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Niño dejando una carta en el buzón | Foto: Midjourney
Niño dejando una carta en el buzón | Foto: Midjourney

Niño deja una carta en el buzón de una casa abandonada y al día siguiente recibe una misteriosa respuesta - Historia del día

Jesús Puentes
16 jul 2024
01:15

Ethan, de seis años, había perdido recientemente a su madre, dejando un profundo vacío en su corazón. En su dolor, empezó a escribirle cartas, volcando sus sentimientos en el papel. Un día, mientras vagaba por las calles, se topó con un viejo buzón oxidado en una casa abandonada. Decidió deslizar una de sus cartas dentro, sin esperar que nadie la viera. Para su asombro, al día siguiente encontró una misteriosa respuesta esperándole.

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Ethan, un niño de seis años con el pelo rizado y castaño, sentía un peso constante en el pecho desde que falleció su madre. Su padre, Jacob, parecía perdido en su mundo de dolor.

Jacob solía ser un padre vivaz y atento, pero ahora apenas se fijaba en Ethan, y pasaba la mayor parte del tiempo mirando fotos antiguas o trabajando hasta tarde para evitar la casa vacía.

"Mamá, te echo mucho de menos", le susurraba Ethan a su automóvil de juguete.

A menudo se imaginaba a su madre viajando con él en el pequeño automóvil.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Ethan echaba de menos su voz suave, sus abrazos cariñosos y leer cuentos con ella todas las noches. En su soledad, empezó a escribirle cartas.

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"Querida mamá,

Hoy ha sido otro día duro sin ti. Te echo mucho de menos. Papá también está muy triste. Creo que ya no se fija mucho en mí. Ojalá estuvieras aquí para abrazarme y decirme que todo irá bien.

Con amor, Ethan".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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Volcaba su corazón en aquellas cartas y esperaba que ella le oyera.

Un día, mientras paseaba por su barrio, Ethan tropezó con una casa vieja y abandonada. La pintura estaba desconchada, las ventanas tapiadas y el jardín lleno de maleza.

"Oye, mamá -dijo Ethan a su automóvil de juguete-, mira esta casa vieja. Da un poco de miedo, pero también es genial, ¿verdad?".

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Se acercó, movido por la curiosidad.

Ethan vio el buzón oxidado de la puerta principal. Aquel día había traído una de sus cartas, guardada en el bolsillo de su pantalon, con la intención de leérsela a su madre en un lugar tranquilo. Ethan la deslizó dentro del buzón, pensando que nadie lo vería.

"Mamá, voy a dejar esta carta aquí", susurró. "Será nuestro secreto".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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Dio un paso atrás y volvió a mirar la casa.

"¿Crees que vive alguien aquí?", preguntó a su automóvil, imaginando la voz de su madre respondiendo. "Probablemente no, pero es un buen lugar para mi carta".

Ethan se quedó allí un momento más, sintiéndose un poco tonto pero también reconfortado por el acto.

"Vale, vámonos ya a casa", dijo al automóvil. "Quizá volvamos mañana".

Mientras caminaba hacia casa, su mente vagaba por pensamientos sobre su madre, imaginándosela leyendo su carta y sonriendo.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Espero que te gusten mis cartas, mamá", susurró, apretando aún más el automóvil de juguete. "Seguiré escribiéndolas, te lo prometo".

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Cuando llegó a su casa, su padre seguía sentado a la mesa del salón. Ethan se detuvo en la puerta, observando a su padre un momento.

"Papá", dijo en voz baja, pero Jacob no respondió. Suspirando, Ethan se dirigió a su habitación y sacó otro papel para escribir otra carta a su madre.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Querida mamá -empezó-, he encontrado un nuevo lugar donde dejarte mis cartas. Es una casa vieja y abandonada, y parece un lugar especial sólo para nosotros...".

Mientras escribía, sintió que la tristeza se disipaba un poco, encontrando consuelo en la conexión creada, aunque sólo fuera en su imaginación.

"Buenas noches, mamá", susurró al automóvil de juguete que tenía en la mesilla de noche, antes de dormirse.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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***

Al día siguiente, Ethan sintió una extraña necesidad de volver a visitar la casa abandonada. Quería dejar su nueva carta en aquel buzón.

Al acercarse a la puerta, notó algo diferente. El buzón estaba ligeramente abierto. El corazón de Ethan se aceleró mientras miraba a su alrededor.

