Quise a mi pareja durante 20 años, hasta que un día él llegó borracho a casa y arruinó mi vida

Esta lectora está convencida de que su marido le es infiel pero como no tiene pruebas no sabe qué hacer, a pesar de que ya está harta de la situación. Ella pide consejos ¿Tienes algo que decirle?

Querida AmoMama,

Mi nombre es Karla. Necesito su consejo o por lo menos una oportunidad de contar mi historia a alguien.

No sé qué hacer, me siento frustrada. Llevo veinte años viviendo con mi pareja. No estamos casados, pero tenemos hijos. Siempre quise formar una familia. Cuando lo conocí, pensé que era el indicado para ser feliz el resto de mi vida, pero creo que me he equivocado.

Él es una persona de carácter fuerte pero también puede ser amable y cariñoso. El problema es que después de tantos años yo pensaba que me amaba tanto como yo a él. La rutina, la casa, los hijos.

Pensaba que todo estaba bien, pero a mi gran sorpresa un día con unos tragos de más me dijo una cosa después de la cual no he podido recuperar mi confianza incluso en mí misma.

Se atrevió a decir que no me amaba, que nunca me ha amado, que no sabía ni por qué estaba conmigo. Obviamente no seguí la conversación para no discutir con él. Sin embargo, pasados varios días, lo confronté y su respuesta fue: "no me acuerdo, a veces uno dice palabras sin pensar".

Se disculpó por haberlo dicho. Pero lo que pasa es que a él le gusta coquetear con mujeres. Creo que en algún momento me ha traicionado. Lamentablemente acepté su infidelidad y él dijo una y otra vez que jamás volvería a hacerlo, pero sus coqueteos constantes me hacen dudar.

Al principio veía muchos defectos en ella y ahora si opino mal de ella se pone nervioso y la defiende o a veces prefiere culpar a otros compañeros de trabajo que a ella. La verdad es que ya estoy cansada de luchar. No sé qué hacer. Él hace más por otras personas que por su familia.

Quisiera separarme, pero estoy sola, no tengo a nadie y me preocupa mucho que mis hijos sufran carencias. Sé que debería tener valentía de enfrentarlo y hablarle con franqueza, que tiene que hacer más por nosotros, su familia, o bien atreverme a tomar la decisión definitivamente, pero no sé qué hacer.

Ya he hablado varias veces con él, pero solo se pone nervioso y al final me echa la culpa. Si solo tuviera una prueba innegable de su infidelidad, tendría la oportunidad de ganar, pero es imposible. Él siempre se asegura de que me mantenga lejos de su trabajo para no enterarme de nada. Es manipulador, pero ya conozco todas sus jugadas.

El problema es que sin pruebas reales no puedo dar ningún paso bueno. Así vivo de día en día. Me siento atada. Es difícil y ya no puedo aguantar. Lo que sé a ciertas es que no quiero vivir engañada el resto de mi vida.

He vivido veinte años en ilusión de que todo era perfecto y no quiero otros veinte viviendo en la mentira. Perdonen por quitarles su tiempo, pero esta es mi cruda realidad. Soy fuerte y sigo avanzando por mis hijos. No voy a darme por vencida y haré todo lo que tenga que hacer.

Sé que muchas personas me pueden tomar por tonta, pero a aquellos, incluso hombres, que pasen por situación similar les digo que sean fuertes y que no olviden que siempre hay salida.

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