La viuda de Robin Williams demandó a sus hijos y lo aisló de ellos, según una fuente - Uno no vio al papá después de su último cumpleaños

• Robin Williams quería mucho a su familia, pero su última esposa, Susan, y sus tres hijos adultos no se llevaban bien en los últimos años de la vida del actor.
• Cuando el actor falleció, se produjo una batalla legal entre ellos, en la que Susan llevó a sus hijos a los tribunales por una parte de su herencia.
• Incluso antes de su muerte, Susan le mantenía alejado de sus hijos la mayor parte del tiempo para tener libre albedrío en la toma de decisiones relativas a su salud.

Robin Williams tuvo una vida personal bastante agitada, ya que se casó tres veces a lo largo de su vida. Primero estuvo casado con Valerie Velardi durante diez años, de 1978 a 1988, antes de casarse con Marsha Garces, de 1989 a 2010, y luego con su tercera esposa Susan Schneider, de 2011 a 2014.

El cómico conoció a su primera esposa en 1976 mientras trabajaba como camarero en San Francisco. Se casaron dos años después y dieron la bienvenida a su hijo, Zachary "Zak" Williams en 1983.

Sin embargo, su matrimonio estuvo plagado de infidelidades, que él admitió públicamente más tarde. Incluso Velardi sabía lo mucho que su entonces esposo amaba a las mujeres, y eso era algo que ella tenía que aceptar.

En 1988 se divorciaron. Siguieron coparentalizando a su hijo y, desde que se separaron, Velardi se mantuvo alejada de los focos.

Un año después de divorciarse de Velardi, Williams se casó con Marsha Garces. Se conocieron en 1984 mientras Garces trabajaba como niñera de su hijo Zak.

Debido a las circunstancias en las que se conocieron, la gente asumió que se habían juntado cuando Williams aún estaba casado con Velardi. Sin embargo, la propia Velardi aclaró que la relación comenzó después de su separación.

Garcés dejó su trabajo de niñera para convertirse en productora de cine y filántropa, algo que Williams apoyó plenamente. Juntos compartieron una hija, Zelda Rae Williams, y un hijo, Cody Alan Williams.

Se separaron en 2008, y Garcés alegó diferencias irreconciliables como motivo de su divorcio. La petición finalizó en 2010, momento en el que Williams ya había conocido al tercer amor de su vida: Susan Schneider.

Después de tener que pasar por truculentos procesos de divorcio que finalmente le costaron 30 millones de dólares en sus dos primeros matrimonios, decidió tener un acuerdo prenupcial con Schneider cuando se casaron en 2011.

En declaraciones a una publicación en noviembre de 2011, Williams dijo que, a pesar de las cuantiosas pensiones alimenticias que tuvo que pagar, se lleva bien con sus ex. Bromeó diciendo que ellas siempre habían apreciado su vello corporal, lo que para él era una ventaja.

En cuanto a cómo conoció a su tercera esposa, el actor reveló que se conocieron a la salida de una tienda de Apple en 2007. Sus miradas se cruzaron y sintieron una conexión que decidieron perseguir.

Un año después, se dieron cuenta de que estaban locamente enamorados el uno del otro. Su compromiso no fue nada lujoso y, en su lugar, Williams entró en el dormitorio y se arrodilló.

"¿Quieres ser la señora de Robin Williams?", le preguntó a Schneider. Para entonces, ella ya sabía que quería estar con él el resto de su vida. Ella respondió: "Con todo mi corazón, sí. Con todo mi corazón".

Se casaron en una boda íntima en Napa Valley, California, el 22 de octubre de 2011. Escribieron sus propios votos el uno para el otro y se les saltaron las lágrimas.

Comenzaron a aparecer las dolencias médicas de Williams

Durante los primeros años de relación de Williams con Schneider, todo fue viento en popa. Hicieron un viaje de luna de miel a París antes de que la salud de él empezara a decaer con la demencia difusa de cuerpos de Lewy, una enfermedad que sólo supieron que padecía después de su muerte.

