Esposo cambió a su mujer y la echó de la casa. Al tiempo sintió un hedor insoportable en su hogar
La falta de sinceridad con su pareja fue la causante de todo, incluso de su venganza.
Al menos 37 años de matrimonio tenían Daniel y María, pero, al sentirse insatisfecho, el hombre tuvo un romance con su secretaria, y después echó a su esposa de la casa. Sin embargo, la reacción de su mujer es digna de aplaudir.
Daniel se llevó a su amante a vivir con él y fue en ese momento cuando sacó a María de su hogar. Impulsada por la rabia y el dolor, ella quiso darle una lección a quien por años fue su esposo.
Seguro muchas pensarán que Daniel se lo merecía, pero lo que esta mujer hizo, es probable que sea copiado por otras féminas para vengarse de sus ex. Para que Daniel se saliera con la suya, tuvieron que lidiar varias semanas con algunos abogados y así quedarse con la casa al divorciarse.
Imagen tomada de: Pexels
El daño estaba hecho, Daniel era un infiel y junto a su secretaria había arruinado la vida de María. Tres días tuvo ella para irse de la casa donde vivió tantos años de su vida.
En el primer día comenzó por empacar sus cosas, el segundo día llevó la mudanza a su nuevo hogar y el tercero disfrutó de una última comida a la luz de las velas. Tuvo una cita romántica con ella misma en la que fue su casa junto a su exmarido.
Imagen tomada de: Pixabay
Después de comer comenzó a depositar los desperdicios en diferentes partes de la casa, incluso, las cascaras de camarones las escondió en los cortineros. Luego limpió la cocina y se despidió de la que fue su casa.
A los días de compartir el mismo techo con la que fue su secretaria y ahora era su mujer, un hedor invadió la casa y aunque hacían de todo no desaparecía.
No sabían de dónde provenía, de hecho, hasta el sistema de ventilación fue revisado por expertos. Los aromatizantes tampoco funcionaron y el control de plagas no encontró nada fuera de lo normal, pero el olor seguía.
Imagen tomada de: Pexels
Tanto era el mal olor, que los amigos de Daniel dejaron de visitarlos, era insoportable, cada vez peor. Hasta la empleada doméstica se fue de la casa.
La casa no la vendieron, tuvieron que bajarle un 50% porque nadie quería comprarla por el putrefacto olor y aun así nadie la quería comprar.
Para poder comprar otra casa, Daniel se endeudó con diferentes compañías y un día inesperado María lo llamó con la excusa de saber cómo le había ido.
Él no dudó en contarle lo que había pasado con la casa y ella se mostró amable al proponerle comprársela, pues estaba cansada de pagar renta.
Daniel quiso volver a hacer una maldad y pensando que María no tenía ni idea de lo que pasaba, aceptó vendérsela pero tuvo que ser por una décima parte de lo que la casa valía en realidad.
Al fin se deshicieron de la casa. Daniel y su novia no cabían de la felicidad. Ya no tendrían que lidiar con la casa apestosa, pero ignoraban que el que ríe de lo último ríe mejor.
Durante la mudanza, sacaron todas las cosas para llevarlas a su nuevo hogar, hasta los cortineros. Él engañó a su exesposa y quiso volver a hacerlo, pero el que salió peor en todo esto fue Daniel.
El mal olor los persiguió hasta su nueva casa. Ahora María vive en el hogar que nunca debió abandonar, mientras que no se sabe si Daniel logró deshacerse del mal olor.
Relato cortesía de Por Qué No Se Me Ocurrió.