Bebé nació pesando 380 gramos y nadie esperaba que viviera, pero tuvo una increíble recuperación
“Quédate con ella porque no pasa la noche”. Esta es la nueva vida de la bebé que llegó a pesar 380 gramos.
Nulpi Kronebeger era tan solo una adolescente cuando quedó embarazada por primera vez, sin embargo, la noticia no la tomó por sorpresa, ya que junto a su pareja estaban buscando un hijo, como reporta Infobae.
Desearon por mucho tiempo a su hijo y por segunda vez quedó embarazada, pero esta vez, su vida dio una vuelta inesperada. Brisa, su hija, nació en el quinto mes de gestación, y durante su primer mes de vida, llegó a pesar 380 gramos.
Las oportunidades para sobrevivir de esta bebé eran muy mínimas, ya que el peso normal de un bebé debe ser entre 2,500 y 3,500 gramos.
Fue cuando Nulpi tenía 22 años que la ecografía mostró que algo estaba mal con su bebé. “La frase fue: ‘Anda a ver a tu obstetra ya’. Un hematoma me había desprendido el 68% de la placenta”.
El médico les explicó la situación tan riesgosa en la que se encontraban, informando que habían grandes posibilidades de que su bebé pudiera morir, por eso, decidió optar por interrumpir el embarazo legalmente.
Era algo muy difícil para ellos ya que no sabían qué hacer porque su hija de dos años los estaba esperando en casa. Nulpi decidió seguir adelante con los procedimientos.
“No sé bien por qué, pero yo decía ‘no nos vamos a morir’. Fue muy riesgoso, ahora me pongo a pensar y digo ‘uh, estuve al borde’”, comentó Nulpi.
Le dieron reposo absoluto pero, con los días, la situación fue empeorando, ya que ella lloraba del dolor. En la semana 20 de gestación tuvo una hemorragia que la dejó tendida en el suelo, y su placenta ya se estaba desprendiendo en un 85%.
“Me internaron y me dijeron: ‘Bueno Nulpi, si nace ahora no tiene ninguna chance. Tampoco sabemos cómo se alimentó y si le llegó oxígeno así que, aunque nazca viva, no sabemos en qué estado puede llegar”.
Si alcanzaba a llegar a la semana 24, existían más posibilidades de supervivencia.
El 26 de octubre de 2017, cuando acababa de alcanzar la semana 24, Nulpi entró al quirófano en medio de un ataque de pánico.
“Recién ahí caí y empecé a gritar: ‘me voy a morir y tengo una hija de 3 años’”. A quien era su marido no le permitieron entrar. “Le dijeron ‘sabemos que entra pero no sabemos si sale. Tienes que ser consciente de que esto es complicadísimo, no sabemos con qué nos vamos a encontrar’”.
Lo importante es que en la sala debían hacer silencio, ya que si la bebé lloraba, iban a ponerle oxígeno y a correr a neonatología para tratar de salvarla, pero si no, con ese tamaño, no iban a reanimarla.
“De repente, en todo ese griterío escuché un sonido suave. Un ‘bua’, como hace un gatito recién nacido”. “Es más chiquita que un paquete de sal”, le contó el padre de su hija.
A la mañana siguiente, cuando Nulpi quiso ver a su hija, la enfermera le dijo: “respira profundo y entra”.
Nulpi dijo: “Brisa estaba en estado crítico, su piel no había terminado de formarse, no se habían despegado los ojos ni madurado los pulmones. Dieron que era muy probable que no pasara los 48 horas”.
Sin embargo, Brisa mejoró y empeoró una decena de veces. Le hicieron transfusiones, la operaron para cerrarle el ductus, y a los 4 meses, cuando ya respiraba a través de una cánula, los pulmones quedaron otra vez al borde del colapso. A los seis meses tuvieron que hacerle una traqueotomía.
Pero a pesar de todas las dificultades que han tenido con Brisa, cada mes que pasaba era un gran paso y era una victoria para todos.
“Brisa ya abría los ojos, se movía, sonreía. Y ellas inflaban los guantes de examinación y jugaban con ella. A veces yo llegaba mal porque no tenía con quién dejar a mi otra hija y ellas se ofrecían a cuidarla en sus francos”.
Al final, el 12 de octubre de este año, después de 361 días de internación, a Brisa le dieron de alta. Nunca antes un bebé había estado tanto tiempo en la neo de ese lugar. Todos estaban realmente felices.
Otro milagro le ocurrió a un bebé que nace pesando casi lo mismo que una lata de Coca-Cola, pero sobrevive contra viento y marea.
Antes de que naciera, los médicos no tenían esperanzas, sin embargo, este bebé resistió y ya está a punto de cumplir seis meses de nacido.