Viejo vaquero humillado al ponerse un "atuendo inapropiado" en la iglesia

La respuesta que dio el hombre a la congregación de una iglesia es oro puro, dejando a más de uno boquiabierto.

La mayoría de las personas generalmente usan sus mejores atuendos cuando van a la iglesia, es una norma social en los lugares de culto que las personas que se visten de manera más casual pueden obtener miradas divertidas de otros feligreses.

Sin embargo, ¿es realmente una iglesia el lugar para juzgar a otros? Lee cómo sucedió en la historia a continuación.

PARECÍA UN DOMINGO CUALQUIERA

Un domingo por la mañana, un viejo vaquero entró en una iglesia justo antes de que comenzaran los servicios, aunque el anciano y su ropa estaban impecablemente limpias, llevaba jeans, una camisa de mezclilla y botas muy desgastadas.

En su mano, llevaba un viejo sombrero desgastado y una Biblia igualmente desgastada, la iglesia a la que ingresó estaba en una zona muy exclusiva de la ciudad.

Era la iglesia más grande y hermosa que el viejo vaquero alguna vez había visto. La gente de la congregación estaba vestida con ropa y accesorios caros.

Cuando el vaquero tomó asiento, los demás se alejaron de él, nadie lo saludó, habló o le dio la bienvenida, todos estaban horrorizados por su apariencia y no intentaron ocultarlo. Cuando el viejo vaquero salía de la iglesia, el predicador se le acercó y le pidió que le hiciera un favor:

“Antes de que vuelvas aquí de nuevo, habla con Dios y pregúntale ¿cuál cree él que sería el atuendo adecuado para la adoración?”.

El viejo vaquero le aseguró al predicador que lo haría, pero el domingo siguiente, se mostró de vuelta para los servicios usando los mismos jeans, camisa, botas y sombrero rasgados.

VOLVIÓ PARA DAR UNA LECCIÓN

Una vez más fue completamente rechazado e ignorado. El predicador se acercó al hombre y le dijo: “Pensé que te pedí que hablaras con Dios antes de que regresaras a nuestra iglesia”.

“Lo hice”, respondió el viejo vaquero.

“Si hablaste con Dios, ¿qué vestimenta adecuada te dijo que debías usar para adorar aquí?”, Preguntó el predicador.

“Bueno, señor, Dios me dijo que no tenía ni idea de lo que debía usar. Dijo que nunca había estado aquí antes”.

Aunque la respuesta del vaquero es bastante graciosa, también es un punto vital respecto a por qué nunca debes juzgar a los demás y que cuando menos pienses, la persona más inesperada es capaz de enseñarte una lección.

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