¿Quién heredará la multimillonaria fortuna de Gene Hackman? – Surgen nuevos detalles

El actor y su esposa no tuvieron hijos, pero dejó dos hijas y un hijo de un matrimonio anterior. Mientras se desarrollan las discusiones sobre su herencia, una persona con información privilegiada ha insinuado que "se avecinan problemas" tras su fallecimiento.

Gene Hackman y su esposa, Betsy Arakawa, habían redactado sendos testamentos, que ahora se han hecho públicos. Se ha revelado que los hijos del actor no fueron incluidos como herederos, pero debido a un tecnicismo legal, podrían tener motivos para impugnarlo.

Las preguntas sin respuesta en torno a su herencia dieron lugar a crecientes especulaciones. La veterana estrella, que falleció a los 95 años, designó a su esposa, Arakawa, de 65 años, como fideicomisaria sucesora de su fortuna de 80 millones de dólares en Hollywood.

Han surgido nuevos detalles que confirman que Hackman dejó todo su patrimonio a su esposa, Arakawa. Sin embargo, los juristas sugieren que, dado que ella falleció antes que él, la herencia podría pasar a sus hijos en virtud de las leyes de sucesión.

Los documentos legales obtenidos por la BBC indican que Hackman actualizó su testamento por última vez en 2005, nombrando a Arakawa como única beneficiaria, pero sin especificar un heredero alternativo en caso de que ella falleciera antes que él.

Por tanto, muchos expertos jurídicos debaten ahora si sus hijos -Christopher Hackman, de 65 años, Leslie Hackman, de 58, y Elizabeth Hackman, de 62, que compartía con su exesposa, Faye Maltese, podrían impugnar el testamento.

El abogado californiano Tre Lovell declaró que los hijos de Hackman podrían heredar su fortuna si no se nombraba a ningún otro beneficiario, explicando: "En realidad, la herencia se legalizará de acuerdo con las leyes de sucesión intestada, y los hijos serían legalmente los siguientes en la línea de sucesión".

Sin embargo, tendrían que impugnar el testamento, demostrando que era inválido debido al fallecimiento anterior de Arakawa. El abogado especializado en derecho de familia y fideicomisos David A. Esquibias señaló que impugnar el testamento de Hackman, de 20 años de antigüedad, podría resultar extremadamente difícil.

"En esta situación, Gene Hackman y su esposa no firmaron su testamento y fideicomiso en 2025 o 2024. Si hubiera sido así, creo que habría más probabilidades de que se impugnara. Impugnar un documento de hace 20 años es exponencialmente más difícil que impugnar un documento firmado en el lecho de muerte", explicó.

Esta incertidumbre, combinada con el pasado distanciamiento de Hackman con sus hijos, ha suscitado inquietud ante la posibilidad de una gran pelea por el reparto de la herencia.

Otro experto jurídico dijo: "Si él hubiera muerto primero y ella [Betsy] hubiera sobrevivido, habría sido la Tercera Guerra Mundial. Sus hijos probablemente se habrían vuelto locos". Mientras tanto, el testamento de Arakawa colocaba sus bienes en un fideicomiso, asignando fondos para organizaciones benéficas y gastos médicos.

Los arreglos patrimoniales del ganador del Oscar implican otros entresijos legales. La abogada Julia Peters ha sido nombrada albacea de ambos testamentos.

Su planificación patrimonial sufrió cambios significativos a lo largo de los años. Hackman creó originalmente el Fideicomiso Revocable GeBe, pero en 1994 utilizó su poder de nombramiento para designar a Arakawa como fideicomisario sucesor.

Esta decisión entró en vigor el 22 de septiembre de 1995. En algún momento, otra revisión situó a Avalon Trust en el control. El contrato de fideicomiso original puede ser clave, ya que podría haber incluido a sus hijos como beneficiarios antes de las modificaciones.

En medio de las preguntas sobre la distribución de la herencia, la decisión de Christopher de contratar a Andrew M. Katzenstein, un reputado abogado de fideicomisos y sucesiones de California, no ha pasado desapercibida. Una fuente señaló: "Contratar a Katzenstein demuestra que [Chris] está intentando proteger sus intereses".

La fuente añadió: "El hecho de que Chris haya contratado a un abogado de alto nivel me indica que algo está pasando. No sé por qué las chicas [hijas] no están representadas. Eso me dice que debe de haber algún problema".

Cualquier herencia para los hijos de Hackman será gestionada por Avalon. Al mismo tiempo, el testamento de Arakawa asignó el resto de su patrimonio a un fideicomiso benéfico, garantizando así la continuidad de su visión filantrópica.

