"¿Papá?" Un niño encuentra a su padre soldado durmiendo en la calle: "¿Quién eres?" responde el hombre - Historia del día

Un chico va a un torneo de baloncesto en una ciudad vecina y se encuentra accidentalmente con su padre soldado, que había desaparecido misteriosamente hacía una década. Cuando su padre amnésico no le reconoce, el chico toma medidas drásticas para ayudarle a recuperar la memoria.

Donna estaba sentada en su casa de campo, preocupada mientras afuera arreciaba la tormenta. Su nieto Jamie aún no había vuelto del partido de baloncesto. De repente, se cortó la luz, lo que aumentó su ansiedad.

Pero justo cuando encendía una vela en el altar, la puerta de la casita se abrió de golpe. Jamie entró, mojado por la lluvia, con alguien que Donna no esperaba: Keith, su yerno desaparecido hacía diez años...

Donna se quedó de piedra. "¿Keith? ¡Madre mía! ¿Dónde has estado?"

Pero Keith parecía confuso y no la reconocía.

"Jamie, ¿qué está pasando?" Donna entró en pánico.

"No lo sé, abuela. Le vi durmiendo en la calle... en este estado", contó Jamie. "Me acerqué a él y le llamé '¿Papá?'... pero me miró y me preguntó '¿Quién eres?', lo que me estremeció por completo. Ya no nos reconoce".

¿Qué le había pasado a Keith?

La familia cenó incómodamente aquella noche. Después de la comida, Keith dio las gracias a Jamie y Donna, pero seguía pareciendo distante.

Entonces, en mitad de la noche, los gritos de Keith les despertaron. Parecía asustado y confuso. Consiguieron consolarle diciéndole que estaba a salvo y Keith volvió a dormirse, pero Jamie quería saber por qué su padre se comportaba de forma tan extraña.

"¿Papá siempre fue así, abuela?".

"Keith era una persona distinta cuando tu madre lo conoció, Jamie", dijo Donna con el corazón encogido mientras relataba el pasado.

Diez años atrás...

Keith, un soldado, visitó el cementerio de su ciudad natal el Día de los Caídos para rendir homenaje a los héroes caídos que lo habían dado todo por su país. Allí vio a una mujer y a un niño limpiando tumbas.

Cuando se dirigió al otro cementerio cercano, donde descansaba su padre, volvió a ver a la mujer y al chico, limpiando las tumbas cubiertas de maleza y encendiendo velas en cada una de ellas.

"¿Tú... otra vez?", se levantó la mujer. "¿Me está acosando o algo así, señor?".

"¿Qué? ¡No, no!" dijo Keith. "¡Estás limpiando la tumba de mi padre!".

"¡Oh, lo siento mucho! Es que... yo..."

"No pasa nada. ¿Me permites?" Keith colocó la corona sobre la lápida y permaneció un minuto en silencio, rindiendo homenaje a su difunto padre.

"Soy Evelyn", dijo la señora. "Y éste es mi hijo, Jamie", señaló a su hijo de 6 años que perseguía mariposas.

"Lo siento mucho. No pretendía ofenderte", dijo mientras caminaban por la acera. "Hago esto todos los años. Voy por ahí y limpio las tumbas olvidadas de la gente siempre que tengo tiempo. Me encanta el silencio de las tumbas".

Keith sonrió, pero pensó que era una pasión extraña para una mujer joven y hermosa como Evelyn.

Mientras caminaban juntos, le preguntó por el padre de Jamie y se enteró de que el hombre había muerto en un accidente hacía años.

"Lo siento mucho. No pretendía...". Keith le dio el pésame y se ofreció a ayudarla en su misión de limpiar las tumbas olvidadas.

Evelyn se sorprendió porque nadie se había ofrecido a ayudarla con su "extraña" pasión. Empezaron a quedar todos los martes y jueves y, con el paso de los días, Keith empezó a enamorarse de Evelyn.

Pero un día Evelyn no apareció, así que Keith fue a su casa. Allí se encontró con Donna, que le dijo que Evelyn estaba en el hospital. Evelyn le reveló a Keith que se estaba muriendo de cáncer. A Keith se le rompió el corazón y decidió pedirle matrimonio, aunque sólo le quedaban unos meses de vida.

Pero cuando volvió con un anillo al día siguiente, se enteró de que habían dado el alta a Evelyn. Corrió a su casa, sólo para enterarse de que se había ido al aeropuerto con Jamie y Donna.

Keith corrió hacia allí, intentando impedir que Evelyn se marchara. Incluso compró un boleto para pasar el control de seguridad y la encontró. Le suplicó que se quedara, pero Evelyn le dijo que era imposible porque se estaba muriendo.