La estrella de "Mrs. Doubtfire" empezó a sufrir delirios, niveles de ansiedad elevados y limitación de movimientos. Aunque era capaz de salir a la calle la mayor parte del tiempo, sus problemas salían a relucir en casa.

Williams hizo todo lo que pudo para luchar contra la enfermedad. Incluso con los mejores cuidados de los médicos, su caso era raro y debilitante. Schneider explicó:

"Lo que tenía Robin era como si tuviera cáncer en todos los órganos del cuerpo. Su cerebro estaba tan destrozado. Los médicos decían que no se podía hacer nada más. Es uno de los peores casos que han visto".

La cariñosa esposa decía que lo que mantuvo a Williams con vida durante tanto tiempo fue su corazón. Aunque agonizó durante tanto tiempo, el tiempo ha hecho que aprenda a perdonar a su esposo por haberse quitado la vida.

Eran la roca el uno para el otro. Siempre que no estaban juntos, hablaban de cuatro a diez veces al día. Cuando estaban juntos, hacían yoga en la playa con sus amigos, meditaban juntos y, siempre que Williams tenía fuerzas, salían a cenar.

A pesar de hacer cosas aparentemente normales, Williams se sentía melancólico por todo ello. Según Schneider, el actor estaba "enfadado consigo mismo por lo que hacía su cuerpo, por lo que hacía su mente."

El 11 de agosto de 2014, Williams fue encontrado muerto en el baño de su casa. La noche anterior, sufrió paranoia, guardando varios de sus relojes dentro de un calcetín antes de entregárselos a alguien para que los custodiara.

En cuanto a su comportamiento, su mujer dijo que parecía estar bien porque había sacado su iPad del armario. Ella lo tomó como una buena señal porque el actor no había visto la televisión ni leído las noticias desde hacía aproximadamente medio año.

La pareja dormía en habitaciones separadas porque Williams tenía problemas para conciliar el sueño y hablaba en sueños. Ella le vio por última vez a las 22.30 horas antes de acostarse.

Cuando lo encontraron, Schneider pidió ver el cuerpo de su esposo. Rezó por él junto a los agentes del Sheriff antes de que se lo llevaran.

Poco después de la muerte del actor, sus hijos publicaron dulces mensajes recordando a su padre en las redes sociales. Su hijo mayor, Zak, dijo que no sólo había perdido a su padre, sino también a su mejor amigo.

Su única hija Zelda reveló en su nota que el último día que pasaron con él fue durante su cumpleaños. "Estaré siempre agradecida de que mis hermanos y yo pudiéramos pasar ese tiempo a solas con él, compartiendo regalos y risas", escribió.

Su hijo menor, Cody, expresó cuánto amor y respeto sentía por su padre. La madre de Zelda y Cody, la ex mujer de Williams, Marcia, también escribió que estaba de luto con sus hijos.

Al parecer, cuando Williams empezó a sufrir complicaciones de salud, Schneider intentó distanciarlo de sus hijos para que ella pudiera tomar todas las decisiones relativas a su salud.

No tenía más que palabras bonitas que decir sobre su exesposo, describiéndolo como "amable, cariñoso, generoso", y como la gente lo conoce, "brillante y divertido." Aseguró a sus fans que su máxima prioridad eran sus hijos, mientras aprendían a lidiar con la pérdida de su padre.

Un día antes de su muerte, Schneider dijo que Williams y ella habían tenido el día más perfecto. En retrospectiva, se dio cuenta de que él se lo había dado, y que había planeado cómo quería hacer su salida.

Una batalla legal tras su muerte

Las cosas no han ido bien entre los tres hijos de Williams y su madrastra desde hace tiempo. Aunque en un principio apoyaron su unión con Williams porque querían que fuera feliz, al parecer después se vieron apartados de su vida por culpa de Schneider.

Cuando Williams empezó a sufrir complicaciones de salud, Schneider habría intentado distanciarlo de sus hijos para poder tomar todas las decisiones relacionadas con su salud. Incluso se negó a que pasaran el cumpleaños de Williams con él, algo que finalmente no ocurrió.

