Mujer fue sentenciada a muerte y pasó 8 años en la cárcel por un vaso de agua
Asia Bibi es una mujer paquistaní que es cristiana, lo cual en el país casi enteramente musulmán es problemático y para ella es algo más que eso.
Bibi fue acusada de blasfemia y fue sentenciada a muerte en 2010, la mujer fue acusada por unas vecinas que alegaron que Asia había estado hablando mal del Islam.
Las vecinas de Asia hicieron la acusación en contra de Bibi luego de una discusión que tuvieron con ella por un vaso de agua, las mujeres le habían negado un vaso de agua por sus creencias cristianas lo que provocó el inconveniente.
UN CASO INCREÍBLE
El 31 de octubre pasado el Tribunal Supremo de justicia paquistaní absolvió a Bibi de su sentencia de muerte lo que causó una ola de protestas de parte de los radicales islamistas que exigían que le restituyeran la sentencia.
El fallo original establecía que Bibi fuese colgada, durante su juicio el abogado defensor de Asia Saiful Malook dijo: “¿Dice el islam que uno debe ser castigado si el crimen no ha sido probado?”.
El grupo islamista Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP) organizó las protestas en contra de la sentencia de absolución de Asia que mantuvieron al país paralizados y con una fuerte polarización de opiniones en Pakistán, señaló TN.
Las protestas en referencia a este caso fueron tan fuertes que dos políticos que apoyaron a la mujer cristiana fueron brutalmente asesinados, uno de ellos fue el gobernador de Punyab, Salman Tasir, el importante dirigente fue ejecutado por sus propios guardaespaldas.
ASIA LIBRE POR FIN
Asia Bibi fue finalmente liberada el 8 de noviembre del pasado año, un mes después de la sentencia que la liberaba, el pasado 29 de enero Asia recibió otra buena noticia.
Una apelación en contra de la sentencia de absolución, fue rechazada por el Tribunal Supremo y dio permiso a la mujer de seguir con los preparativos para abandonar Pakistán, “Asia Bibi es una mujer libre y vivirá en un hermoso país”, comentó su abogado.
El destino a donde irá Asia es desconocido, pero se pudo conocer que sus hijas viajaron hacia Canadá. La justicia en el caso de Asia rectificó una condena sesgada por la intolerancia.
En otro caso que comenzó como una terrible injusicia, un hombre pasó 17 años preso por un crimen que cometió un sujeto muy parecido a él; ahora el exreo no se conforma con su absolución, sino que quiere una remuneración millonaria.