El tío de los hermanos Menéndez insta al tribunal a mantenerlos entre rejas - ¿Qué podría pasar si son liberados?

Años después de que Lyle y Erik Menéndez fueran condenados por los asesinatos de sus padres, su caso vuelve a estar en el candelero, pues se enfrentan a la posibilidad de quedar en libertad. Sin embargo, esto plantea preguntas acuciantes: ¿qué ocurriría si fueran liberados y por qué su tío espera que ese día nunca llegue?

Es posible que los hermanos Menéndez vean pronto un nuevo futuro, ya que la Fiscalía de Los Ángeles ha dado a su caso un sorprendente rayo de esperanza. Ahora que la libertad es una posibilidad real, ya se ha puesto en marcha un plan de reinserción para preparar la transición de los hermanos de vuelta a la sociedad.

Lyle y Erik cuentan con familiares y simpatizantes que han esperado años para darles la bienvenida a casa. Sin embargo, no todos comparten su entusiasmo, ya que su tío expresó recientemente su decepción ante la perspectiva de que sus sobrinos salgan libres.

El famoso crimen y detención de los hermanos Menéndez

En las primeras horas de una noche de verano de 1989, la tranquila opulencia de Beverly Hills se vio destrozada por un crimen tan escandaloso que cautivó a Estados Unidos durante décadas.

Lyle y Erik Menéndez, hijos del rico ejecutivo del mundo del espectáculo José Menéndez y su esposa, Kitty, fueron detenidos en relación con los brutales asesinatos de sus padres. Se enfrentaron a acusaciones que acabarían desembocando en uno de los juicios por asesinato familiar más infames de la historia de Estados Unidos.

José y Kitty fueron encontrados con disparos mortales, y las investigaciones iniciales no proporcionaron ningún sospechoso claro. Sin embargo, a medida que avanzaba la investigación, las sospechas se desplazaron hacia sus propios hijos.

No fue hasta más tarde cuando los hermanos confesaron los asesinatos, afirmando inicialmente que el motivo residía en los años de maltrato emocional y físico infligido por sus padres.

En 1996, tras un juicio nulo y un nuevo juicio muy publicitado, ambos hermanos fueron declarados culpables de asesinato en primer grado y condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Esta sentencia, dictada con firmeza, pareció cerrar el capítulo de una truculenta historia de traición, pero con el paso de los años, el caso de los hermanos resurgiría.

Posible nueva sentencia

Más de tres décadas después de ser condenados por los asesinatos de sus padres en 1989, Lyle y Erik podrían estar ante una nueva oportunidad de libertad. La fiscalía del condado de Los Ángeles ha presentado recientemente una recomendación para que se reconsidere la cadena perpetua de los hermanos, aumentando la posibilidad de que sean puestos en libertad tras 34 años en prisión.

El fiscal del distrito George Gascón declaró: "Vamos a recomendar al tribunal que se elimine la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional y que sean condenados por asesinato".

Esta decisión podría remodelar potencialmente el resto de la vida de los hermanos si un juez la aprueba. Si se accede a la petición de nueva sentencia, los hermanos serían condenados a 50 años a cadena perpetua, lo que les haría inmediatamente elegibles para una audiencia de libertad condicional.

Según George, el comportamiento de los hermanos durante su encarcelamiento ha sido ejemplar, describiéndolos como "presos modelo" y afirmando que este historial positivo hace que su posible excarcelación sea una opción viable.

El momento de la solicitud ha aumentado la expectación, y algunos de los representantes legales de los hermanos han expresado su esperanza de que puedan estar libres para Acción de Gracias. El abogado Mark Geragos transmitió optimismo, afirmando que los recientes acontecimientos ofrecían un rayo de esperanza para los hermanos.

Esta solicitud de nueva sentencia se basa en las leyes de California que permiten a los fiscales de distrito recomendar la reevaluación de las sentencias dictadas antes de asumir el cargo.

Esta disposición legal ya ha dado lugar a reducciones de condena para otros presos en California, ya que el caso de los hermanos Menéndez es el 29º y el 30º en los que se han hecho tales recomendaciones.