"Keith, no puedo quererte... y sabes por qué. No quiero arruinarte la vida dándote falsas esperanzas y morirme un día", le dijo. "Espero que me perdones por esto".

Keith observó con incredulidad cómo Evelyn y su familia desaparecían en la distancia para embarcar en su vuelo. Se le quebró la voz y se le hizo un nudo en la garganta. "Haría cualquier cosa por estar contigo... ¡Por favor, vuelve!". Cayó de rodillas. Pero ella no se detuvo. Con el corazón destrozado, Keith se marchó inmediatamente.

Pero cuando llegó a casa, se sorprendió al encontrar allí a Evelyn. Ella le abrazó con fuerza y le dijo: "No podía coger ese vuelo, Keith. No después de romperte el corazón. Quiero estar contigo".

Al final se casaron y pasaron juntos unos meses felices antes de que Keith tuviera que irse de servicio a un país extranjero. El cáncer de Evelyn había remitido, así que ambos pensaron que sólo les esperaban días soleados.

Pero cuando regresó, Evelyn no estaba allí para abrazarle y besarle. Había muerto.

"...El informe de la autopsia reveló que había muerto debido a una grave pérdida de sangre tras caerse por los escalones de la casa", terminó de relatar Donna. "No estábamos en casa, Jamie. Te había llevado al parque".

"¿Y papá? ¿Cómo acabó olvidándose de nosotros... y de mamá?".

"No lo sé, querido. Keith se quedó con nosotros algún tiempo después de que muriera tu madre. No volvió al ejército. Y luego... desapareció de nuestras vidas. Nunca se puso en contacto con nosotros, y yo no volví a verle... hasta hoy".

Preocupados, Jamie y Donna llevaron a Keith al hospital al día siguiente, donde el médico le diagnosticó amnesia.

"¿No recordará nada entonces, doctor?", se preocupó Jamie.

"No podemos estar seguros. Pero puede llevar tiempo. Haremos todo lo posible por proporcionarle los cuidados y el apoyo necesarios para que recupere la memoria."

Entonces, una noche, cuando Jamie se dirigió a la habitación de Keith para darle las buenas noches, descubrió que su padre había desaparecido. Él y Donna registraron toda la casa, pero Keith no estaba por ninguna parte.

Pidiendo a Donna que se quedara en casa, Jamie se adentró en la noche para buscar a su padre. Pronto llegó a un callejón oscuro a tres kilómetros de distancia y vio a su padre de pie, solo, mirando una pared cubierta de graffiti.

"¿Papá? ¿Qué haces aquí?".

"Conozco este lugar", murmuró Keith. "No deja de aparecer en mis sueños".

"Papá, ¿recuerdas algo más de esos sueños? ¿Algo en absoluto?"

"No. Pero es como intentar coger humo con las manos desnudas. Me da un terrible dolor de cabeza cada vez que tengo esos sueños. Son pesadillas".

"Vamos a casa, papá. Tienes que descansar". Jamie llevó a Keith a casa.

Con el paso de los días, las pesadillas recurrentes de Keith empezaron a hacer mella en Donna y Jamie. Empezó a gritar: "¡Para! No lo hagas!" en sueños cada dos noches.

Cuando Jamie no pudo seguir viendo a su padre luchar, urdió un audaz plan para unir los puntos de la memoria fracturada de su padre.

La noche siguiente, Jamie se acercó a Keith en su habitación. "Papá, estaba pensando en dar un pequeño paseo por ese callejón. ¿Me acompañas?"

"No, no voy a ir allí. Es peligroso".

"Papá, confía en mí. No es tan peligroso como crees. Quizá algo te refresque la memoria", le tranquilizó Jamie.

Keith estuvo de acuerdo. Cuando llegaron al callejón, Jamie montó un número con su amigo, recreando los misteriosos sucesos de los sueños de su padre.

"¡Papá, ayúdame! Me está golpeando en la cabeza... ¡Papá!", gritó Jamie mientras su amigo, con una máscara espeluznante, fingía un fuerte golpe en la cabeza.

Keith, al ver esto, se apresuró a salvar a su hijo. El amigo de Jamie huyó de la escena como parte de su plan.

"¡Jamie, levántate... Jamie!" gritó Keith, entrando en combate emocional al ver la cabeza de su hijo cubierta de un falso líquido rojo.

Incapaz de soportar la conmoción, Keith se desplomó en el suelo y se desmayó. Jamie y Donna lo llevaron corriendo al hospital, donde Keith reconoció a Jamie. Una parte de su memoria había vuelto.

"¡Evelyn estaba embarazada cuando murió! Y..."

Keith recordó que, tras la pérdida de Evelyn, empezó a beber mucho y se puso muy triste. Un día, se dio cuenta de que faltaba el medallón especial de Evelyn y pensó que alguien podría haberlo robado y haberle hecho daño por ello. Evie nunca se quitaba ese medallón... pero no lo llevaba puesto cuando la vi en la ambulancia.

