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Un portátil sobre una mesa | Fuente: Shutterstock
Un portátil sobre una mesa | Fuente: Shutterstock

Mi suegra me criticó en línea y casi arruinó mi matrimonio – Pero el karma la golpeó duro

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28 may 2025
02:15

El mundo de Ava se desmorona cuando recibe la furiosa llamada de su esposo – su suegra la acusa de infidelidad con unas fotos falsas en línea. Mientras los vecinos se alejan y su matrimonio se tambalea, ella debe mostrar la verdad antes de que las mentiras lo destruyan todo. Pero el karma interviene.

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Acababa de meterme en la cama tras un agotador turno de noche en el hospital cuando mi teléfono empezó a vibrar como si tuviera una venganza personal contra mi mesilla de noche.

Un teléfono en una mesilla de noche | Fuente: Pexels

Un teléfono en una mesilla de noche | Fuente: Pexels

Lo agarré a tientas y miré la pantalla. Liam. Mi esposo. ¿Por qué me llamaba si sabía que acababa de llegar a casa?

"¿Hola?". Mi voz salió como papel de lija.

"¿CÓMO HAS PODIDO ENGAÑARME?".

Una mujer en la cama respondiendo a una llamada telefónica | Fuente: Pexels

Una mujer en la cama respondiendo a una llamada telefónica | Fuente: Pexels

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Me incorporé en la cama tan rápido que casi me doy un latigazo cervical. "¿Qué? Liam, ¿de qué estás hablando?".

"¡No te hagas la tonta conmigo, Ava! Está por todo Facebook. Mi mamá publicó las fotos. De ti y de Mark. No puedo creer que nos hicieras esto".

Se me cayó el estómago a los pies.

Una mujer conmocionada | Fuente: Pexels

Una mujer conmocionada | Fuente: Pexels

"¿Mark? ¿Quién es Mark?", dije. "¿El médico de 65 años que trabaja en Ortopedia?".

Pero no hubo respuesta. Liam me había colgado.

Me temblaron las manos al abrir Facebook. Las notificaciones eran interminables. Puntos rojos por todas partes. Mi corazón martilleaba mientras me desplazaba hasta la publicación de Eleanor.

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Una pantalla de teléfono mostrando la aplicación de Facebook | Fuente: Pexels

Una pantalla de teléfono mostrando la aplicación de Facebook | Fuente: Pexels

Allí estaba yo, fuera de nuestra cafetería local, besando a nuestro guapo y encantador antiguo vecino, Mark.

Un hombre con el que sólo había intercambiado saludos educados y que se había mudado hacía seis meses.

Contemplar aquella foto fue una de las experiencias más surrealistas de mi vida. Eso nunca había ocurrido, pero la foto parecía tan real...

Una mujer conmocionada | Fuente: Pexels

Una mujer conmocionada | Fuente: Pexels

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Llamé a Liam inmediatamente.

"Liam, nunca te he engañado. Esas fotos son falsas".

"¿Estás diciendo que mi mamá lo inventó? ¿Esa es tu explicación?".

La semilla de la duda que había plantado Eleanor ya estaba echando raíces.

Una mujer de aspecto triste | Fuente: Pexels

Una mujer de aspecto triste | Fuente: Pexels

Verás, mi marido creció en un mundo en el que mamá siempre sabía más. Eleanor lo había preparado toda su vida para que desconfiara de todo el mundo menos de ella.

"¡No sé de dónde ha sacado esas fotos, si se las ha inventado o no, pero te digo que no son reales!". Mi voz se quebró como si volviera a tener trece años.

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El silencio se extendió entre nosotros como un abismo.

Una mujer mirando a un lado | Fuente: Pexels

Una mujer mirando a un lado | Fuente: Pexels

Cuando por fin habló, su voz era hueca.

"Necesito tiempo para pensar. Esta noche me quedo en casa de Jake".

La línea volvió a cortarse.

Me quedé mirando el móvil, viendo cómo se acumulaban más comentarios bajo la publicación de Eleanor. Amigos del instituto, con los que hacía años que no hablaba, de repente eran expertos en mi matrimonio.

Una mujer revisando su teléfono | Fuente: Pexels

Una mujer revisando su teléfono | Fuente: Pexels

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Los vecinos lo compartían con emojis de llanto y risa. Mi hermana lo había comentado con un simple signo de interrogación, que de algún modo dolía más que todo lo demás.

Aquella noche, observé desde la ventana de nuestro dormitorio cómo Liam cargaba su automóvil. Su anillo de boda estaba sobre la cómoda, como una acusación.

Las luces traseras desaparecieron por nuestra calle, y supe que Eleanor había ganado el primer asalto.

Un aAutomóvil en una calle de las afueras | Fuente: Pexels

Un aAutomóvil en una calle de las afueras | Fuente: Pexels

¿Has protagonizado alguna vez un escándalo en un pueblo pequeño? No te lo recomiendo.