Sin embargo, la decisión definitiva corresponde a un juez del Tribunal Superior de Los Ángeles, que examinará los argumentos de ambas partes en una vista fijada para las próximas semanas.

Durante la vista, el juez examinará las pruebas de la petición de nueva sentencia, incluidas las pruebas que apoyan la recomendación de George. Según Nancy Theberge, adjunta a cargo de la unidad de resentencia de George, los hermanos podrían comparecer ante el tribunal en persona o por videoconferencia.

Si el juez dictamina a favor de la resentencia, el caso pasaría a una revisión de la junta de libertad condicional, donde se tendrían en cuenta el comportamiento y otros factores de los hermanos Menéndez para su puesta en libertad.

En cuanto a lo que ocurriría si fueran puestos en libertad, Mark reveló que ya se había formulado -y compartido con la Fiscalía- un plan detallado para ayudar a reintroducir a los hermanos de nuevo en la sociedad.

No pudo compartir los detalles por motivos de seguridad, pero reveló que ambos hermanos están casados con esposas que se ganan la vida. Los hermanos también están matriculados en programas universitarios: Lyle en un máster y Erik en una licenciatura.

La actual esposa de Lyle, Rebecca, con la que se casó durante una ceremonia en prisión en 2003, ha sido un apoyo constante durante su encarcelamiento, visitándole casi todos los fines de semana. Él le ha atribuido a ella el mérito de haberle dado fuerzas durante su encarcelamiento, admitiendo los retos a los que se ha enfrentado.

"La gente es prejuiciosa, y ella tiene que aguantar muchas cosas", dijo. Rebecca, que trabaja como abogada, vive cerca de la prisión y ha expresado su gratitud por la posibilidad de que Lyle sea puesto en libertad.

La esposa de Erik, Tammi, que reside en Las Vegas, también ha mantenido una presencia de apoyo, dispuesta a darle la bienvenida si se le concede la libertad.

"Erik se siente muy agradecido y profundamente humilde por la abrumadora efusión de amor y apoyo que ha recibido hoy de su familia. Su fe en él y su aliento, cuidado y comprensión significan para él más de lo que las palabras pueden expresar", compartió en X, antes Twitter.

Por qué el tío de los hermanos los quiere entre rejas

Mientras el equipo legal y los partidarios de Lyle y Erik Menéndez se preparan para la posibilidad de su puesta en libertad, no todos creen que su libertad esté justificada. Milton Andersen, hermano mayor de Kitty, se ha mantenido firme en su oposición a cualquier cambio en la sentencia original.

A través de su abogada, Kathy Cady, el anciano de 90 años presentó un escrito amicus argumentando contra la recomendación del fiscal, afirmando que la gravedad del delito exige que se mantenga la pena original.

Kathy fue explícita sobre la postura de Milton: "Dispararon a su madre, Kitty, recargando para asegurar su muerte". Hizo hincapié en que las pruebas utilizadas para condenar a Lyle y Erik eran "abrumadoramente claras", y afirmó que el veredicto del jurado reflejaba la naturaleza calculada del crimen.

Kathy afirmó que la sentencia original era una respuesta adecuada a las acciones de los hermanos y sostuvo que cualquier modificación socavaría la justicia que se había hecho.

También cuestionó los motivos de George, sugiriendo que su decisión tenía una motivación política y pretendía ganarse el favor del público en vísperas de las elecciones. Afirmó que Milton había quedado al margen de partes cruciales del proceso de revisión, lo que, según ella, constituía una violación de la ley de California.

"Está decepcionado", señaló Kathy. Mark declinó hacer comentarios sobre las recientes objeciones de Milton. No obstante, la oposición de Milton ha añadido otra capa de complejidad al debate sobre la nueva sentencia.

Mientras la fiscalía sigue adelante con su recomendación, la persistente voz de Milton garantiza que la otra cara de la historia de la familia se oirá en el tribunal, recordando a todos los trágicos sucesos que dejaron dos padres muertos y las cicatrices que persisten décadas después.

A medida que se acerca la fecha de la próxima vista, el caso de los hermanos Menéndez subraya una vez más la compleja dinámica de la familia, el delito y la justicia en Estados Unidos, con interrogantes persistentes sobre si el castigo se ajusta realmente al delito.

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