Hijo no encuentra tiempo para visitar a su mamá anciana y solitaria hasta que recibe llamada del hospital - Historia del día

Un hijo que nunca tenía tiempo para visitar a su solitaria madre se quedó de piedra cuando recibió una llamada del hospital. Canceló un importante viaje de negocios y viajó para reunirse con ella. Se le saltaron las lágrimas al contemplar una imagen desgarradora.

El auditorio resonó con aplausos durante la ceremonia de graduación. Los alumnos alzaban la barbilla mientras sus padres los veían recibir sus premios. Entonces el director anunció: "¡El Premio a la Excelencia Académica es para Ben!".

Ben buscó a su madre, Grace. Llevaba toda la semana emocionada por su graduación y se suponía que debía estar sentada en primera fila, pero no estaba allí.

“¿Dónde está?”, murmuró Ben. Parecía perdido y no podía concentrarse en el discurso que había pronunciado. Mientras los demás estudiantes disfrutaban del acto con sus padres, Ben se fue a un rincón y lloró en silencio. Pobre Ben. Corrió hacia su casa y lo que vio lo sobresaltó...

"Bueno, caballeros, espero que esta reunión haya sido interesante... Y quiero el plano listo para mañana", decía Grace.

Ben no podía creer lo que veían sus ojos. Su madre se había perdido un acontecimiento importante en su vida por estar en una reunión de negocios que había organizado en casa. "¿Cómo pudo olvidar que hoy era mi graduación?", pensó Ben, furioso.

"Está con respiración asistida en su casa. Por favor, dese prisa".

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Grace se disculpó con Ben por perderse su graduación, pero cada día que pasaba, su dedicación a los negocios le restaba aún más tiempo para Ben.

Tras divorciarse de su esposo diez años atrás, Grace trabajaba muy duro para criar a su hijo. Quería que Ben tuviera sólo lo mejor del mundo y llevara una vida de primera clase. Se lo proporcionaba todo, desde costosas giras por el mundo hasta cruceros y galas. Pero nada lo satisfacía.

Habían pasado cinco años desde que Ben se graduó, pero apenas podía contar las veces que su madre se sentaba a hablar con él. Aunque Grace quería que se uniera a su compañía, él se negaba.

A Ben le apasionaba convertirse en músico, pero por desgracia Grace estaba demasiado ocupada para hablar de su futuro. Sintiéndose abandonado por su madre, decidió abandonar el nido y establecer su vida de forma independiente.

"¿Pero por qué tienes que trabajar cuando tenemos más que suficiente para varias generaciones?", le preguntó Grace a Ben. "¿De verdad tienes que ir tan lejos para trabajar?".

Pero Ben estaba decidido. "Tengo 24 años y tengo que hacer algo con mi futuro...", dijo. Esa misma tarde, viajó a Georgia para incorporarse a una nueva empresa de software. Además, tenía unos amigos que formaban parte de una banda de música, así que urdió un plan para establecer una carrera mientras vivía su sueño musical.

El hueco que su madre había dejado en su vida seguía ahí, y su ausencia no supuso una gran diferencia para él. Durante estos dos años, Grace había estado más ocupada. Apenas había llamado a Ben 15 veces en dos años.

Ben sabía que sus vidas estaban destinadas a ser así. Sin embargo, la gota que colmó el vaso fue cuando quiso presentarle a su novia, Madie, a su madre. Como era de esperar, Grace estaba demasiado ocupada para acordarse de que había programado una reunión a través de Zoom. Intentó ponerse en contacto por videollamada, pero Grace nunca acudió. Tampoco le devolvió ninguno de sus mensajes y notas de voz.

"¡Ya está... he terminado!", murmuró Ben enfadado. "¿Por qué mi madre nunca tiene ni un minuto para mí? Dice que lo hace todo por mí, pero no lo entiendo".

Ben se concentró en su trabajo durante los meses siguientes, y eso sacó lo mejor de él. Por otro lado, Grace había decidido jubilarse y estaba muy emocionada por ello. "¡FINALMENTE! ¡AHORA PUEDO PASAR TODO EL TIEMPO QUE TENGO CON MI HIJO!", suspiró. Pero ya era demasiado tarde cuando se dio cuenta.