Dentro encontró un papel doblado. Era una carta dirigida a... él. La desdobló y empezó a leer.

"Querido Ethan", empezaba. "Gracias por compartir tus hermosas palabras. Tus cartas me han llegado al corazón. Por favor, no dejes de escribir. Con amor, Clara".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Ethan estaba tan absorto en la carta que no oyó el chirrido de la puerta principal de la casa al abrirse. Una mujer salió en silencio.

Era mayor, con el pelo plateado y ojos amables pero tristes. Observó cómo Ethan leía la carta, con una suave sonrisa dibujándose en su rostro.

De repente, Ethan sintió una presencia y levantó la vista, sobresaltado. Casi se le cae la carta.

"¡Oh! ¡Lo siento!", exclamó, dando un paso atrás. "No pretendía entrometerme".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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La mujer levantó la mano en un gesto tranquilizador. "No pasa nada, cariño", dijo suavemente. "Soy Clara. He estado leyendo tu carta".

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Ethan parpadeó sorprendido. "¿Tú... las lees?".

Clara asintió. "Sí, y me han reconfortado mucho. Tu carta me ha recordado a mi propio hijo. Perdí a mi familia hace años".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Echo mucho de menos a mi madre", dijo Ethan, con la voz apenas por encima de un susurro.

Clara se acercó, con los ojos llenos de empatía.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Lo sé, Ethan. El dolor es una carga muy pesada. Pero compartir tus sentimientos, aunque sea a través de cartas, puede ayudar a aligerar esa carga".

Una voz fuerte y enfadada los interrumpió justo en ese momento: "¡Clara!".

Un hombre alto y de aspecto severo marchó hacia ellos. "Ya es hora de que te vayas, Clara", dijo duramente el señor Harrow. "Ya has tenido bastante tiempo para lamentarte. Esta casa era de mi hermano y ahora es mía".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Clara se mantuvo firme, con los ojos encendidos. "No hubo testamento, señor Harrow. Mi esposo murió joven, junto con nuestro hijo. Tu supuesto testamento es una falsificación".

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El Sr. Harrow se mofó: "No tienes elección. Me quedo con la casa. Has abusado de mi hospitalidad".

Cuando Ethan dio un paso adelante, intentando comprender la situación, el señor Harrow por fin reparó en él. "¿Y quién es éste? ¿Por qué hay niños deambulando por mi propiedad?".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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Ethan, aferrando su carta, balbuceó: "Yo... sólo estaba dejando una carta para mi madre...".

Los ojos del señor Harrow se entrecerraron: "¿Carta? ¿Qué carta?"

Le arrebató la carta de las manos a Ethan y empezó a romperla. "¡Estás ensuciando este lugar con tu basura!".

A Ethan se le rompió el corazón al ver trozos de sus cartas revolotear por la hierba. Observó impotente cómo el Sr. Harrow destruía sus sentidos mensajes.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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Entonces Clara se adelantó y dijo: "¿Cómo ha podido hacer eso? Es sólo un niño que llora a su madre".

Pero Ethan ya había salido corriendo, con la mente desbocada.

"¿Por qué era tan mezquino el Sr. Harrow? ¿Y por qué quería echar a Clara de su casa? Parece tan simpática", le susurró a su automóvil de juguete mientras corría. "Mamá, ¿qué debo hacer?"

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Sabía que tenía que hacer algo, pero no estaba seguro de qué. Lo único que sabía era que no podía dejar que el Sr. Harrow ganara. Clara necesitaba ayuda y tal vez, sólo tal vez, su padre podía proporcionársela.

Sin aliento, Ethan aferró con más fuerza su automóvil de juguete: "No dejaré que le haga daño a Clara, mamá. Te prometo que la ayudaré".

***

Angustiado, Ethan irrumpió por la puerta principal, con lágrimas corriéndole por la cara.

"¡Papá! ¡Papá, necesito tu ayuda!", gritó, entrando corriendo en la cocina, donde estaba sentado Jacob.

Jacob levantó la vista, sobresaltado: "Ethan, ¿qué pasa?".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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"¡Es el señor Harrow! ¡Quiere echar a Clara de su casa! Ha roto mis cartas, papá. Tenemos que ayudarla", suplicó Ethan.

Jacob suspiró y se frotó las sienes, claramente confuso.

