Un hombre dice que su esposa iba a bordo del avión que se estrelló cerca de Washington DC – Se revela su último mensaje

Un avión que volaba desde Wichita, Kansas, colisionó en pleno vuelo con un helicóptero militar Black Hawk. Las autoridades aún no han informado de que haya supervivientes.

Hamaad Raza estaba enviando mensajes de texto a su esposa mientras esperaba su llegada al Aeropuerto Nacional Reagan de Washington cuando, de repente, sus mensajes dejaron de llegar.

Una sensación de inquietud se apoderó de Raza, que pronto se convirtió en pavor cuando se conoció la noticia de que un vuelo procedente de Wichita, Kansas, el vuelo de su esposa, había colisionado en pleno vuelo con un helicóptero mientras se aproximaba a la pista 33 del Aeropuerto Nacional Reagan de Washington. El trágico accidente hizo que la aeronave se precipitara al río Potomac hacia las 21:00 horas del miércoles 29 de enero.

Raza compartió el último mensaje que le envió su esposa antes de que sus mensajes no fueran entregados. Decía: "Aterrizamos en 20". Intentó responder, pero los mensajes no se enviaron y fue entonces cuando tuvo un mal presentimiento. Ahora está muy preocupado por su mujer, de 26 años, con la que lleva casado poco más de dos años.

"Sólo rezo para que alguien la esté sacando del río mientras hablamos. Es lo único por lo que puedo rezar. Sólo rezo a Dios", dijo Raza. Contó que su esposa había viajado a Wichita por trabajo y que siempre había tenido miedo a volar, lo que hizo que el trágico incidente fuera aún más desgarrador.

Raza es asociado senior en EY-Parthenon, empresa de consultoría y servicios empresariales. Estudió en la Escuela de Negocios Kelley de la Universidad de Indiana y se licenció en la Escuela John Burroughs.

El periodista que habló con Raza, Larry Miller, presentador de noticias de WUSA 9-TV, también ha compartido que cada vez son más los familiares que acceden al Aeropuerto Nacional Reagan de Washington para obtener información sobre sus seres queridos.

Según la Administración Federal de Aviación, el avión de pasajeros, Bombardier CRJ700 operado por PSA Airlines en nombre de American Airlines, transportaba a 64 personas cuando colisionó en pleno vuelo con el helicóptero Black Hawk del ejército estadounidense. El helicóptero Sikorsky H-60 llevaba a bordo tres soldados que realizaban un vuelo de entrenamiento.

Se han confirmado las víctimas mortales del accidente aéreo, ya que se han recuperado al menos 19 cadáveres del lugar del accidente. Unos 300 socorristas, incluidos buzos y lanchas policiales, están buscando activamente en el agua, luchando contra las duras condiciones, para localizar a posibles supervivientes.

El jefe de los Servicios de Bomberos y Emergencias Médicas del Distrito de Columbia, John Donnelly , declaró: "Es una operación muy compleja, las condiciones son extremadamente duras para los equipos de respuesta. Hace frío. Se enfrentan a condiciones relativamente ventosas".

En el momento de la publicación, los rescatadores no han recuperado a ningún superviviente de los tres campos de escombros, que están esparcidos por el helado río Potomac. Las autoridades también han informado de que el helicóptero está sumergido en las proximidades.

En una publicación en las redes sociales, el presidente estadounidense, Donald Trump, se refirió al accidente como "una mala situación que parece que debería haberse evitado". No quedó claro de inmediato si la publicación de Trump se basaba en informes oficiales o en otras fuentes de información.

Añadió: "Que Dios bendiga sus almas. Gracias por el increíble trabajo que están realizando nuestros primeros intervinientes. Estoy siguiendo la situación y daré más detalles cuando surjan".

El recién confirmado Secretario de Defensa, Pete Hegseth, declaró en las redes sociales que el Pentágono seguía de cerca la situación y estaba preparado para prestar ayuda si fuera necesario.

El senador de Kansas Roger Marshall también intervino, expresando su pesar en una declaración y calificando el incidente de "nada menos que una pesadilla". Ofreció sus oraciones por las víctimas y sus familias, con la esperanza de que encontraran fortaleza en un momento tan devastador.

Alyia Gaskins, alcaldesa de Alexandria, Virginia, compartió sus condolencias en las redes sociales. Ofreció oraciones por los afectados y elogió los esfuerzos de los bomberos, la policía y los equipos de emergencia locales que colaboraron en la respuesta regional. Alexandria está situada justo al sur del Aeropuerto Nacional Reagan de Washington.

La última gran catástrofe aérea comercial estadounidense tuvo lugar en febrero de 2009, cuando un vuelo de Continental Airlines que salía de Newark, Nueva Jersey, se estrelló trágicamente contra una casa cerca de Buffalo, Nueva York, al intentar aterrizar.

El avión, un Bombardier Q400, se cobró la vida de 49 personas. Ahora, mientras se desarrolla la crisis actual, la gente se aferra a la esperanza de que haya supervivientes, al tiempo que envía sus oraciones a las familias de quienes se ha confirmado que han perdido la vida.