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Chica se cubre el rostro y mendiga en la calle. | Foto: Shutterstock
Chica se cubre el rostro y mendiga en la calle. | Foto: Shutterstock

Hombre rico echa a indigente que pedía dinero, luego la ve en la tumba de su esposa - Historia del día

Guadalupe Campos
02 jun 2023
23:00

Un hombre rico se niega desdeñosamente a darle dinero para flores a una chica pobre. Pero la ve más tarde en la tumba de su difunta esposa llorando y se da cuenta de quién es.

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David estaba nervioso y emocionado. Había vuelto a su ciudad tras 15 años de ausencia y estaba a punto de hacer algo que había jurado que nunca haría: acercarse a su mujer.

La floristería hacia la que se dirigía era conocida como una de las mejores de la ciudad, y sabía que encontraría lo que necesitaba: tulipanes rojos. Acababa de cruzar la puerta de la floristería cuando fue abordado por una mendiga.

La chica parecía desolada y harapienta. Era delgada, de piernas flacas y bajo sus faldas demasiado cortas asomaban sus rodillas magulladas. "Por favor, señor...", decía. "¿Podría darme unas monedas?".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

David frunció el ceño y le preguntó beligerante: "¿Para qué es el dinero? ¿Para comer? ¿O te lo vas a gastar en bebida o drogas?".

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Las mentiras son como la mala hierba, crecen y siembran la destrucción.

La chica se sonrojó y dijo con dignidad: "Nada de eso, señor. Quiero comprar unas flores...".

"¿Flores?" gritó David, indignado. "¿Para qué quiere flores una mendiga? Te digo una cosa. Vete a trabajar en vez de pedir dinero a la gente decente para comprar FLORES!".

La chica volvió la cara, pero no antes de que David viera que estaba llorando. Se sintió un poco avergonzado de sí mismo. Había una persona que nunca aprobaría su actitud: Claire. Y David deseaba con todas sus fuerzas la aprobación de Claire.

Se metió la mano en el bolsillo para darle un dólar a la chica, pero se había ido. Se compró un ramo de los tulipanes rojos más bonitos, los favoritos de Claire. Claire, el amor de su vida, su mujer a la que no veía desde hacía quince años...{

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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***

David había amado a Claire desde el momento en que la vio bailando en un concierto, con las manos en alto y el pelo largo ondeando a su alrededor como una capa de seda. Se acercó a ella, se miraron a los ojos y lo supieron.

Claire y él se casaron tres semanas más tarde, pero no se lo comunicó a sus padres hasta que volvió para Acción de Gracias, sin Claire. Lo soltó durante la cena: "Mamá, papá, me he casado...".

Su padre se quedó boquiabierto y su madre derramó el vino sobre su mantel de lino blanco y encaje. "¿QUÉ?", se sobresaltó. "¿Casado? ¿CON QUIÉN?

David sonrió nervioso. "Se llama Claire. Es guapa, divertida e inteligente. Es estudiante de derecho...".

"¿Quién es su familia?" preguntó la madre de David. "¿De dónde vienen?".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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"Bueno, es huérfana, mamá", explicó David. "La criaron unas monjas en un orfanato...".

"¿Una huérfana?", preguntó su padre frunciendo el ceño. "¡No parece el tipo de chica con la que esperábamos que te casaras, David!".

"¡Papá, mamá, la quiero!" gritó David. "¡No me voy a casar con su familia, sea quien sea!".

Los padres de David estaban furiosos. Le exigieron que condujera de vuelta a la ciudad y trajera a "esa chica" para que pudieran echarle un vistazo. "¡No quiero que la maltrates, mamá!" gritó David. "¡Es mi mujer!"

"¡Me gusta pensar que sé cómo comportarme, David!". dijo la señora Salvi, pero la forma en que apretó los labios le dijo que a Claire le esperaba un calvario.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Esa noche, David telefoneó a Claire y le dijo que sus padres querían conocerla. "Oh", dijo Claire en voz baja. "Por tu voz sé que las cosas no han ido muy bien...".

"Ya sabes cómo son", dijo David, avergonzado. "Pero sé que cuando te conozcan, te querrán".

Hubo un largo silencio y luego Claire dijo con voz tímida: "Espero que quieran a su nieto".

"Estoy seguro...", empezó David, pero cayó en la cuenta de lo que acababa de oír. "Cariño, ¿estás embarazada?".

"Lo siento David", dijo Claire. "Fui tan cuidadosa, y sé que no es el momento adecuado...".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Pero a David se le saltaron las lágrimas. "Oh nena, estoy tan feliz... ¡Te quiero, Claire!".

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A la mañana siguiente, David se subió temprano al coche y emprendió el viaje de tres horas para ir a buscar a Claire. Quería contarles a sus padres lo del bebé, pero decidió esperar a que Claire estuviera allí.