Los acuerdos legales esbozados en los testamentos también abordan las obligaciones financieras y las pertenencias personales. Según el documento: "Todas mis deudas legalmente exigibles se pagarán tan pronto como sea posible tras mi muerte", afirma el testamento de la pianista clásica.

En cuanto a las posesiones personales, el testamento de Arakawa prevé una lista separada en la que se detalla la distribución de objetos como muebles, joyas y obras de arte, aunque no está claro si dicha lista llegó a crearse.

El momento de la muerte de la pareja influyó en la distribución de la herencia. Las autoridades los descubrieron en habitaciones separadas de su casa el 26 de febrero de 2025.

Los informes indicaban que Arakawa murió hacia el 11 de febrero a causa de un extraño virus transmitido por ratones, mientras que Hackman falleció el 18 de febrero debido a una enfermedad cardiaca. Su avanzada enfermedad de Alzheimer figuraba como factor contribuyente.

Según la ley de Nuevo México, las muertes que se producen con 120 horas de diferencia se clasifican como simultáneas, lo que podría afectar a la división de sus bienes.

Sin embargo, los investigadores determinaron que Hackman sobrevivió a su esposa siete días, basándose en los datos del marcapasos, lo que impidió que se aplicara esa clasificación. Los expertos jurídicos señalaron que muchos estados, incluido Nuevo México, reconocen una regla de supervivencia de cinco días a la hora de determinar la sucesión patrimonial.

La planificación patrimonial de las parejas casadas suele implicar que se dejen bienes el uno al otro. Sin embargo, dado que estos documentos son privados, no se han revelado públicamente los beneficiarios concretos nombrados en los testamentos de Hackman y Arakawa.

El abogado John Budagher, del bufete Budagher & Tann, señaló que, sin acceso a sus planes sucesorios, se desconocen los detalles de cómo se distribuirá su patrimonio.

Antes de su trágica muerte, la pareja vivió sus últimos días en su casa de Santa Fe, donde finalmente fueron descubiertos.

Situada en la cima de una colina de 12 acres cubierta de piñones, al norte de la ciudad, la propiedad ofrece unas vistas panorámicas de 360 grados que se extienden hasta las montañas de Colorado. Hackman desarrolló una profunda conexión con la zona tras trabajar en varias películas allí, y describió que tenía "una especie de magia".

Atraído por el paisaje, compró la casa por su ubicación y más tarde recurrió a los arquitectos de Santa Fe Harry Daple y Stephen Samuelson, de Studio Arquitectura, para que le ayudaran a transformarla en su refugio ideal.

Además de su casa de Santa Fe, Hackman era dueño de una finca en Montecito que él y su primera esposa, Maltese, pasaron más de un año restaurando. Situada en veinticinco acres, la vetusta mansión requería amplias reformas para devolverle su antigua belleza.

Para el diseño interior, contrataron a Steve Chase, cuyo trabajo habían admirado. Su enfoque se centró en mantener la elegancia europea de la casa y adaptarla a un espacio más relajado y habitable para la familia.

Hackman prefería remodelar las casas a construirlas desde cero, pues le satisfacía transformar los espacios existentes. Comparaba el proceso con su oficio.

Aunque Hackman encontraba inspiración en su entorno, su dedicación a Hollywood tensó su vida familiar. Su exigente carrera influyó en la ruptura de su matrimonio con Maltese, y durante los años de formación de sus hijos, a menudo estaba ausente.

Su hijo, Christopher, se vio especialmente afectado, ya que Hackman admitió más tarde haber perdido el contacto con él durante un periodo en el que necesitaba orientación y apoyo.

Aunque permaneció algo conectado con sus hijas, Leslie y Elizabeth, que de vez en cuando le acompañaban a eventos de la industria, reconoció los retos a los que se enfrentaban al crecer a la sombra de su éxito.

El segundo matrimonio de Hackman en 1991 marcó un punto de inflexión, ya que Arakawa le animó a reconstruir las relaciones con sus hijas. Ella contribuyó a reunir a la familia, instándole a acogerlos a ellos y a sus nietos en su casa de Santa Fe.

Al final de su vida, Hackman se había acercado más a sus hijos y nietos. Sin embargo, a pesar de la mejora de su relación, seguía pasando largos periodos sin ver a Leslie, el miembro de la familia que permanecía más en contacto con él y con Arakawa.

La planificación de la herencia de Gene Hackman, moldeada por años de revisiones, ajustes legales y reconciliaciones personales, sigue bajo escrutinio.

Las complejidades legales, incluidas las modificaciones de los fideicomisos y las leyes estatales de sucesión, determinarán cómo se dividirán finalmente sus bienes. Además, parece que sus hijos tendrán que decidir si impugnan el documento.

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