"Ethan, cálmate. No lo entiendo. ¿Quién es el señor Harrow? ¿Quién es Clara? ¿Y de qué cartas estás hablando?"

Ethan siguió gritando, arrastrando las palabras: "¡Clara... abandonó... cartas... para mamá! ¡Sr. Harrow! Las arrancó!"

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Jacob no quería lidiar con la situación e intentó calmar a Ethan.

"Ethan, deja de gritar. Éste no es nuestro problema. No deberías meterte en cosas que no te conciernen".

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Ethan seguía presa del pánico y no se calmó. Siguió llorando y suplicando a su padre.

Jacob estaba frustrado y no acababa de comprender la situación. Cogió los trozos rotos de las cartas de las manos de Ethan. "Ya basta, Ethan. Tienes que ir a tu habitación y reflexionar sobre tu comportamiento".

Ethan se sintió totalmente impotente y salió corriendo de la casa, cerrando la puerta tras de sí. Su corazón latía con fuerza mientras corría hacia la comisaría, decidido a encontrar a alguien que escuchara y ayudara a Clara.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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***

Cuando Ethan llegó a la comisaría, que estaba en la calle de al lado, le explicó todo sin aliento al oficial que estaba en el mostrador, con la esperanza de que tomaran cartas en el asunto.

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"¡Agente, por favor, tiene que ayudar! ¡El Sr. Harrow intenta echar a Clara de su casa! Ha roto mis cartas y está siendo muy mezquino", exclamó Ethan, con lágrimas en los ojos.

El agente escuchó pacientemente, asintiendo con la cabeza mientras Ethan hablaba.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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"Cálmate, hijo", dijo con suavidad. "Comprendo que estés enfadado, pero el señor Harrow ya nos ha informado de esto. Reclama que la casa es suya por derecho".

Los ojos de Ethan se abrieron de par en par, incrédulo. "¡Pero Clara vive allí! ¡Es su casa!"

El agente suspiró y continuó: "El problema es que Clara no tiene documentos que prueben la propiedad de la casa. Dijo que los había perdido. Sin esos papeles, no hay mucho que podamos hacer".

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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Ethan sintió un nudo en la garganta: "¡Pero eso no es justo! ¡Lleva tanto tiempo viviendo allí! ¡Tienes que ayudarla!"

El agente sacudió la cabeza con compasión. "Lo siento, Ethan. Sé que te cuesta entenderlo, pero sin esos documentos, el señor Harrow tiene derecho legal sobre la propiedad. Es mejor que te vayas a casa ahora. Te acompañaré de vuelta".

Sintiéndose derrotado, Ethan asintió lentamente.

"De acuerdo", susurró, con voz temblorosa. El agente cogió a Ethan de la mano y lo guió fuera de la comisaría.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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***

Cuando llegaron a su casa, un preocupado Jacob acababa de regresar.

"Ethan, ¿dónde has estado?", preguntó. "Te he estado buscando en todas las casas de los vecinos".

Ethan bajó la mirada: "Fui a la policía, papá. Pensé que podrían ayudarme".

Jacob suspiró profundamente y tiró de Ethan para abrazarlo: "No estoy enfadado, Ethan. Es sólo que no quiero que te hagan daño".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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Jacob miró las cartas que había sobre la mesa de la cocina, las que había encontrado cuando Ethan huyó. Había leído algunas de ellas y se había dado cuenta de la empatía y el amor que Ethan sentía en su corazón y de la poca atención que había prestado a los sentimientos y las luchas de su hijo.

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Tras un largo momento de silencio, Jacob tomó una decisión.

"De acuerdo, Ethan. Vamos a hablar con Clara. Puede quedarse con nosotros hasta que resolvamos esto".

Los ojos de Ethan se iluminaron de esperanza. "¿De verdad, papá?"

Jacob asintió, con una pequeña sonrisa en la cara: "Sí, de verdad. Vamos a ayudarla".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Padre e hijo regresaron juntos a casa de Clara, dispuestos a ofrecerle el cobijo y el apoyo que necesitaba.

Poco sabían que el Sr. Harrow, oculto en las sombras, los observaba con los ojos entrecerrados, planeando ya su próximo movimiento para reclamar la propiedad. No tenía intención de echarse atrás.

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***

Clara, Jacob y Ethan empezaron a vivir juntos. Los tres formaron rápidamente un estrecho vínculo.