La tienda de comestibles se convirtió en un hervidero de conversaciones susurradas que se detenían cuando yo pasaba. En la farmacia, la señora Henderson ni siquiera me miraba a los ojos cuando me entregaba la receta.

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Peor aún eran los niños.

Un niño jugando en una zona suburbana | Fuente: Pexels

Un niño jugando en una zona suburbana | Fuente: Pexels

Los chicos del vecindario que solían saludarme cuando llegaba a casa del trabajo ahora se dispersaban como si tuviera alguna enfermedad contagiosa.

¿Pero sabes lo que realmente me rompió el corazón?

Sarah, la vecina del final de la calle, me quitó la amistad en Facebook y luego publicó una de esas citas pasivo-agresivas sobre que "la honestidad es la base de todas las relaciones".

Un ordenador portátil con el logotipo de Facebook | Fuente: Pexels

Un ordenador portátil con el logotipo de Facebook | Fuente: Pexels

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Habíamos compartido galletas y quejas sobre nuestros maridos durante tres años. Tres años, y ella desechó nuestra amistad basándose en una mentira.

El trabajo se convirtió en mi único santuario. Durante unas horas al día, podía centrarme en los goteos intravenosos y los horarios de la medicación, en vez de en el hecho de que toda mi vida estaba implosionando.

Pero incluso allí empecé a notar cosas.

Una enfermera consolando a un paciente | Fuente: Pexels

Una enfermera consolando a un paciente | Fuente: Pexels

La hija de un paciente me miraba con desconfianza. Un hombre que susurraba a su esposa cuando creía que yo no miraba.

El veneno se extendía por todas partes.

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Me pasaba las noches reproduciendo aquellas fotos una y otra vez, ampliándolas hasta que los píxeles se difuminaban. Sabía que eran falsas, pero saber algo y demostrarlo son dos cosas muy distintas.

Una mujer reflexiva | Fuente: Pexels

Una mujer reflexiva | Fuente: Pexels

A los tres días de mi exilio, sonó el timbre de la puerta. Estuve a punto de no contestar. Hoy en día, las visitas suelen significar más confrontación. Pero ganó la curiosidad.

Eleanor se plantó en mi puerta como si posara para la portada de una revista.

"Hola, Ava. Espero que estés bien".

Una mujer sonriendo triunfante | Fuente: Pexels

Una mujer sonriendo triunfante | Fuente: Pexels

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La audacia de esta mujer.

"¿Qué quieres, Eleanor?".

Entró y levantó una elegante tableta negra como si estuviera presentando pruebas ante un tribunal.

"Tengo nuevas pruebas. A menos que te divorcies de Liam discretamente, las publicaré a continuación".

Una tableta | Fuente: Pexels

Una tableta | Fuente: Pexels

Deslizó el dedo por la pantalla y me mostró más fotos.

Eran peores. Ángulos más íntimos. Marcas de tiempo falsas que sugerían una aventura en curso. Mi cara estaba perfectamente pegada al cuerpo de otra persona en posiciones comprometidas.

Algo se quebró en mi interior.

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Una mujer mirando hacia atrás | Fuente: Pexels

Una mujer mirando hacia atrás | Fuente: Pexels

"¿De verdad crees que voy a dejar que destruyas mi vida para que te quedes con tu hijo?".

La sonrisa de Eleanor vaciló sólo un segundo. "Estoy protegiendo a mi familia".

"No", dije, irguiéndome en el umbral de la puerta. "Eres una mujer manipuladora que no soporta la idea de compartir a su hijo con nadie más. Pero te diré una cosa, Eleanor: no voy a entrar en tu juego. Lárgate".

Una mujer mirando a alguien | Fuente: Pexels

Una mujer mirando a alguien | Fuente: Pexels

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"¡No te atrevas a darme órdenes!". Sus ojos se entrecerraron mientras hacía un gesto con la tableta. "Te destruiré... Te echaré de la ciudad. No tienes ni idea de a lo que te enfrentas".

"Pruébame", gruñí. "Adelante. Publica esas fotos falsas, pero te juro que esta vez me defenderé".

Fue entonces cuando Eleanor cometió su error fatal.

Una mujer de aspecto severo | Fuente: Pexels

Una mujer de aspecto severo | Fuente: Pexels

Estaba tan ansiosa por destruirme, tan segura de su victoria, que abrió Facebook allí mismo, en mi salón.

"Te arrepentirás de esto", murmuró, desplazándose por sus fotos, seleccionándolas y publicándolas apresuradamente.

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Mi teléfono emitió una notificación justo cuando vi cómo su cara pasaba de la satisfacción engreída al terror más puro.

Una mujer mirando algo | Fuente: Pexels

Una mujer mirando algo | Fuente: Pexels

"No, no, no... ¡maldita sea!", siseó, golpeando frenéticamente la tableta.

Saqué el móvil y pulsé la notificación de Facebook de la publicación de Eleanor.

Las fotos falsas estaban allí, pero la primera imagen era una captura de pantalla de sus mensajes con alguien llamado "DigitalDoc".