Corrió a la comisaría, donde su sospecha se hizo más fuerte tras cotejar la foto del cadáver de Evelyn: efectivamente, faltaba el medallón de diamantes con el reloj de diseño dentro. Tampoco estaba entre sus cosas en casa.

Al final, Keith pidió ayuda a su amigo, el detective Roger. El detective Roger accedió y, unos días después, averiguaron que el medallón se había vendido en una casa de empeños. "Un hombre vendió este medallón por cinco mil dólares hace unos días", confesó el dueño de la casa de empeños.

"¿Vino otra vez? ¿Sabes cómo se llama?" preguntó Keith.

"Me temo que no".

"Si ese tipo vuelve para vender algo más, te pones en contacto con nosotros, ¿me oyes?", advirtió al dueño de la casa de empeños.

Más tarde, el dueño de la casa de empeños llamó a Keith, diciendo que el hombre que había vendido el medallón había vuelto. Keith se apresuró a ir a la casa de empeños aquella noche. Se produjo una frenética persecución mientras corría tras el hombre misterioso por las sinuosas calles.

El hombre dijo que sólo quería el medallón, y cuando Evelyn intentó llamar a la policía, la hirió accidentalmente. Pero antes de que Keith pudiera obtener todas las respuestas, alguien le golpeó en la nuca y cayó inconsciente.

"Me desperté en este hospital, Jamie... No recordaba quién era".

***

Ahora, años después, Keith volvió a la casa de empeños con Jamie para averiguar más cosas. Sorprendentemente, el dueño de la casa de empeños se acordaba de él. Keith se dio cuenta de que el hombre parecía más viejo y frágil.

"Sé que han pasado diez años. Pero, ¿volvió a visitarme aquel hombre por el que pregunté?", preguntó Keith.

"Ni tú ni ese tipo aparecisteis después de aquello. Pero sí, creo que dijo que necesitaba dinero para el tratamiento de su esposa en el hospital cercano. Que yo sepa, sólo hay un hospital cerca... a unos diez minutos".

Keith y Jamie intercambiaron una mirada. Ésta era su primera pista.

***

Al llegar al hospital, Keith se apresuró a hablar con un médico.

"Doctor, había un hombre cuya esposa se estaba muriendo. Ingresó en este hospital hace diez años. Probablemente era pobre. Pero haría cualquier cosa por salvarla. Sé que lo que te pido parece una locura, pero ¿recuerdas algún caso así?".

El médico se quedó pensativo un rato. "De hace diez años... bueno, no lo recuerdo... Oh, espera... Recuerdo un caso peculiar como ése", dijo, enarcando una ceja. "Su esposa sufría una afección cardíaca y necesitaba una operación urgente. Montó una escena en el hospital. Pero, ¿por qué lo preguntas?"

"Necesito su dirección, por favor...". suplicó Keith, explicando su historia.

El médico hizo una excepción a pesar de la política del hospital de no compartir los datos de los pacientes.

"No debería hacer esto...", dijo, "pero aquí tienes la dirección, ya que has dicho que es importante".

Keith y Jamie corrieron a la dirección, donde se encontraron con la ex mujer de Scott, Sarah, y su hija pequeña.

"Sarah, necesitamos respuestas. Háblanos de este medallón", Keith sostenía con firmeza una foto de Evelyn con el medallón de diamantes. "Era de mi mujer... la misma a la que tu marido se lo robó y... mató", se quebró Keith.

"Scott no era un ladrón... ¡lo hizo para salvarme! Iba a dejar la vida criminal...".

Después de hablar con Sarah, Keith se dio cuenta de que Scott había muerto la noche en que lo había perseguido. Fue un accidente.

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Sarah le devolvió el medallón a Keith, diciendo que Scott nunca tuvo la oportunidad de cambiar. "Este medallón se encontró entre sus ropas... las que llevaba la noche que murió. Un tío lejano pagó mi tratamiento y viví".

Keith y Jamie decidieron no culpar a Sarah y a su hija por las acciones de Scott. Estaban satisfechos con el hecho de haber cerrado el caso de la muerte de Evelyn.

Al día siguiente, visitaron la tumba de Evelyn y limpiaron juntos tumbas olvidadas, recordando el amor de Evelyn por tales actos.

"A Evie le habría encantado esto. Tenía un corazón para estas almas olvidadas", se le saltaban las lágrimas a Keith al recordar a su difunta esposa.

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Esta pieza está inspirada en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrita por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o lugares reales es pura coincidencia. Todas las imágenes tienen únicamente fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; tal vez cambie la vida de alguien. Si quieres compartir tu historia, envíanosla a info@amomama.com.