Cada mañana, Clara preparaba el desayuno mientras tarareaba una alegre melodía. Su deliciosa cocina y las flores que plantaba en el jardín devolvían la vida a la casa.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Ethan, ven a ayudarme a plantar estas flores", gritó Clara una tarde soleada.

Ethan se acercó corriendo, emocionado: "¿De qué tipo son, Clara?".

"Son caléndulas. Darán un bonito toque de color al jardín", respondió ella, dándole una pala pequeña.

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Mientras trabajaban juntos, Ethan charlaba fingiendo que hablaba con su automóvil de juguete. "¡Mamá, mira qué flores! ¿A que son bonitas?", susurró, imaginando que su madre estaba allí con él.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Jacob observaba desde la ventana de la cocina, con una pequeña sonrisa en la cara. La presencia de Clara le tranquilizaba. Empezó a sonreír más e incluso a participar en actividades con Ethan y Clara.

"Jacob, la cena está lista", gritó Clara una noche.

Jacob se acercó a la mesa y el aroma de la comida casera de Clara llenó la habitación. "Huele de maravilla, Clara. Gracias".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Ethan replicó: "¡Sí, Clara, eres la mejor cocinera del mundo!".

Clara se rió, con un sonido cálido y sincero: "Gracias, Ethan. Me encanta cocinar para vosotros".

Después de cenar, Clara y Ethan se acomodaron en el sofá con un libro de cuentos de hadas.

"Érase una vez", empezó Clara, y Ethan se acurrucó más cerca, escuchando atentamente. Aquellos momentos se convirtieron en una parte entrañable de su rutina diaria. La tristeza de Ethan empezó a disiparse poco a poco, sustituida por la calidez del amor y los cuentos de Clara.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Pasaron rápidamente unos meses. La situación legal de la casa de Clara se resolvió a su favor. Se encontraron los documentos de propiedad en el registro, que demostraban su legítimo derecho a la casa. Se confirmó que el testamento del Sr. Harrow era falso, y sólo recibió una advertencia verbal para que se mantuviera alejado de Clara, ya que ella decidió no presentar cargos contra él.

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Jacob y Ethan acompañaron a Clara a su casa, con una mezcla de esperanza y tristeza.

"No quiero que te vayas, Clara", dijo Ethan, con voz temblorosa.

Jacob puso una mano en el hombro de Ethan. "Aún podemos visitarle, Ethan".

Cuando llegaron, les sorprendió ver la destrucción. El Sr. Harrow había demolido la mitad de la casa con la ayuda de trabajadores contratados y una grúa.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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A Clara se le llenaron los ojos de lágrimas. "¿Cómo ha podido hacer esto?"

Ethan miró a su padre, con ojos suplicantes: "Papá, tenemos que hacer algo".

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El rostro de Jacob se endureció. "Lo haremos, Ethan. Te lo prometo". Se volvió hacia Clara. "Voy a demandar personalmente al señor Harrow por esto. No se saldrá con la suya".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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Clara asintió, secándose las lágrimas. "Gracias, Jacob."

Jacob miró a Ethan y luego a Clara.

"Te quedarás con nosotros. Trabajaremos todos juntos para arreglar tu casa. Te has convertido en una persona muy querida para los dos, Clara".

Entonces Ethan le dio a Clara su automóvil de juguete. "Ahora formas parte de nuestra familia", le dijo, ofreciéndoselo en señal de confianza y aceptación. Era lo más preciado que tenía, simbolizaba lo mucho que ella significaba para él y cómo se había convertido en una parte importante de sus vidas.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Midjourney

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Los ojos de Clara se suavizaron y le devolvió el abrazo a Ethan. "Gracias, Ethan. Gracias, Jacob. Ambos me habéis dado una segunda oportunidad de ser feliz".

Juntos volvieron a casa, dispuestos a enfrentarse a los retos que les esperaban. El vínculo que habían formado era fuerte, y sabían que juntos podrían superarlo todo.

Mientras caminaban, Ethan abrazó su automóvil de juguete y susurró: "Mamá, Clara se queda con nosotros. Me hace feliz, y creo que a ti también te gustaría".

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Esta pieza está inspirada en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrita por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o lugares reales es pura coincidencia. Todas las imágenes tienen únicamente fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; tal vez cambie la vida de alguien. Si quieres compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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