Papá que afirmó que la niña que adoptó es en realidad una mujer de 22 años se derrumba por el "maltrato"

• Kristine y Michael Barnett adoptaron inocentemente en 2010 a una niña con un trastorno del crecimiento óseo llamado displasia espondiloepimetafisaria.
• Les dijeron que tenía seis años, pero ocurrieron cosas inusuales y empezaron a cuestionarse su identidad.
• Una serie documental de tres capítulos reveló que la niña tenía 22 años y había atormentado a la familia Barnett.

Kristine y Michael Barnett eran padres adoptivos experimentados que dirigían una guardería infantil en su casa de Westfield, Indiana.

Sin embargo, la pareja no sabía que un día abrirían su hogar a una "niña" que llevaría a su familia a los titulares mediáticos más increíbles.

En mayo de 2010, Barnett adoptó a una niña de pelo rizado llamada Natalia. La pareja siguió adelante con la adopción incluso después de enterarse de que Natalia padecía un trastorno del crecimiento óseo llamado displasia espondiloepimetafisaria.

Este raro trastorno genético provoca anomalías en la estatura y el esqueleto y se considera una forma de enanismo. Nada de eso importaba; Kristine acogió a Natalia como a una más.

Confesó que siempre había querido tener una familia numerosa, pero que tenía complicaciones que le impedían tener más hijos.

Además, Kristine se sentía privilegiada y en la posición adecuada para ayudar a alguien que necesitaba una familia. La pareja sólo tenía 24 horas para completar su adopción de emergencia y les dijeron que recibirían a una niña de seis años.

La información que recibieron sobre Natalia era que había nacido en 2003 en Ucrania y llevaba dos años viviendo en Estados Unidos.

También les dijeron que sus antiguos padres adoptivos habían renunciado a ella por razones no reveladas. Aun así, Kristine y su esposo no tuvieron dudas y vieron a una niña necesitada.

Kristine se dio cuenta de que la niña no podía salir adelante, pero reiteró: "Por compasión hacia su situación, no quise presionarles para que me dijeran qué había pasado".

Sin embargo, a medida que la familia iba conociendo a Natalia, algunas cosas resultaban inusuales, lo que les hizo sospechar que algo iba mal.

Natalia no era quien la familia Barnett pensaba que era

Cuando trajeron a Natalia a casa, Kristine y su esposo se dieron cuenta de que estaba muy nerviosa, así que decidieron hacer algunas actividades divertidas como familia recién ampliada.

Fueron a Disneylandia y la mimaron con helados y muchas otras golosinas, consiguiendo que Natalia se abriera poco a poco. Michael y su mujer también tenían dos hijos biológicos, y fueron todos juntos a la playa. La madre recordaba a sus hijos volviendo corriendo de estar en el agua y a Natalia queriendo darse un chapuzón también.

Ella quería que la llevaran al mar, y sus hermanos le preguntaron si podían descansar un poco antes de volver a meterse. Pero, de repente, Natalia se levantó y se metió en el agua.

Toda la familia se quedó impactada y se miraron incrédulos, pero eso fue sólo el principio de las cosas insólitas de Natalia que hicieron que la familia se cuestionara su verdadera identidad.

Kristine también recordaba haber bañado a Natalia y haberla visto con vello púbico, lo que resultaba confuso para una niña de seis años; entonces, empezó a rechazar las muñecas de bebé y quería estar rodeada de chicas adolescentes.

Otra pista era el vocabulario de Natalia; utilizaba palabras demasiado complejas para una niña de seis años. Kristine recordó una vez que la llevó a la guardería y oyó decir a Natalia: "Estos niños son agotadores. No sé cómo lo hacen".

Esta era otra afirmación peculiar porque Natalia también debía ser una niña, pero Kristine recordaba que el tono sonaba como el de una madre con hijos.

Luego encontró ropa con sangre en la basura, lo que sugería que Natalia podría estar ocultando su período. Por lo tanto, las preguntas sobre su identidad empezaron a atormentar a los Barnett. Ella también había abandonado los vestidos de princesa por ropa más adulta.

Kristine recordó que Natalia era de Ucrania y que conocía a alguien del país. Cuando se dio cuenta de que no tenía acento, le sorprendió aún más que Natalia no entendiera lo que se suponía que era su lengua materna.

Con el tiempo, el comportamiento de Natalia empeoró hasta el punto de que los hijos de Michael y Kristine estaban aterrorizados de ella. Se reveló entonces que Natalia recibió su fecha de nacimiento original antes de salir de Ucrania, pero Natalia supuestamente amenazó con hacer daño a los hijos de la familia.

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Michael también reveló que una vez Natalia entró en su dormitorio por la noche con un cuchillo en la mano. La familia contará con más detalle su experiencia en un documental de próxima publicación. Sin embargo, el clip mostró a su hijo Jake admitiendo que no se sentía seguro cerca de su ex hermana adoptiva.

Sin embargo, la verdadera sorpresa fue que Natalia nació en 1989, no en 2003. Por ello, en 2012, Miachel y Kristine solicitaron el cambio de edad de ocho a 22 años, que les fue concedido.

¿Qué pasó después de que se revelara la verdad?

La familia Barnett decidió mudarse a Canadá, donde uno de sus hijos debía empezar la universidad, pero alquilaron un apartamento para Natalia en Indiana.

Las cosas cambiaron cuando Kristine y Michael fueron demandados por desatender a una persona dependiente, lo que derivó en una investigación y detenciones. En 2019 la pareja se divorció.

Kristine se defendió cuando la acusaron de ser una maltratadora de menores y dijo que no había ningún menor involucrado. Reiteró que Natalia era una mujer adulta con dientes de adulta

También añadió: "Nunca creció ni un centímetro, lo que ocurriría incluso con un niño con enanismo. Todos los médicos confirmaron que sufría una grave enfermedad psicológica que sólo se diagnostica en adultos."

Michael y Kristine fueron declarados inocentes en 2022. Pero hay más de la historia en la próxima serie de tres partes.

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Michael está enfurecido en el trailer, llorando y gritando que su familia fue maltratada. Advirtió a los espectadores que el documental contaría la verdad, pero a algunos podría no gustarles.

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