Chica vive toda su vida con familia ideal sin sospechar que papá es abominable asesino en serie
En medio de la confusa adolescencia, Melissa descubre que su padre había estrangulado a más de media docena de mujeres hasta la muerte.
La infancia de Melissa Moore, la mayor de tres hermanos, fue relativamente feliz. Ella adoraba a su padre. Tuvo una educación modesta en la zona rural de Toppenish, Washington, y recuerda los momentos divertidos que pasaron juntos.
Su padre, Keith Hunter Jesperson, era camionero, y cuando regresaba de viajes largos era muy amable y cariñoso, un buen padre.
Los tres hermanos esperaban con impaciencia el momento en que llegaba a la casa, y lo primero que hacían era correr hacia él y buscar en sus bolsillos el cambio que le quedaba del día.
EL LADO OSCURO DE UN ASESINO
Detrás de la fachada amorosa, Keith Jesperson guardaba oscuros secretos. Logró mantenerlos ocultos de su familia, a excepción de un día traumático que Moore todavía recuerda vívidamente.
Ella era solo una niña cuando sacó del sótano a unos hermosos gatitos para jugar, pero su papá se los quitó y empezó a torturarlos, colgándolos de la cola de un cordel para ropa.
"Él sonreía, como si disfrutara atormentándolos", contó a la BBC. "Yo gritaba pidiéndole que los bajara, pero cuanto más gritaba, más parecía él disfrutar".
Asustada, corrió adentro para buscar a su madre, Rose Hucke, pero cuando regresó, estaban muertos.
También recuerda que más adelante, durante unas vacaciones familiares, su padre le dijo que sabía cómo matar a alguien impunemente, usando zapatos de ciclista, porque no dejaban huella. A sus 13 años ella pensaba que eso era "espeluznante", pero su joven mente lo procesaba como si fuera ficción.
Sin embargo, él estaba hablando de un asesinato real, uno que acababa de cometer. "La misma ruta que tomaríamos yendo a la costa de Oregón es donde se deshizo de la primera víctima", dijo Melissa.
PROBLEMAS EN EL MATRIMONIO
La madre de Moore se enamoró de Jesperson cuando era adolescente. Los dos se casaron en 1975. En ese momento él era un joven muy carismático y considerado. Pero pasados pocos años, mujeres extrañas comenzaron a llamar a la casa y sospechaba que su marido estaba teniendo aventuras amorosas.
El matrimonio comenzó a desmoronarse, y la gota que colmó el vaso fue mientras Rose y su esposo estaban en un viaje por carretera. Mientras daban un corto paseo, se encontraron a un grupo de hombres jóvenes y él la agarró y se las arrojo diciéndoles que se podían quedar con ella.
Eventualmente se divorciarían después de 14 años juntos, pero continuó visitando a la familia durante los siguientes cinco años, siempre que sus trabajos de transporte lo llevaran por el camino. Sus encuentros siempre fueron muy divertidos.
EL SECRETO OSCURO DE UNA FAMILIA
En la primavera en 1995, cuando finalmente capturaron al prolifero asesino, Rose sentó a Melissa y sus dos hermanos menores en la mesa de la cocina y les dijo que su padre estaba en la cárcel por asesinato.
Su padre resultaría ser uno de los asesinos en serie más conocidos del país. Él mataba mujeres, en su mayoría trabajadoras del sexo, y enviaba cartas detallando sus hechos a los medios locales, firmadas con una cara sonriente. Lo que lo llevó a ganarse el apodo del "Happy Face Killer".
Jesperson confesó los asesinatos a cambio de acuerdos de declaración que le permitirían evitar la pena de muerte. Actualmente cumple múltiples cadenas perpetuas en la penitenciaría estatal de Oregón. Su matanza comenzó en 1990, el mismo año en que se finalizó su divorcio con la madre de Moore.
A partir de ese momento, Melissa y toda la familia fue condenada al ostracismo por amigos, vecinos y compañeros, lo que les generó todo tipo de inconvenientes, inclusive, despidos laborales.
Pero quizás lo peor con lo que tuvieron que lidiar, particularmente Melissa, fue la sensación de culpa por asociación, y el temor de pensar que algo de esa maldad puede estar en su ADN o el de sus hijos.
Tuvieron que pasar muchos años para que Melissa se decidiera a compartir públicamente su secreto con el famoso Dr. Phil McGraw. Él le dijo que ella no lastimó a nadie, su padre lo hizo y para ella fue algo liberador que finalmente cambió el curso de su vida.
Lamentablemente, Melissa no es la única chica que ha tenido que enfrentarse a la realidad de un padre despreciable. Josef Fritzl dirigió toda su maldad hacia su propia hija, encerrándola por 24 años en su propio sótano.
Fritzl, el padre de Elisabeth, le dijo a su esposa que la chica se había escapado con un culto. Durante los años que pasó siendo su prisionera, la joven fue violada miles de veces y tuvo varios hijos.
El abuso solo terminó cuando llevaron a una de sus hijas al hospital y Fritzl permitió que Elisabeth la acompañara. La policía dudó de la historia que dieron, y comenzó a investigar, y así lograron atrapar a este terrible monstruo.