Por desgracia, nunca llegó a la ciudad. Un camión de dieciocho ruedas se salió de control y despeñó el coche de David por un barranco. Pasarían dos largos años antes de que despertara.

Vio a su madre sentada junto a su cama, muy delgada y preocupada. "¿Mamá?", gritó. "Mamá, ¿qué ha pasado?".

Su madre le explicó que había sufrido un terrible accidente y que casi habían desesperado por su vida. "¡Claire!" David se sobresaltó, intentando incorporarse. "¿Qué pasó con Claire?".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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La señora Salvi parecía muy triste. "Lo siento, David", dijo. "Cuando le dijimos que estabas en coma y que quizá no despertarías, se marchó...".

"Pero..." A David le daba vueltas la cabeza. "Pero, ¿y el bebé?"

"Oh, querido", dijo la madre de David. "¡No había ningún bebé! Sólo era una forma de atraparte...".

Cuando su madre se marchó, David lloró amargamente por todos los sueños que ahora sabía que nunca se harían realidad. Claire era una mentirosa, nunca le quiso, no hubo bebé. David tardó mucho tiempo en asimilarlo todo y nunca volvió a enamorarse.

Trece años después, fue David quien estaba junto a una cama de hospital sosteniendo la frágil mano de la señora Salvi entre las suyas. "David", susurró ella. "Tengo que decirte algo...".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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"Descansa, mamá", dijo David con suavidad. "Ya me lo contarás más tarde...".

"No va a haber un después", dijo la madre de David. "Lo sé y tú también. Te mentí. Te mentí a ti y le mentí a ELLA".

David frunció el ceño y preguntó: "¿De qué estás hablando, mamá?".

"Le dije a Claire que habías muerto", confesó la señora Salvi. "Le dije que se había ido... No sabía lo del bebé...".

David se quedó de piedra. "¿Mentiste? ¿Cómo has podido...?" David estaba a punto de gritar, entonces miró el rostro de su madre moribunda. "Mamá, te perdono. Encontraré a Claire y al bebé. Todo irá bien".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Tras el funeral de la señora Salvi, David ayudó a su padre a superar el laberinto de trámites legales y luego cogió un avión a la ciudad. Iba a buscar a Claire y a su hijo y sabía por dónde empezar.

***

"¿Puedo hablar con la hermana Francis?" preguntó David en el orfanato. Se dirigió a una mujer de rostro dulce vestida con un hábito que estaba jugando con unos niños.

"¿Hermana Francis?" preguntó David. "Busco a Claire. Soy su esposo".

La hermana Francis se levantó y lo miró fijamente. "¿Eres David? Pero ella creía que estabas muerto!", exclamó. "Claire... Claire está muerta. Falleció hace cinco años. Está enterrada en el cementerio Evergreen. Te diré el número de la parcela si quieres presentarle tus respetos".

"¿Muerta?" David susurró. "¿Y el bebé?".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"A la niña de Claire la pusieron en acogida", dijo amargamente la hermana Francis. "Intentamos quedárnosla, pero la colocaron con una familia. Le perdimos la pista".

"Una niña", susurró David y bajó la mirada hacia las flores que aferraba en la mano. "Al menos tengo sus flores favoritas".

David salió del orfanato aturdido por la pena y cogió un taxi hasta el cementerio Evergreen. Empezó a buscar la tumba de Claire y la encontró casi una hora después. Al acercarse vio que había alguien allí.

Era la chica de la floristería. Estaba arrodillada junto a la tumba, arrancando hierbajos y hablando en voz baja. "Lo siento, mamá", decía. "Hoy no he podido conseguir tulipanes, pero tengo margaritas...".

La niña levantó un puñado de margaritas silvestres en la mano y lo colocó reverentemente sobre la lápida. "¡Oh, mamá! Te echo tanto de menos...".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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"Tú..." Dijo David, y la niña se levantó de un salto. "¿Eres la hija de Claire?".

"Sí", dijo ella. "¿Conociste a mi madre?"

David miró fijamente aquellos ojos tan abiertos como los de Claire y sintió que las lágrimas empezaban a correr por sus mejillas. "La conocí, soy tu padre...".

Su hija se llamaba Hope y llevaba dos años sola después de huir de una situación complicada en una casa de acogida. David le contó a Hope toda la historia y le pidió perdón.

"Ahora estoy aquí", le dijo. "Nunca volverás a estar sola". Juntos, David y Hope colocaron los preciosos tulipanes en la tumba de Claire y luego él la llevó a casa para que conociera a su abuelo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Las mentiras son como la mala hierba, crecen y siembran la destrucción. Las mentiras de la señora Salvi hicieron que su única nieta creciera sola y sin hogar.
  • Lo que importa es el carácter de una persona, no quién es su familia o de dónde viene. El Sr. y la Sra. Salvi juzgaron a Claire sin conocerla y cometieron un terrible error.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com

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