su marido son también abuelos de cinco nietos, a los que admiten que miman todo lo que pueden. Les encanta vigilarlos y participar en cualquier travesura que sus hijos no aprobarían, como los interminables helados de chocolate. Hablando de esta etapa de su vida y su carrera, Winkler dijo:

"Estoy encantado de estar en esta tierra, estoy encantado con mi familia y estoy encantado de hacer un gran trabajo".

Los Winkler disfrutan el uno del otro incluso después de todos estos años. Les encanta pasar tiempo juntos hablando o viendo una película. Son ávidos pescadores con mosca y les encanta estar en el agua.

El actor sigue compartiendo su don con el mundo, apareciendo como Gene Cousineau en la serie policíaca de HBO "Barry". Tras su emblemático papel en "Happy Days", hizo un esfuerzo concertado por dejar atrás a ese personaje.

Henry sigue sorprendiendo e impresionando como actor, autor de más de 30 libros y padre de familia. Winkler y su esposa han permanecido y están dejando un legado a través de sus hijos y nietos.

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