Debía de haberlo seleccionado por accidente... ¡en su prisa por arruinarme, sólo se había expuesto a sí misma!

Una mujer conmocionada | Fuente: Pexels

Una mujer conmocionada | Fuente: Pexels

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"$500 por la primera serie", leí en voz alta. "Asegúrate de que parezca que se están besando. Añade marcas de tiempo de la semana pasada".

Nunca había visto que la cara de alguien se pusiera tan blanca tan rápido. Eleanor parecía a punto de desmayarse.

"Bórralo", susurró, apuñalando su tableta. "Bórralo, bórralo, bórralo".

Una mujer quejumbrosa agitando los puños | Fuente: Pexels

Una mujer quejumbrosa agitando los puños | Fuente: Pexels

Me apresuré a hacer una captura de pantalla de la publicación, pero resultó innecesario.

La batería de la tableta de Eleanor eligió ese momento exacto para morir, y la pantalla se quedó en negro justo cuando ella más lo necesitaba.

"Gracias, Eleanor", le dije con dulzura. "Ahora ni siquiera tendré que demostrar mi inocencia, ya que tú lo has hecho por mí".

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Eleanor tiró su tableta al suelo y se volvió para mirarme.

Una tableta rota tirada en un suelo | Fuente: DALL-E

Una tableta rota tirada en un suelo | Fuente: DALL-E

Comenzamos una discusión y seguíamos discutiendo cuando Liam irrumpió por la puerta principal.

"Mamá... ¿fuiste tú?". Su voz apenas superaba un susurro.

Eleanor esbozó una sonrisa inocente mientras se volvía hacia él. "Liam, puedo explicarte...".

"¿Fuiste TÚ?", rugió.

Un hombre gritando a alguien | Fuente: Pexels

Un hombre gritando a alguien | Fuente: Pexels

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La casa se quedó en silencio. Incluso el perro del vecino dejó de ladrar. Nunca había oído a Liam levantar la voz así en todo nuestro matrimonio.

Eleanor intentó retroceder, tropezando con las palabras como si estuviera borracha. "Fue una broma. Un malentendido. Sólo intentaba protegerte de...".

"Para". La voz de Liam era fría como el hielo. "Deja de hablar".

Un hombre hablando airadamente | Fuente: Pexels

Un hombre hablando airadamente | Fuente: Pexels

Miró a su madre como si la viera por primera vez.

"No te quiero cerca de mi esposa. No te quiero en nuestras vidas hasta que hayas asumido lo que has hecho. Por completo".

El rostro de Eleanor se arrugó. "Liam, por favor. Soy tu madre".

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Una mujer mirando a alguien con incredulidad | Fuente: Pexels

Una mujer mirando a alguien con incredulidad | Fuente: Pexels

"Y ella es mi esposa. La mujer a la que prometí amar y proteger. En lugar de eso, dejé que destruyeras su reputación y le rompieras el corazón porque fui demasiado débil para ver lo que realmente eres".

Vi cómo el mundo de Eleanor se derrumbaba en tiempo real.

La mujer que había controlado todos los aspectos de la vida de su hijo se sentía de repente impotente.

Una mujer sonriente | Fuente: Pexels

Una mujer sonriente | Fuente: Pexels

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Permaneció allí durante un largo momento, probablemente esperando a que Liam cambiara de opinión, a que la eligiera como siempre había hecho.

Pero no lo hizo.

Cerré la puerta tras ella y giré la cerradura.

El recibidor de una casa | Fuente: Pexels

El recibidor de una casa | Fuente: Pexels

"Lo siento mucho. Debería haber confiado en ti. Me equivoqué". Liam me rodeó con sus brazos y por fin me permití llorar.

No de tristeza, sino de alivio. La verdad tenía una forma de nadar hacia la superficie, incluso cuando la gente se esforzaba por ahogarla.

Fuera, nuestros vecinos probablemente estaban pegados a sus teléfonos, leyendo una y otra vez la confesión accidental de Eleanor.

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Una persona utilizando un teléfono móvil | Fuente: Pexels

Una persona utilizando un teléfono móvil | Fuente: Pexels

Por la mañana, toda la historia sería de dominio público. La mujer que había intentado destruir mi reputación había acabado con la suya.

He aquí otra historia: Lily sabía que su futura suegra la despreciaba, pero nunca esperó un sabotaje el día de su boda. Eleanor atacó el vestido y el pastel, pero cuando tomó el micrófono para avergonzar a Lily públicamente, Daniel tomó una decisión que lo cambió todo - una que dejó a su madre aturdida y sola.

Esta obra se inspira en hechos y personas reales, pero se ha ficcionalizado con fines creativos. Se han cambiado nombres, personajes y detalles para proteger la intimidad y mejorar la narración. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia y no es intención del autor.

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El autor y el editor no garantizan la exactitud de los acontecimientos ni la representación de los personajes, y no se hacen responsables de ninguna interpretación errónea. Esta historia se proporciona "tal cual", y las opiniones expresadas son las de los personajes y no reflejan los puntos de vista del autor ni del editor.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

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