Grace se jubiló una semana después de ceder oficialmente la gerencia a su socio. Se puso en contacto con Ben e incluso le reservó un billete de avión. Pero se desanimó cuando él lo rechazó.

“Tengo una reunión importante toda la semana que viene... Lo siento, pero tendremos que posponerlo”, decía el mensaje de Ben a su madre.

Grace esperó impaciente a que pasara la semana. Una vez más, se puso en contacto con Ben un sábado, pero, para su consternación, él le dijo que tenía un importante viaje de negocios a África. “Lo siento mucho, mamá, pero estaré fuera en un viaje de negocios para reunirme con un cliente. Lo siento... ¡Quizá la próxima vez!”.

Grace estaba furiosa. “¿No tienes tiempo para tu madre?”, se enfureció.

Unos días después, Ben estaba en medio de una reunión importante cuando recibió una llamada del hospital. “Señor, debe venir rápidamente porque el estado de su madre ha empeorado. Está con respiración asistida en su casa. Por favor, dese prisa".

Ben estaba conmocionado. Le quedaba sólo un día para su viaje, lo canceló y viajó inmediatamente a su ciudad natal.

Ben se apresuró a casa para ver a su madre. Pero cuando llegó allí, se quedó de piedra. “¡Hola! Me alegro de verte... ¡FINALMENTE!”, dijo Grace, riendo.

Ben estaba furioso. Tiró el maletín en el sofá y caminó hacia ella. "ENTONCES, ¿ERA MENTIRA? ¿NO ESTABAS ENFERMA?".

Grace intentó convencerlo de que no tenía más remedio que fingir su enfermedad para hacerlo volver a casa. Hizo que su secretaria llamara a Ben con el pretexto del médico. "No tenías tiempo para mí, así que tuve que hacer esto... ¡Lo siento!".

Ben se sobresaltó. "¿Y TÚ TENÍAS TIEMPO PARA MÍ, MAMÁ?", replicó. "¡NUNCA ESTUVISTE AHÍ CUANDO MÁS TE NECESITABA! ¿Tienes idea de lo que pasé cuando vi a los padres de mis amigos animarlos en el colegio?". La casa resonó con las agonías de Ben.

"Mi novia... está embarazada, y queríamos hablar de nuestro matrimonio contigo hace dos meses. ¿Respondiste a mis mensajes, mamá?".

En ese momento, Grace se dio cuenta de su error. Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras se sentaba en el sofá, con la cara húmeda enterrada entre las manos. "Lo siento mucho... He trabajado mucho por ti... Quería que fuéramos felices... Quería que tuvieras un gran patrimonio y una vida próspera".

Ben no se inmutó. Le dijo a Grace que la vida no era sólo dinero y lujos. "Es el amor lo que más importa, mamá... Por eso me aseguro de estar siempre ahí para mi hijo... ¡No criaré a otro Ben!".

Grace se sintió avergonzada y apenada. Aunque quería, sabía que no podía volver atrás en el tiempo y compensar los bellos momentos de Ben que había perdido. Sollozaba desconsoladamente. "POR FAVOR, DAME UNA OPORTUNIDAD... PROMETO SER UNA BUENA ABUELA... ¡POR FAVOR!".

La genuina disculpa de Grace derritió el corazón de Ben. Le dio una palmadita en el hombro y sonrió. "Sólo una última oportunidad, y si sigues sin tener tiempo para nosotros, ¡entonces se acabó!", le dijo.

Desde aquel día, Grace visitaba a menudo a Ben y a su novia. Incluso se había encargado de organizar su boda y se mantenía ocupada planificando eventos para su nieto.

La devoción de Grace por su familia liberó un suspiro de felicidad en la vida de Ben. Ya no se arrepentía de sus errores pasados, sino que esperaba con ilusión los buenos tiempos que les aguardaban.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Grace trabajaba duro porque quería que su hijo lo tuviera todo en la vida, pero estaba demasiado ocupada para pasar tiempo con él: Años más tarde, al cambiar las tornas, se arrepintió de su error.
• Los hijos reflexionan sobre las acciones de sus padres: Ben creció frustrado por la falta de presencia de su madre en su vida. Siempre estaba ocupada y apenas tenía tiempo para él. Por eso, cuando le tocó a ella pedirle tiempo, él hizo lo mismo.

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