El mensaje de despedida de su hija Zelda reveló que ella y sus hermanos pudieron pasar el último cumpleaños de Williams con él. Fue una fiesta familiar llena de regalos y risas.

Dos semanas después de la muerte de Williams, Schneider recuerda que no podía volver a casa. Le dijeron que estaban sacando cosas de la casa y que, cuando volviera, tendría que identificar cuáles eran suyas y cuáles de Williams.

Legalmente, sus hijos tenían derecho a su ropa, joyas y fotos personales. Sin embargo, su hija Zelda negó que se llevaran nada de la casa de su padre semanas después de su muerte.

El portavoz de los hijos de Williams, Allan Mayer, llegó a afirmar que ninguno de los niños ni sus representantes han estado en la casa de Tiburón, ni se han llevado nada de ella desde la muerte de Williams.

También reiteraron que tenían el corazón roto por la apelación de Schneider, señalando que solo había estado casada con su padre durante "menos de tres años." La acusaron de intentar impedir que los hijos recibieran lo que su padre había planeado darles.

Para ajustar cuentas, Schneider llevó a los niños Williams a los tribunales. En su demanda, ella decía que no recibía suficiente dinero para mantener su casa. Más tarde, más pertenencias de Williams se incluyeron en la disputa.

En ese momento, se decía que sus hijos habían fustigado a su madrastra por "añadir un insulto a una terrible herida". No podían entender por qué ella estaba cambiando de repente el fideicomiso que su padre había planeado cuidadosamente con respecto a su patrimonio.

Schneider acabó retirando su petición tras llegar a un acuerdo con los hijos de Williams. Pudo quedarse con un par de objetos sentimentales, como uno de los relojes de Robin, la bicicleta que compraron en su luna de miel y sus regalos de boda.

Schneider también podrá vivir en la casa que compartió con el actor hasta su muerte, y recibirá dinero para mantener adecuadamente la vivienda. Los hijos argumentaron que su madrastra estaba tratando de negociar por más dinero de lo necesario para mantener la casa.

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Con un patrimonio estimado en más de 100 millones de dólares, los hijos de Williams se llevaron la mayor parte. Schneider reveló que finalmente se llevaron de su casa camiones llenos de las posesiones de Williams, pero se alegra de haber conservado algunos objetos sentimentales que significan mucho para ella.

En última instancia, los tres hijos de Williams son los beneficiarios del "Robin Williams Trust", mientras que Schneider tiene asegurada su casa en el "Susan Trust", que Williams había reunido para ella a pesar de su acuerdo prenupcial no revelado.

Después de todo lo ocurrido, la vida se volvió difícil para los hijos de Williams, especialmente para su hijo mayor, Zak. Tuvo que lidiar con el abuso de sustancias durante años antes de elegir dar un giro a su vida en 2017.

Zak es el vivo retrato de su difunto padre, con los mismos ojos y rasgos faciales. Ahora tiene mujer e hijo, de los que habla con orgullo en las redes sociales.

Su hija Zelda ha sido la más abierta en las redes sociales, hablando a menudo del vacío que la muerte de su padre había dejado en su vida y en la de sus hermanos. Aunque no es tan activa en Instagram como su hermano mayor, se ha compartido que trabaja como escritora y actriz de doblaje.

El hijo menor de Williams, Cody, ha optado por vivir alejado de los focos. No se sabe mucho de su vida personal, salvo que eligió casarse en el cumpleaños de su difunto padre en 2019, el 19 de julio.

Se casó con María Flores en la casa de San Francisco que Williams compartió en su día con su exmujer Marsha, el hogar donde crecieron Cody y Zelda. Asistieron los dos hermanos mayores de Cody, que posaron para las fotos con motivo de esta ocasión tan especial.

Aunque su padre ya no pudo asistir a la boda, los hermanos y la madre de Cody se aseguraron de que recibiera todo el cariño en su día especial. El hecho de que la fecha de la boda fuera tan significativa para la vida del actor también hizo que fuera aún más especial, como si hubiera estado allí con ellos todo el tiempo.

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